Por: Redacción/
Un recorrido virtual por la Cueva de Lascaux –ubicada en el sur de Francia y cerrada a principios de la década de 1960 para proteger la riqueza prehistórica que alberga– ofreció hoy el doctor Jorge Martínez Contreras, Profesor Distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Interesados de todo el mundo pueden admirar el arte rupestre del sitio, cuyo acceso quedó restringido debido al daño por dióxido de carbono, y ahora existe la opción de visitar sus salas a través de la réplica de Lascaux 4, localizada a 200 metros del sitio original.
Lascaux tiene un guía, al igual que en Chauvet, donde un pequeño grupo de personas cuenta con un micrófono que proporciona información para que conozcan las pinturas que se reprodujeron de la original y de esa manera pueden acercarse al arte rupestre de la cueva, descubierta en 1940 por cuatro adolescentes mientras buscaban a su perro llamado Robot.
Al dictar la conferencia La Cueva de Lascaux a través de sus réplicas, en el Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano, el doctor Martínez Contreras destacó el significado de contar con una copia física de un espacio de tal relevancia, por la sensación que transmite a los asistentes.
Aura Ponce de León Contreras, académica del Departamento de Filosofía de la Unidad Iztapalapa, destacó la necesidad de contar con estas réplicas porque “la idea es que debido a que muchas cuevas han sufrido daños por los visitantes y se han cerrado al público, los gobiernos, en particular Lascaux, Chauvet y Altamira, han hecho copias lo más fidedignamente posible para que la gente acceda igual que a un museo”.
Esa experiencia es como entrar al espacio o a una neocueva, ya que la “vives muy cercana a como es la original, entonces cumple con la función de divulgar el arte, por lo que la gente conoce con mayor exactitud cómo era, pero a la vez se está protegiendo la original, a la que acceden sólo investigadores”.
En el marco del Seminario Hominización, simbolismo y arte rupestre, el profesor del Departamento de Filosofía de la Unidad Iztapalapa relató el descubrimiento de cuatro jóvenes campesinos occitanos que al buscar a su mascota vieron que un conejo se metía a un hoyo y descubrieron la entrada a este sitio que es la entrada original.
Ante estudiantes, artistas plásticos e interesados en el arte rupestre que guarda el lugar descubierto en 1940, el doctor Martínez Contreras hizo un recorrido a ese sitio de Francia para explicar que aunque la cueva original fue cerrada para preservar las más de mil pinturas que hay, las autoridades se dieron a la tarea de hacer una que denominaron Lascaux 2, la primera copia realizada.
Además, la Lascaux 3 es un espacio itinerante, es decir, una copia móvil creada a semejanza de la Capilla Sixtina –que visitó México hace dos años– “y en la cual nuestro país está en lista de espera”.
Apoyado en fotografías de las pinturas de Lascaux 4, por ser la más completa, fidedigna y moderna, el investigador de esta casa de estudios indicó que aunque no se puede precisar cuáles de éstas fueron pintadas primero, por lógica se estaría pensando en que aquellas localizadas en la entrada fueron las primeras, lo cierto es que son de incalculable valía para la humanidad.
“Hay un diseño arquitectónico en cada uno de los frescos como se ve en la vaca donde uno de sus cuernos está en forma de ‘S’ y otro en ‘C’”, así como en otras, ésta mide 5.2 metros de la cola a los cuernos del animal de la prehistoria, refirió el especialista.
Lascaux 4 está construida debajo de la original y aunque la colina donde está es propiedad privada se encuentra en manos del Estado. “El paraje ahora está cubierto de árboles, pero hace 20 mil años era tundra con renos, sin embargo hay pocos de ellos pintados en esta cueva”.
Y no obstante que la cueva de Lascaux fue un hallazgo de la época de la Segunda Guerra Mundial –y los jóvenes descubridores juraron guardar el secreto porque pensaban que tenía túneles que conducían a un castillo– llevó tres días para que el suceso saliera a la luz pública.
El sitio cuenta con mil dibujos e imágenes, que conservan la riqueza de la prehistoria francesa en diversas naves que contienen animales, como un caballo muy interesante, “porque el pintor no podría verlo, así que tuvo que pintar una parte a la izquierda y otra a la derecha”.
Los problemas que suscitó la calcita –mineral de carbonato de calcio– presente en la cueva y que estaban afectando las pinturas llevaron al gobierno de Charles D´Gaulle a cerrarla y realizar una réplica, donde se pueden ver caballos con cabeza negra que al igual que otros pintados ponen al descubierto rayas rojas, de las cuales aún no se ha determinado su significado.
La Cueva de Lascaux es una de los sitios más emblemáticos por las pinturas rupestres que atesora, seguidas por las de Chauvet, Altamira y Tito Bustillo, las últimas dos ubicadas en territorio español y las dos primeras en Francia.
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