• Israel Zamora y Raúl Bolaños-Cacho denuncian beneficios para empresas nacionales y trasnacionales, en demérito de comunidades indígenas

Por: Redacción/

Para prohibir que en las Áreas Naturales Protegidas se realicen actividades de exploración, extracción y beneficio de minerales, los senadores Israel Zamora Guzmán y Raúl Bolaños-Cacho Cué, propusieron reformar la Ley de Minería y la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente.

En coordinación con los diputados Zulma Espinoza Mata y Arturo Escobar y Vega, los legisladores coincidieron en que, si bien la actividad minera representa importantes beneficios económicos, también causa graves daños ambientales, los cuales podrían mermar o desaparecer la riqueza biológica que caracteriza a México a nivel internacional.

Destacaron que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales informó que, en el periodo de 2006 al 2018, se extrajeron 59 mil toneladas de oro y 48.62 mil toneladas de plata, donde la superficie de concesiones mineras es de 21 mil millones de hectáreas.

Denunciaron que el 75 por ciento de estas concesiones mineras se otorgaron a empresas extranjeras.

“Mediante la minería se beneficia a grandes sociedades nacionales y trasnacionales, en demérito de los derechos fundamentales de las y los mexicanos, principalmente de las comunidades indígenas”, señalaron.

Los integrantes del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, advirtieron que, de las 182 áreas protegidas, 68 tienen concesiones mineras, lo que abarca una superficie de 1.5 millones de hectáreas que representan 7.7 por ciento de la superficie terrestre preservada.

La iniciativa, que se turnó directamente a las comisiones unidas de Minería y Desarrollo Regional; y de Estudios Legislativos, Segunda, de la Cámara de Senadores, detalla que las entidades que cuentan con más proyectos mineros registrados son Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí e Hidalgo.

Por lo que entre algunos de los impactos ambientales en esos estados están la pérdida de cobertura forestal, alteraciones de la calidad del aire, del relieve y escurrimientos superficiales.

Así como la generación de drenaje ácido y movilización de elementos tóxicos; alteraciones de las aguas subterráneas; procreación de vibraciones sísmicas, así como contaminación de suelos y agua por sustancias y materiales depositados.