Por: Mugs Redacción
En México se lee mucho más que hace 30 o 40 años porque han surgido otros modos de lectura en pantalla, a pesar del cierre de editoriales y la baja en la circulación de periódicos y revistas, señaló el doctor Néstor García Canclini, investigador de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En la presentación del libro: Hacia una antropología de los lectores, el profesor comentó que luego de descubrir una ampliación de la lectura a través de formatos digitales de revistas, cómics o correos electrónicos decidió emprender, junto con un grupo de 15 estudiosos, un análisis minucioso de lo que sucedía con esos lectores.
Parte de los resultados fue publicada en la citada coedición de la Unidad Iztapalapa de la UAM y la Editorial Ariel, cuya versión digital puede ser descargada de manera gratuita en el portal de Fundación Telefónica.
“En el libro realizamos una aproximación a los procesos de lectura en papel y en pantalla, algo distinto a la información ya registrada en investigaciones previas de este tipo, puesto que varias encuestas y estudios históricos consideraban exclusivamente la lectura en papel”, subrayó el académico del Departamento de Antropología.
No había entonces un registro de lo que se lee en computadora o celular sobre cómo, cuándo y para qué se busca información, por lo que “quisimos entender los hábitos y para ello seleccionamos a varios lectores a quienes les solicitamos biografías lectoras y diarios de lectura.
“El libro se interesó por dos comportamientos lectores de tipo social, en especial los grupos de lectura y las ferias del libro; encontramos que aparentemente declina la compra de libros, pero crece el interés juvenil por leer y promover la lectura”, indicó.
La actividad tuvo lugar en la Librería Octavio Paz del Fondo de Cultura Económica y contó también con la presencia de la doctora Rosalía Winocur Iparraguirre, profesora-investigadora del Departamento de Educación y Comunicación de la Unidad Xochimilco, y la artista visual Verónica Gerber Bicecci, coautoras del texto, quienes hablaron cada una de sus investigaciones.
Gerber Bicecci expuso que las fotocopias comprendieron un tipo de formato común para generaciones nacidas entre 1975 y 1985. Su análisis se centró en la construcción creativa de artistas visuales y escritores, descubriendo “que algunos leen en forma fragmentaria y demuestran que cada uno es libre de inventar su propia forma de leer”, mencionó.
Hacia las etapas finales de su investigación, se dio paso a un muestrario de diversas formas de lectura, debido a la entrada de la convergencia digital.
El libro de papel es mucho más valorado por los artistas visuales que por los propios escritores, ya que los primeros poseen un sentido más marcado por la materialidad y el objeto en sí.
En su intervención, la doctora Winocur Iparaguirre comentó que a lo largo del libro desarrollaron una confrontación de datos obtenidos de encuestas y estudios sobre las prácticas lectoras que dejaban fuera las contemporáneas.
“A partir de cuatro líneas de investigación, el texto se enfocó en la experiencia subjetiva de la lectura que incluye lo que no se reconoce como leer, por ejemplo, muchos estudiantes universitarios no consideraban como tal el hecho de leer copias, es decir, valorizaban demasiado el libro”, anotó.
La lectura tradicional en libro representa un proceso profundo y concentrado, en tanto que otros soportes mejor apropiados por los jóvenes son concebidos como parte de lecturas fragmentarias o dispersas, de ahí la idea errónea sobre la inexistencia de lectores.
“Hay que entender las nuevas prácticas desde un lugar que no es el tradicional, sino del que denominamos el espacio biográfico, es decir, el lugar del relato narcisista en las redes sociales, donde se comparte la noción de sí mismo”, refirió.
Previo a la presentación del libro fue proyectado un video compuesto de testimonios que sirvieron de base para la constitución de Hacia una antropología de los lectores.
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