Por: Redacción/
Se presentó en el plantel San Lorenzo Tezonco, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), el libro fotográfico La Danza del Sol Tonal Mitotianiliztli, volumen que muestra la preparación en el antes, durante y después de la ceremonia de la “Danza del Sol”, práctica cultural proveniente de los pueblos de América del Norte, que llegó a México a través de la convivencia e intercambio cultural de filosofías, prácticas y visiones del mundo entre jefes y líderes de movimientos de búsqueda y rescate de tradiciones antiguas de los habitantes de América.
Durante la presentación, Alejandro Díaz Bueno, profesor-investigador de esta casa de estudios –y representante de la Fundación Cultural Camino Rojo, A.C.– destacó el papel que juegan las ritualidades en la vida moderna, como la “Danza del Sol”, los temazcales, la búsqueda de visión, las ceremonias con plantas, etc.; “de alguna manera tienen un sentido de conexión, de ubicarnos en el mundo, especialmente en una sociedad moderna –contemporánea– donde la identidad está perdida”.
“En la vida moderna hay relaciones muy utilitarias, pero si uno va a un círculo de ‘Danza del Sol’, se va a encontrar con la representación del cosmos, del universo, con un árbol, con una representación metafórica de la vida y el papel que juegan los asistentes; es como repasar su propia vida, de entender –no desde la cabeza, el pensamiento, o el juicio– para qué es la vida, para qué estamos aquí, qué sentido tiene o que lugar ocupamos en esa relación con las personas, con los hombres, mujeres, árboles, plantas, animales, elementos y –en este caso– con el Sol” añadió el académico.
“Esta danza se trata de una ceremonia a la energía más potente que conocemos, que nos permite vivir: la del ‘padre sol’. Es una ceremonia donde los tesistas –varios danzantes y yo– decidimos ayunar y no tomar agua durante cuatro días; es una forma en la que uno se conecta con todo lo que le rodea de una manera diferente. Esa lógica del rescate de la cultura y del trabajo es una forma de reforzarse, de agarrar fuerza para poder continuar con nuestra vida, sobre todo los que vivimos en la ciudad y que no tenemos esa relación más directa con la tierra”, aseveró.
Posteriormente, Luis Rodríguez –líder espiritual y director de la “Danza del Sol” en Ixtapaluca, del Kalpulli Izcalli, A.C.– señaló la importancia de buscar el conocimiento y la espiritualidad para formarnos como seres humanos, para contactar a los pueblos indígenas; “el maestro Francisco Jiménez –conocido como Tlacaélel– y yo viajamos a Estados Unidos, pues había una preocupación tanto de los indígenas de allá, como de México, para que nuestra cultura e identidad no se perdiera”.
“Sin embargo, no entendemos la esencia de lo que nos hace mexicanos. A veces pensamos que ser mexicanos es lo que estamos viviendo en la actualidad, pero si no entendemos nuestro pasado, y quiénes somos, siempre seremos incapaces de construir un nuevo México, de formar buenos mexicanos que tengan la posibilidad de un mejor futuro. La ceremonia de la ‘Danza del Sol’ busca la espiritualidad de lo que nos hace ser humano, con base a nuestras tradiciones y origen cultural, compartido también con los pueblos del norte”, añadió.
Por lo anterior, Rodríguez destacó que documentar la ‘Danza del Sol’ es importante, porque es necesario contar con un registro de cómo ha evolucionado, para que la gente –los participantes– sepan sus orígenes. “Si entendemos qué es la Danza del Sol y cuáles son sus fundamentos y objetivo, las próximas generaciones se podrán acercar y sentir orgullosos de esta ceremonia, pero también de su propia identidad, nuestras tradiciones y cultura originaria; de allí la importancia también de difundir estos saberes” añadió.
En sendas intervenciones, Carmina Banziflor Salas Ángeles y Julio César Olazagasti Vizcaya –los autores–señalaron que el libro La Danza del Sol es producto del trabajo de una investigación que iniciaron en el 2010, para obtener el grado de licenciados en Comunicación y Cultura por la (UACM), con el apoyo de la Fundación Camino Rojo, A.C. y el Kalpulli Izcalli, A.C., de la Secretaría de Cultura, PACMY, 2016, del GDF.
Esta celebración se inserta en el proceso de reivindicación cultural que llevan a cabo diversos grupos pertenecientes a la mexicanidad, autodenominados “Kalpulli”; también conocida como “Wi Wanyang Wacipi”, (Danza de mirar fijamente al sol, en lengua nativoamericana) “Tonal Mitotianiliztli”, como los participantes de este libro lo nombran, o Tonal Mihtotiliztli” (Fiesta del Sol), en lengua náhuatl en la región de Tlaxcala, es una ceremonia ritual que se ha conservado entre los pueblos de América del Norte, como los siux oglalas en Dakota del Sur, antes de la colonización inglesa.
“Con nuestra participación en la ‘Danza del Sol’, aprendimos a ser responsables, a cumplir con la palabra. En todo este tiempo hemos reforzado nuestra propia voluntad. Con el apoyo de los danzantes como mentores a nuestro lado, esta investigación es de los pocos libros fotográficos sobre el tema que recopila y preserva todo el proceso. En el libro encontrarán la experiencia de los participantes, sus familias y sus amigos, que nos confiaron esta práctica cultural y forma de vida para documentarlo, estamos alegres de estar aquí hoy y poder cumplir con nuestra palabra de regresar algo a los danzantes y a nuestra Universidad”, coincidieron los autores.
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