Por: Redacción/
La escritora dominicana Camila Henríquez Ureña fue precursora de los estudios de género, aún antes de las investigadoras francesas, y su ensayo Feminismo (1939) postula ideas avanzadas que no han sido suficientemente sopesadas, expresó la doctora Freja Ininna Cervantes Becerril, docente del Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La humanista dominicana que adoptó la nacionalidad cubana cofundó y dirigió en los años 30 del siglo pasado –en La Habana– la revista Lyceum, estructurada en su origen de acuerdo con las actividades de la sociedad del mismo nombre, que mostraba las actividades de esa institución y ponderaba conferencias de invitados especiales, entre ellos Teresa de la Parra, Juan Ramón Jiménez y Gabriela Mistral.
En su trabajo Los empeños de un impreso. Camila Henríquez Ureña y la revista Lyceum, la especialista en producción editorial y letras hispanoamericanas destaca que la relación de Henríquez Ureña con la lectura y la educación fue muy activa, lo cual explica su inserción en la década de 1960 en la Cuba revolucionaria, aunque todavía falta indagar en su archivo personal los datos concluyentes sobre su vida cultural desde una perspectiva crítica.
Cervantes Becerril relató en el Seminario interinstitucional Usos de lo impreso en América Latina que para publicar Lyceum pasaron penurias económicas, incluidas las diferencias significativas que afrontaron desde finales de 1920 con el gobierno de Gerardo Machado.
“La revista fue mostrando los temas importantes para el Lyceum: la biblioteca, la lectura, el arte, la música, la ciencia y la asistencia social, pero entre 1936 y 1939 pasó de una aparente intención de caridad a un activismo social” y fue en 1937 cuando Henríquez Ureña se concentró en el activismo feminista, alejándose de la dirección del Lyceum, aunque sin dejar de colaborar ni de aportar dinero a la institución”.
El doctor Manuel Ramírez Chicharro indicó que en sus indagaciones ha encontrado referencias respecto al Lyceum, aunque “lo cierto es que no hay trabajos académicos sobre esta asociación cultural con fuerte participación de mujeres de la clase alta habanera”.
El miembro del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) refirió que dicha agrupación mantenía vínculos con la clase política del momento, pero a la vez desarrolló un alto compromiso social y contribuyó a ampliar el debate sobre ciudadanía y derechos, así como el papel de la mujer en la cultura, y en su momento la publicación constituyó un refugio y tribuna de la intelectualidad de la Isla.
El Lyceum se integró con una visión de diversidad intelectual abierta al feminismo y se articuló en torno a ese movimiento, que era muy potente desde la creación del partido nacional feminista en 1912 y se consolidó con la aprobación del sufragio de la mujer en 1934.
La institución habanera (Lyceum femenino) patrocina el primer patronato para financiar a la beneficencia social, que a la postre se convirtió en asistencia social, y su patronato fue el antecedente del Ministerio de Bienestar Social que se creó con el gobierno revolucionario.
La publicación desapareció en 1968 y sus integrantes se exiliaron en Florida, por lo que sus archivos se encuentran en la Universidad de Miami.
El posicionamiento feminista de Henríquez Ureña se nota en su investigación acerca de la educación científica de la mujer. Entre 1918 y 1921 fue profesora en la Universidad de Minnesota cuando se daba la lucha por el voto femenino en Estados Unidos, explicó el investigador de la UNAM.
“El contexto histórico se conjuntó con el feminismo de Camila Henríquez como un factor decisivo para prefigurar su visión crítica”, concluyó Ramírez Chicharro.
No Comment