Por: Redacción
“Quienes hayan construido un rompecabezas sabrán que el goce está en el proceso”. Así empieza el nuevo libro de Roberto Morris titulado justamente Rompecabezas, el cual es el resultado de una escritura por el simple placer de escribir.
El tomo editado por el sello Libros Magenta fue presentado en el Museo de la Ciudad de México, recinto de la Secretaría de Cultura de la CDMX, con los comentarios del editor Gabriel Bernal, el poeta Margarito Cuéllar, el periodista Miguel Cane y el propio autor de la obra.
“Este libro realmente no se trata de nada. El primer libro que escribí lo hice con una intención. Después de eso, empecé a escribir por escribir, se transformó de algo con un objetivo a algo lúdico que resultó en estos escritos”, afirmó Roberto Morris.
“Cuando me di cuenta que estaba escribiendo porque lo disfrutaba, sentí una enorme paz. Escribir por escribir te permite escribir lo que quieras y no necesariamente tener la razón, ni tener que llegar a una conclusión impresionante”, dijo el autor.
El texto se integra por 41 textos que atraviesan las fronteras de los géneros literarios, pasando por la poesía, el ensayo y los aforismos de medio renglón. Al respecto, habló el poeta Margarito Cuéllar: “Rompecabezas es un pequeño cofre de sutilezas, de textos que a veces suenan frescos y otras muy pensados; textos tallados una y otra vez hasta quedar con la solidez suficiente para mantenerse de pie con lucidez; textos que más que querer impresionar, deslumbrar o rendir homenaje a la grandilocuencia, nos dan la oportunidad de reflexionar sobre situaciones aparentemente absurdas”.
Margarito Cuéllar, autor de Las edades felices, agregó que “Con esta obra, al menos para mí como lector, Roberto entra a la galería de los raros. Es decir, de aquellos autores que pareciera que buscan divertirse a costa del lector, cruzando las fronteras de los géneros y fundando un territorio libre para la palabra”.
El crítico de cine, periodista y escritor Miguel Cane habló de la propuesta de Roberto Morris, cuya poesía es capaz de encontrar la belleza en la cotidianidad rompiendo con los tópicos comunes como las reglas de métrica y los clichés de los poemas.
“Este libro tiene sentido porque se puede leer de atrás hacia adelante o viceversa, sin la necesidad de ser uno de esos onerosos palíndromos que se pusieron tan de moda hace unos años. Creo que hay un acto de genialidad en la modestia con la que Roberto presenta sus poemas”, consideró.
“En la obra de Morris hay algo más genuino, y creo que lo más importante dentro de la poesía es que sea genuina, que nos hable en un lenguaje que nos llegue a todos, que nos transmita emociones, que nos permita conocer lo que está tratado de transmitir el autor y darle nosotros su propia interpretación, encontrar la belleza en el murciélago o en el fanático de fútbol, o citando a Marianne Moore, en los sapos verdaderos en jardines imaginarios”, concluyó Miguel Cane.
Roberto Morris estudió Comunicaciones en la Universidad Iberoamericana y Políticas Públicas en la London School Economics and Political Science. En 2003 publicó su primer libro de poesía, Poemas plásticos, y en 2005 fue incluido en la antología La luz que va dando nombre. En 2007 lanzó su novela Autobiografía de fracasos.
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