Por: Redacción/
La guía del migrante yucateco y su familia. Salud emocional y derechos constituye el primer documento en su naturaleza, a nivel nacional, en el que investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) contribuyen desde la investigación, en el diseño de políticas públicas en favor de los migrantes y sus familias.
De acuerdo con el doctor Pedro Ernesto Lewin Fischer, investigador adscrito al Centro INAH Yucatán, existe una injustificada desproporción entre los volúmenes de los flujos migratorios, las aportaciones económicas que realizan al país, por un lado, y las políticas públicas en materia de migración, por el otro.
Bajo esta perspectiva Lewin Fischer, en colaboración con la experta en el tema y consultora independiente Estela Guzmán, elaboraron esta Guía del migrante…, en la que se hace referencia a sus derechos y obligaciones. “La mayoría de las veces, los migrantes emprenden el viaje sin contar con la información que les ayude a estar mejor preparados, para decidir cómo y cuándo migrar, para sobrellevar mejor el tránsito y el cruce de la frontera, así como su llegada y establecimiento en Estados Unidos”.
El texto es resultado de un proyecto de investigación en Ciencia Básica financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), cuya elaboración contó con el apoyo del INAH, la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY) y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de Yucatán (CDI).
Como investigadores, apuntó el doctor Lewin, detectaron dos problemas al realizar el proyecto: uno es la falta de información sobre derechos y obligaciones que los migrantes y sus familias requieren conocer cara a cara a este fenómeno. El segundo es el estrés, la angustia y la incertidumbre que esta situación genera, lo cual se traduce en un problema emocional severo, que ha sido poco explorado en México, y prácticamente no atendido.
“La guía recorre el camino que transitan los migrantes, desde la perspectiva emocional al momento que deciden salir, lo que pasa con la familia, ya que en ocasiones no dialogan con sus esposas y eso, de acuerdo con los testimonios, genera vacíos y culpas de parte de los migrantes o de los familiares que se quedan”.
El doctor en antropología relató que la guía está construida con los testimonios de los involucrados. “No es nuestra opinión como investigadores, es fruto de un trabajo de campo que se hizo en ambos lados de la frontera a lo largo de más de tres años e incorpora la voz de los migrantes y la de las mujeres que se quedan”.
La guía está estructurada en cuatro partes: Las que se quedan, Los que se van, A quién acudir y un directorio.
La primera describe las condiciones de la despedida, aspectos y consecuencias de la separación familiar, los nuevos roles de la familia y la preocupación por los hijos.
La segunda trata sobre “los que se van”, en ella se aborda el tema de las decisiones migratorias y la necesaria preparación del migrante, los duelos que enfrentará al dejar a su familia y comunidad, los peligros en la frontera, la vida en Estados Unidos, incluyendo las preocupaciones y sus efectos sobre la salud emocional. También se describen las condiciones y consecuencias de una salud mental precaria y su relación con el consumo de sustancias (alcohol y drogas). Asimismo, se señalan los derechos y obligaciones de los migrantes, tanto al cruzar la frontera como en Estados Unidos.
La tercera parte, A quién acudir, contiene una descripción de los principales organismos institucionales, civiles y religiosos, que ofrecen asesoría, orientación y apoyo a las familias de migrantes que permanecen en su lugar de origen y a los migrantes, desde su preparación para la partida, el tránsito migratorio, el cruce fronterizo y su llegada a Estados Unidos. Concluye con un directorio en Yucatán, México y Estados Unidos, de los organismos responsables de la atención a migrantes y sus familias.
El investigador sostuvo que los migrantes en su mayoría son hombres, sobre todo en un estado como Yucatán, donde el éxodo internacional es relativamente reciente, el cual se intensificó a partir de los años 90 del siglo pasado, en contraste con lo que sucede en Jalisco, Guanajuato, Michoacán y otros estados, donde llevan más de un siglo migrando. “La expulsión de personas está focalizada en diez municipios, entre los que se encuentran Cenotillo —el cual tiene más población en Estados Unidos que en México—, Tunkás, Oxkutzcab, Muna, Peto, Santa Elena, Tekax, entre otros”.
Con base en datos del Observatorio de la Lengua Española y Culturas Hispánicas, en la Unión Americana viven más 35 millones de mexicanos o hijos de mexicanos. Once millones nacieron en México, de los cuales de seis a siete millones son indocumentados. Asimismo, indican que en 2017, el Banco de México reportó el ingreso de 28 mil 771 millones de dólares por concepto de remesas.
Para el caso de Yucatán, y según la misma fuente, esta entidad recibió 155.1 millones de dólares, monto que representa aproximadamente 7.1 por ciento del presupuesto de egresos de esa entidad en 2017, y 14.3 por ciento de este mismo presupuesto si se dejan fuera los recursos que provienen de la federación. Es por esta razón, según los autores de la guía, que la política pública debe avanzar y estar a la altura de la aportación que los migrantes realizan a sus comunidades de origen.
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