- A pesar de su reducida participación en las exportaciones, limitaciones para originar sinergias en la cadena productiva, este sector es responsable de una alta contribución en la generación de empleos.
Por: Redacción/
Las micros, pequeñas y medianas empresas generan el mayor número de empleos en la economía de la región, siendo muchas de ellas emprendimientos familiares que buscan insertarse en la economía formal, coincidieron especialistas de México y América Latina en el Foro internacional Gestión e innovación de la MIPYME.
En el encuentro La Mipyme en México y Latinoamérica. Su importancia económica, social y cultural, organizado en conjunto por las universidades Autónoma Metropolitana (UAM) y Autónoma de Chiapas (UNACH), el doctor Marco Antonio Romero Gutiérrez, profesor de la UNACH, dijo que, de acuerdo con cifras de 2016, en México existían cinco millones 144 mil unidades económicas; de ellas, cuatro millones 877 eran microempresas; 214 mil pequeñas, 42 mil medianas y nueve mil 615 grandes.
Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) tienen una extrema heterogeneidad, intervienen en pocos sectores de actividad y tienen una desarticulación y bajos niveles de productividad. En muchos casos incorporan la informalidad y en su mayoría son de carácter familiar, aunque la elaboración y comercialización de bienes y servicios son de bajo valor agregado.
A pesar de su reducida participación en las exportaciones, limitaciones para originar sinergias en la cadena productiva, acceso escaso a la financiación y niveles reducidos de innovación, este sector es responsable de una alta contribución en la generación de empleos.
En América Latina, de cada diez empresas nueve son micro, medianas y pequeñas y crean 60 por ciento de plazas laborales, aunque sólo exportan 13 por ciento de sus productos, en contraste con aquellas del continente europeo, que exportan 32 por ciento de sus mercancías, explicó el investigador.
Debido a la falta de asesoría en la dirección y gestión, 45 por ciento de las Pymes en la región sobreviven en los dos primeros años, mientras en Europa lo hace 80 por ciento, pero además la condición de vida de los trabajadores es lamentable: Chile paga un salario mínimo de 441 dólares mensuales; Uruguay, 423 dólares; Ecuador, 400 dólares; Bolivia, 309 dólares; Colombia, 261 dólares; Perú, 257 dólares, y en México sólo 215 dólares, lamentó Romero Gutiérrez.
En el ámbito mundial, Ecuador es la nación donde existen más mujeres emprendedoras con 33.6 del total, le sigue Chile con 32.4 por ciento, en tercer lugar está Brasil, con 26 por ciento y México ocupa el noveno lugar con 12.4 por ciento.
La doctora Lesly Cecilia Bridshaw Araya, profesora de la Universidad de Valparaíso, Chile, expuso que las Pymes son la caracterización más elocuente del tejido empresarial de un país, “son organismos vivos que con independencia de su tamaño reúnen casi todos los aspectos de una compañía tradicional”.
México es una economía seis veces mayor que Chile, por tanto, tiene un volumen empresarial cinco veces más grande. En el país sudamericano las empresas se clasifican de acuerdo a su facturación anual y es el único elemento que se considera, más allá del tamaño.
La investigadora apuntó que en esa nación existen 900 mil empresas y agregó que en los años noventa del siglo pasado resurgió una política de apoyo a las firmas pequeñas que no contó con suficientes recursos económicos. Las políticas para esas organizaciones están centralizadas por el gobierno, falta articular una de tipo comercial y económica y persiste la separación de instrumentos financieros y no financieros.
Por la pandemia el desafío para ese sector es la innovación y que emprendimiento e innovación se vea como un proceso social, en el que los aspectos económico, ambiental y social deben conducir al desarrollo de la economía.
Por tanto, resulta fundamental consolidar una institucionalidad de apoyo sólido, construir procesos de aprendizaje, aumentar recursos financieros y brindar acceso a créditos para agregar valor a los productos, reconoció Bridshaw Araya.
La doctora María Del Pilar Fontclara Fernández, profesora de la Universidad de Asunción, Paraguay, consideró que todas la Mypimes de la región tienen las mismas necesidades de financiamiento, pues enfrentan políticas públicas y un entorno parecido.
En Paraguay, las Pymes se catalogan por la cantidad de empleo y la facturación de sus ventas anuales; las microempresas contemplan diez empleados; las pequeñas cuentan entre 11 y 30; las medianas de 31 a 50 y de 51 en adelante son consideradas grandes.
Así, resulta fundamental incentivar y mejorar el desarrollo y la creación de empresas pequeñas, que se convierten en un factor para la igualdad. La pandemia ha dejado como enseñanza la necesidad de coordinación entre todos los actores y hacer un esfuerzo mancomunado por enfrentar los retos económicos.
El Foro internacional Gestión e innovación de la MIPYME, organizado en conjunto entre la Casa abierta al tiempo y la UANCH, fue inaugurado por el rector de la Unidad Azcapotzalco de la UAM, doctor Oscar Lozano Carrillo, quien coincidió con los participantes en que ese sector es la columna vertebral en la generación de empleos en naciones de América Latina.
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