Tercera y última parte
Por: Omar Marroquín
Actualmente grupos de la sociedad civil y académicos de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) gestionan el proyecto Santa Prisca y su entorno inmediato como Patrimonio Cultural de la humanidad por la UNESCO que contempla –entre otros sitios históricos- al Pozo Meléndez como un atractivo turístico para los aficionados a la espeleología, actividad que consiste en la exploración de cuevas y otras cavidades subterráneas naturales.
Desde hace años esta propuesta, impulsada por las asociaciones civiles Grupo Unidos por Taxco y Proyecto Guerrero, se ha concentrado en la iglesia de Santa Prisca y el centro histórico alrededor de ella, pero la integración del proyecto en esta ocasión contempla a las ex haciendas del municipio, la flor de Noche Buena y una ruta espeleológica que va más allá de la ciudad de la plata.
La Gruta de Carlos Pacheco, el Pozo Meléndez, los ríos subterráneos de Chontacoatlán y San Jerónimo, que se encuentran en Taxco y Pilcaya junto con otros sitios como las Grutas de la Estrella, en el Estado de México, trazan la ruta espeleológica que incrementa las posibilidades de que la UNESCO reconozca a Taxco y parte de la región Norte de Guerrero como patrimonio de la humanidad.
Ignacio Pineda, dueño de la granja didáctica y ecológica Dos puertas y miembro activo de Grupo Unidos por Taxco que trabaja en la integración del proyecto, comenta que “si Santa Prisca por sí sola no puede ser considerada patrimonio de la humanidad, entonces intentaremos que lo sea la región completa. Dentro de esta zona queremos integrar al trágico Pozo Meléndez, un lugar con un historial negro pero que resulta interesante para la espeleología porque hasta la fecha está considerado como uno de los pozos explorados más profundos del planeta”.
A cuatro kilómetros de Puente Campuzano, en Taxco El Viejo –comunidad donde se asentaron los primeros pobladores del municipio en la época prehispánica– Ignacio, un hombre de edad avanzada, alimenta a los caballos de su granja mientras explica que “el propósito es mostrar al Pozo Meléndez como un lugar receptivo de deporte extremo”.
En vez de reconocerlo por su historial negro, la grieta se desarrollaría como un atractivo turístico donde se practique la espeleología vertical, es decir, el descenso a través de rápeles.
En caso de que el proyecto se apruebe el Pozo Meléndez estaría resguardado con una oficina contigua para recibir a los turistas y deportistas. Además, comenta Ignacio, el sitio contaría con equipo y personal de vigilancia que formarían parte del proyecto de desarrollo urbano que ha sido discutido con el comisario Rogelio Bahena, el cual consiste en instalar iluminación con base en energía solar desde la Universidad Politécnica hasta ese ejido.
“El comportamiento del turismo que se dedicaba a viajar sólo lugares sólo para observar lugares ya no corresponde a la actualidad. Ahora el turismo es dinámico, los turistas ya no buscan sitios sólo para admirar, quieren lugares que interactúen con ellos.”
Para el comisario Rogelio Bahena, la posibilidad de que el Pozo Meléndez se abra es estimulante porque concuerda con las palabras de Ignacio Pineda. “La ruta de la espeleología definitivamente representaría una oportunidad de crecimiento tanto económico como social para las comunidades alrededor de las cuevas. También significaría mayor responsabilidad porque se tendría que acatar las normas y tratados internacionales de conservación”.
Utilizar al pozo con fines espeleológicos no involucraría la decisión de cada uno de los 78 ejidatarios de Puente Campuzano. Según el comisario, el terreno donde se encuentra el Pozo Meléndez quedó intestado desde hace décadas. La tierra es de uso común. Y si el proyecto turístico procede, se convocaría una asamblea ejidal con el único fin de comentar los alcances del proyecto.
Ignacio Pineda y el comisario Rogelio Bahena no creen que la apertura del pozo lo convierta otra vez en un sitio idóneo para que el crimen organizado desaparezca a sus víctimas.“El Pozo Meléndez es un lugar natural que ganó infamia desde que un general que estaba aquí en tiempos de Revolución en vez de gastar balas para fusilar, aventaba allí a sus enemigos. Antes era una zona totalmente inhabitada, pero ahora a 50 metros de allí hay una universidad. No vamos a dejarlo por el mal uso que le dieron las personas. Es parte de nuestra historia”.
Al gobierno municipal de Taxco se le informó sobre el proyecto un mes atrás. Un representante del presidente suplente Iván Castellanos ha asistido a las juntas organizadas por las dos asociaciones civiles para conocer los detalles del proyecto encabezado por la reconocida doctora en arquitectura Andrea Babini Baan.
Cuando el proyecto esté completamente integrado y se presente ante la UNESCO a través de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas de Guerrero, Ignacio auspicia que comenzaría una polémica justificada pero que deberá superarse.
“Creo que el sitio tiene más valor por su potencial espeleológico que por su lúgubre fama que se ganó por haber sido un tiradero de cuerpos. Algún día se tiene que reivindicar ese lunar negro que fue la tumba de muchas personas. No es grato tenerlo con ese historial” sentencia.
Los cerros que reemplazaron al Pozo Meléndez
A partir de la noche de Iguala, cuando seis personas murieron a balazos y desaparecieron 43 normalistas de Ayotzinapa, la UPOEG –cuyo líder Miguel Ángel Jiménez Blanco fue asesinado el pasado 8 de agosto en Acapulco- descubrió que las tierras alrededor de la cuna de la independencia son cementerios clandestinos del crimen organizado coludido con autoridades.
La Procuraduría General de la República (PGR), en respuesta a una solicitud de información, informó que en ocho meses –de octubre de 2014 a mayo de 2015- se localizaron en Iguala 60 fosas clandestinas con 129 cuerpos, pero aclara que la cifra real podría ser mayor.
Si al número de cadáveres hallados en ocho meses de búsqueda y localización se le suman los hallazgos de años anteriores, la cifra se dispara. En el año 2010, 53 cuerpos fueron encontrados –dos incompletos de la cintura hacia abajo- en un respiradero de la mina La Concha en la comunidad San Francisco Cuadra, en Taxco. Tres años después, siete fosas con el mismo número de cuerpos se hallaron en diferentes puntos del municipio.
Al año siguiente, el 9 de febrero 32 cadáveres fueron exhumados de fosas clandestinas encontradas en Mexcaltepec, cerca de la carretera que conecta Taxco e Iguala.
El total de cadáveres encontrados en los cerros y caminos alrededor de ambos municipios en los últimos cinco años asciende a 221, más de la mitad del número de desaparecidos reportados en la década con mayor índice de violencia durante la guerra sucia.
Ante el descubrimiento de la narcomina taxqueña –como llamaron varios medios locales al respiradero con 53 cadáveres y cuatro cabezas- en junio de 2010, el ex presidente de la Coddehum de Guerrero, Juan Alarcón Hernández, además de aclarar que el caso no podía establecerse como competencia de la dependencia a su cargo, hizo un comparativo entre las fosas clandestinas y el Pozo Meléndez.
“La situación es diferente. Lo que hoy ocurre son desapariciones o levantones por miembros del narcotráfico, y en ese tiempo [de la guerra sucia] este tipo de acciones se hacían por cuestiones políticas perpetradas por el gobierno local o de políticos encumbrados”.
Juan Alarcón Hernández fue el primer ombdusman de México. El 27 de octubre del año pasado, un mes antes de fallecer por cáncer de estómago, recibió el premio al mérito civil en materia de derechos humanos. El hombre cuya recomendación fue determinante para que la Boca del Diablo se cerrara, es recordado por cuestionar los gobiernos de Rubén Figueroa Alcocer y Zeferino Torre Blanca y por promover la investigación del caso Ayotzinapa ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
En el acto político más reciente realizado en las inmediaciones del Pozo Meléndez, el ex procurador general de justicia del estado de Guerrero, Alberto López Rosas, en su discurso enfatizó que “debemos aprender las lecciones del pasado. Las sociedades que olvidan su historia pueden volver a cometer los mismos errores o los mismos excesos.”
“Lo que queremos es no olvidar para no volver a cometer lo mismo”, sentenció el ex candidato del extinto Partido Humanista para justificar el arranque de su campaña en la fosa común más conocida de Guerrero que tiene nombre y leyenda.
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