Por: Redacción/
Los titulares de los datos personales tienen derecho a exigir que los responsables del tratamiento de su información se conduzcan bajo los principios y deberes de licitud, lealtad, información, consentimiento, finalidad, calidad, proporcionalidad, responsabilidad, seguridad y confidencialidad, afirma el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Para orientar a la población sobre este derecho y la manera en la que se aplican estos principios y deberes rectores, el INAI pone disposición de la población el volumen dos de la Guía para Titulares de Datos Personales en www.inai.org.mx El segundo volumen de la guía, denominado “Principios rectores de la protección de datos personales”, indica las obligaciones que tienen los responsables con el uso y cuidado de los datos personales.
La Guía explica de manera sencilla que el principio de licitud establece que nadie puede utilizar los datos personales para actividades ilícitas, y que las instituciones públicas o privadas que recaben este tipo de información deben usarlos de acuerdo a la ley.
El de lealtad consiste en que los responsables del tratamiento de los datos personales están obligados a respetar la confianza que los titulares depositaron en ellos al proporcionarles sus datos personales, así como a garantizar que ésta será tratada conforme a lo acordado.
Mientras que el principio de información señala que el responsable debe dar a conocer al titular el aviso de privacidad antes de recibir la información personal. Si no lo muestran, puede solicitarse, pues ese documento especifica quién, cómo y para qué serán utilizados los datos personales.
Asimismo, los responsables del tratamiento de los datos personales deberán solicitar el consentimiento del titular para la obtención y uso de los datos personales, salvo las excepciones previstas por la ley.
El principio de finalidad establece que los datos personales sólo podrán ser tratados para las finalidades para las que se obtuvieron, o aquéllas que resulten compatibles, y que fueron informadas al titular a través del aviso de privacidad, y consentidas por éste, en su caso.
El principio de calidad obliga a los responsables del tratamiento de los datos personales a tomar las medidas necesarias para que los datos sean exactos, completos, correctos y actualizados para los fines para los cuales se obtuvieron, y también ordena que los datos personales sean eliminados una vez que concluyó la finalidad y según lo prevean las disposiciones normativas.
A su vez, la proporcionalidad establece que sólo deberán solicitarse aquellos datos que resulten necesarios, adecuados y relevantes para cumplir con las finalidades para las cuales se obtuvieron, además deberán solicitarse el menor número posible de datos personales.
Sobre la responsabilidad, la Guía para Titulares de Datos Personales explica que el responsable debe tomar las medidas necesarias para cumplir con los principios y obligaciones antes señaladas, entre ellas esquemas de autorregulación, que les ayude a mejorar el tratamiento y cuidado de los datos personales.
En cuanto a la seguridad apunta que los responsables están obligados a resguardar los datos personales en bases de datos protegidas con medidas de seguridad que eviten daño, pérdida, alteración o destrucción de los datos personales, o su uso, acceso o tratamiento no autorizado.
Finalmente, respecto a la confidencialidad, expone que toda persona tiene derecho a que sus datos personales no se difundan o compartan con terceros, salvo que exista consentimiento para ello o alguna obligación normativa requiera su difusión.
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