Por: Redacción/

La diputada Laura Rojas Hernández (PAN), integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores, informó que solicitará al Ejecutivo federal exija al presidente de Estados Unidos, Donald Trump cese el discurso de odio en contra de México y los mexicanos.

Asimismo, exhortó al presidente, Andrés Manuel López Obrador a implementar una estrategia integral que revierta los efectos dañinos que su homólogo ha generado.

Lo anterior, luego del ataque terrorista ocurrido el pasado fin de semana al interior de un centro comercial, ubicado en El Paso Texas, Estados Unidos (EU), en donde murieron ocho mexicanos y otros seis continúan hospitalizados.

En conferencia de prensa, indicó que pretende que la Comisión Permanente del Congreso de la Unión exhorte al Poder Ejecutivo federal para que lance una iniciativa multilateral a nivel regional y global para actuar contra el extremismo blanco en el mundo.

Rojas Hernández adelantó que, en la sesión de la Comisión Permanente de mañana miércoles 7 de agosto, el grupo parlamentario del PAN presentará un punto de acuerdo con ese objetivo.

En el documento invita a senadores y diputados de EU a conjuntar esfuerzos para terminar con el discurso supremacista blanco y contribuir así para evitar futuros atentados terroristas.

El documento plantea que la Comisión Permanente condene enérgicamente el atentado terrorista del pasado fin de semana en El Paso, Texas y exprese sus condolencias a los deudos de las víctimas del atentado.

La legisladora panista refirió que en lo que va del año se han suscitado alrededor de 250 tiroteos múltiples en Estados Unidos, con casi un millar de víctimas.

“Para México, el ataque de El Paso, Texas, representa un parteaguas en la historia de los ataques contra la población civil en los Estados Unidos, porque es el primer atentado terrorista contra mexicanos por motivos raciales, de una lista que podría no tener fin si no se toman las medidas correctivas y preventivas necesarias”, expresó.

Rojas Hernández advirtió que de no tomar dichas medidas la comunidad mexicana en los Estados Unidos y en otros países “podría correr la misma suerte que otros grupos o minorías raciales que han sido estigmatizadas y perseguidas por décadas”.