Por: Redacción
En la edición de verano de las Brigadas de Salud del Instituto Politécnico Nacional (IPN), aumentó la demanda del servicio psicológico en relación con años anteriores en los estados de México y Michoacán. A lo largo de diez jornadas atendieron a personas con problemas mentales como esquizofrenia, retraso y depresión.
En Michoacán se atendio a una adolescente de 13 años con retraso mental y escasas capacidades del habla, condición que su familia no comprendía y por ende no había atendido. Con la sesión, la psicóloga del IPN ordenó una serie de exámenes neurológicos y pruebas de inteligencia para comenzar el tratamiento médico.
De acuerdo con la evaluación general practicada en el municipio de Jungapeo, Michoacán, se detectaron varios casos de principios de esquizofrenia, comentó Kristhel Lolyn Vargas, brigadista del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS), Unidad Santo Tomás, del IPN.
La jornada psicológica también ayudó a superar procesos de duelo, como el caso de Dulce Graciela de 50 años, quién tras el fallecimiento de su madre, hace 30 años, seguía “cargando con la culpa”, misma que no la dejó desarrollarse profesional ni sentimentalmente. Por el contrario, derivó en un pésimo cuidado personal, aunado a enfermedades físicas y depresión.
La coordinadora de la brigada politécnica analizó la situación y aplicó a la paciente la técnica de la “silla vacía”, la cual consiste en una sesión de 50 minutos, donde se expresan los sentimientos y asuntos inconclusos con la persona fallecida hacia un espacio en blanco, como un banco o sillón.
Este tipo de técnicas son efectivas y recomendadas cuando el tiempo limita a una sola sesión. Sin embargo, el trabajo se completa con una serie de ejercicios que el paciente deberá realizar por su cuenta como complemento de la terapia.
En el municipio de Tuzantla, Michoacán, las brigadas de salud encontraron en varios niños pequeños casos de faringoamigdalitis, una enfermedad respiratoria ocasionada por la falta de higiene y humedad que se registra en algunas zonas cálidas. Para aliviar este padecimiento se brindaron los medicamentos necesarios a los pobladores.
En la comunidad de Las Parolas, los politécnicos atendieron a varias personas, en su mayoría mujeres, con lesiones en los tendones y problemas de gastritis, además de adultos mayores con hipertensión y diabetes. El servicio más solicitado fue el de psicología para los niños, a quienes sus madres llevaron por presentar comportamientos violentos.
Finalmente, en el Estado de México, un grupo de politécnicos visitó distintas comunidades marginadas, donde la psicóloga detectó un problema general de violencia intrafamiliar y hacia la mujer, además de la falta de ganas de querer estudiar por parte de los niños y el desinterés de éste por sus padres, quienes prefieren que sus hijos ayuden en el trabajo a que acudan la escuela.
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