Por: Redacción
El vicepresidente de la Cámara de Diputados, Alejandro Ojeda, aseveró que quienes dilapidaron la riqueza generada por la explotación del petróleo en México tienen nombre y apellido: los gobiernos emanados de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), cada en sus respectivos sexenios que fueron titulares del Ejecutivo federal.
El legislador perredista señaló que las malas administraciones y las excesivas cargas fiscales leoninas a que sometieron a Petróleos Mexicanos (Pemex) fueron definitivamente factores que debilitaron a lo que fue una de las empresas productoras de crudo más importantes del mundo.
El diputado federal expreso que el PRI Y PAN deben asumir la responsabilidad social, política, económica, histórica y jurídica de la inanición de la industria petrolera mexicana.
Señaló que las declaraciones del Ejecutivo federal, no se deben ver de manera aislada; sino que forman parte del gran plan iniciado hace más de 30 años, cuando empezó el estrangulamiento y el saqueo financiero de Pemex, pasando por el fracaso de las reformas energéticas de la actual administración,
La afirmación relativa a Pemex de que “se acabó la gallina de los huevos de oro” es una confesión de que ya no hay más que saquear y ahora nos pretenden engañar para iniciar el remate de nuestro petróleo, por lo que el diputado Alejandro Ojeda llamó a defender los yacimientos del hidrocarburo que todavía quedan en México.
Recordó que el propio gobierno federal anunció el descubrimiento de seis nuevos yacimientos, gracias a la perforación de los pozos exploratorios Nobilis-1 en el mar profundo del Golfo de México y Teca-1 en aguas someras, dicho hallazgo incrementa el inventario de reservas petroleras, además de que se confirma el potencial geológico y de producción con el que cuenta el país.
Desgraciadamente, dijo, a Pemex lo afectaron la enorme corrupción y la impunidad que se dieron y se dan en los anteriores sexenios y en actual, pues los recursos millonarios que generó la llamada “Empresa Productiva del Estado” se derrocharon en el gasto corriente, particularmente en los ofensivos salarios de la alta burocracia gubernamental.
Comentó que por más de 30 años, los recursos generados por la venta del crudo sirvieron para tapar los hoyos provocados por un sistema fiscal deficiente que consentía, sobre todo, a los grandes empresarios que apoyados por prestigiosos bufetes de contadores eludían el pago de impuestos e incluso cada año recibían jugosos reembolsos que el gobierno les regresaba por tener un régimen fiscal que los consentía y les daba todas las facilidades para no cumplir con sus obligaciones fiscales.
El diputado federal señaló que otros culpables son los dirigentes sindicales, convertidos en verdaderos jeques petroleros, que en lugar de defender nuestros recursos naturales, se convirtieron en grandes contratistas que de igual forma contribuyeron al saqueo de Pemex.
Recordó que en los tiempos que gobernó el PAN al país, miles de millones de pesos se canalizaron a los estados de la República, cuyos gobernadores de manera irresponsable los despilfarraron en la corrupción, haciendo del erario público su patrimonio personal, realizando grandes negocios con empresas fantasmas que obtenían enormes ganancias, que a final de cuentas iban a parar a cuentas de prestanombres de los propios gobernantes.
Lo peor del caso, apuntó, es que millones de pesos se desviaron hacia campañas políticas para la compra del voto, generando clientelismo político de personas en situación de pobreza y que hoy conforman casi el 60 por ciento de la población, y quienes votaban a favor de un sistema que provocaba mayor marginación y exclusión, pues desde hace 30 años a la fecha, la pobreza sigue creciendo, desperdiciándose las enormes ganancias petroleras que se hubieran aprovechado para impulsar el desarrollo y crecimiento del país.
Acusó que el PRI y el PAN no quisieron invertir en la industria petroquímica ni en más refinerías ni en la industria petrolera en general, simplemente la utilizaron para beneficiar a las altas burocracias y los grandes empresarios.
Insistió en que de manera irresponsable se dilapidó la renta petrolera, abusándose descaradamente de Pemex hasta dejarlo casi inservible, impulsando una privatización del petróleo a favor de un puñado de grandes empresas.
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