Por: Redacción

Las personas con diabetes mellitus deben tener especial cuidado con sus pies, mantenerlos hidratados, revisarlos a diario y evitar cualquier herida, pues se estima que el 80 por ciento de los pacientes que llegan a las instituciones médicas del Sector Salud con un proceso infeccioso o necrótico tienen como única alternativa la amputación de la extremidad.

Así lo informó el jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Juárez de México (HJM), doctor Onésimo Zaldívar Reyna, quien subrayó que para evitar cualquier tipo de complicación, los pacientes deben seguir su tratamiento médico, una dieta adecuada y realizar actividad física.

Al mantener adecuados niveles de azúcar en sangre se evita o retarda el daño a los diferentes órganos y tejidos, como corazón, riñón, hígado, nervios, piel y vista, recalcó.

De no tener ese control, es común que los enfermos empiecen a sentir manifestaciones de la enfermedad en las extremidades inferiores, que incluye alteraciones neurológicas, vasculares y musculares.

Una de las complicaciones más frecuentes es lo que se conoce como pie de Charcot, que es cuando existe una deformación que limita a la persona a caminar de manera normal, situación que provoca lesiones y se debe evitar que se infecten.

Otras de las alteraciones son las neuropatías en cualquier parte del cuerpo, se caracteriza por sensación de ardor y piquetes, pero con el paso del tiempo ocasionan la perdida de la sensibilidad, situación peligrosa cuando afecta las piernas, ya que las personas pueden tener heridas y no darse cuenta.

Es común que los diabéticos también tengan obstrucción de las arterias, lo que conlleva a una mala irrigación sanguínea en los pies, que de no corregirse puede ocasionar una necrosis de los tejidos y producir úlceras.

El especialista subrayó que aunado a un buen control de la enfermedad, los profesionales de la salud pueden prevenir el pie diabético a través de un sencillo examen que consiste en checar los pulsos de las extremidades inferiores.

Los pulsos que se debe revisar son el femoral, ubicado en la región inguinal; después el poplíteo, situado atrás de la rodilla y el tibial interior y posterior que se encuentra en el tobillo. Este examen tiene que practicarse cada seis meses.

De identificarse alguna alteración como falta de pulsación, el médico debe referir al paciente con el angiólogo.

Indicó que este especialista será el encargado de realizar una serie de estudios específicos, como son las angiografías, para poder observar donde se ubica la obstrucción de la arteria y ver la posibilidad de efectuar un procedimiento que mejore la circulación.

Asimismo, el doctor Zaldívar Reyna recomendó al paciente diabético que diariamente revise sus pies, usar zapatos cómodos y antes de ponérselos supervisar que no tengan cuerpos extraños para evitar lesiones, ya que al perder la sensibilidad, es común que no sientan si se hieren.