Por: Redacción/

Para impulsar que los avances tecnológicos contribuyan al desarrollo integral de la nación y al bienestar social, la senadora Ana Lilia Rivera presentó una iniciativa para expedir la Ley de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, que sustituya a la actual Ley de Ciencia y Tecnología e integre en su capitulado la Ley Orgánica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

La legisladora del Grupo Parlamentario de Morena consideró que la actual legislación es inadecuada pues bloquea aspiraciones legítimas entre las que enlistó la consolidación de dinámicas nacionales de producción de conocimiento con rigor científico, el florecimiento de fuerzas productivas y la independencia tecnológica del país.

Dijo que bajo los lineamientos de la actual ley el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se ha consolidado como un ente público de vinculación entre los centros de generación y aplicación del conocimiento científico y tecnológico con el sector privado, constituido por empresas demandantes de ciencia y tecnología, añadió.

De lo que se trata, precisó, es poner las capacidades y desarrollo tecnológico del país al servicio del pueblo de México y de los intereses nacionales, ya que la actual legislación es ineducada e insuficiente para lograr que las ciencias, humanidades y la tecnología concurran, colaboren en el desarrollo integral de la nación.

La senadora Rivera explicó que la nueva Ley de Humanidades, Ciencias y Tecnologías que propone ampliará o reorientará la que ya existe porque determina las bases a partir de las cuales deberán fomentarse y protegerse las diversas formas sociales del conocimiento humano, incluyendo la celebración de procedimientos de consulta previa con pueblos y comunidades indígenas.

Fijará, además, los lineamientos sobre los cuales deberán promoverse y divulgarse los avances científicos y tecnológicos. Ello impulsará la socialización del conocimiento en general.

Clarificó que su proyecto incluye además, explicó, mecanismos e instrumentos para promover y orientar la generación de nuevos conocimientos y aplicaciones, la vinculación de los sectores público, social y privado con los procesos de formación de vocaciones, educativos, de investigación y desarrollo tecnológico. De igual forma, los relativos a la apropiación social del conocimiento y la tecnología de vanguardia.

Y finalmente establece criterios para la renovación, orientación y articulación de las fuerzas productivas nacionales con una visión de largo plazo, así como para el fortalecimiento de las capacidades cognitivas y de reflexión de quienes se dedican a la investigación y al desarrollo tecnológico, así como a la comunicación pública en la materia.