Por: Redacción/

Durante el III Coloquio Internacional “Las Paradojas de la Megalópolis: Gobernar la Incertidumbre”, organizado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP), académicos y expertos pidieron generar políticas públicas que ayuden al crecimiento urbano ordenado y sostenible de las regiones integrantes de la megalópolis del centro de nuestro país.

Plantearon no olvidar que las entidades megapolitanas poseen problemas y características diferentes, y requieren soluciones específicas sin comprometer los recursos naturales.

Al inaugurar el evento, Juan Carlos Delgadillo Salas, secretario de Servicios Parlamentarios de la Cámara de Diputados, comentó que este coloquio es una experiencia que se extiende por dos legislaturas, para generar información y herramientas útiles a los legisladores y las comisiones al abordar los problemas de la megalópolis, que puedan contribuir al diseño de la legislación respectiva.

Destacó la importancia que representan los centros de estudios para los trabajos del Legislativo, al generar información que sirva para construir políticas públicas.

“Una de estas herramientas es este coloquio, el cual retrata muy bien lo que es el sentido de vocación de que quien trabaja para la Cámara de Diputados, lo hace, desde luego, con un sentido claro para la sociedad y la nación”, expresó.

Ricardo Martínez Rojas Rustrian, director de Estudios de Desarrollo Regional del CESOP, precisó que la megalópolis abarca más de 98 mil 500 kilómetros cuadrados, en donde habitan 40 millones de habitantes.

La Ciudad de México aporta 9 millones, “mientras que Ciudad Neza, con escasos 61 kilómetros cuadrados, tiene un millón de habitantes”. Por tanto, estimó que “debemos enfocarnos en resolver las problemáticas locales de cada región”.

El director de Estudios Sociales del mismo centro de estudios, Nezahualcóyotl Vázquez Vargas, indicó que este foro permitirá saber “aquello que es nuevo y lo que ya se conoce demasiado, pero no funciona, y lo que define a la incertidumbre”. Además pone a discusión la historia, el presente y el futuro de la acción política frente al desbordamiento que representa la megalópolis.

“Debemos conocer cuáles son los desafíos institucionales, políticos y analíticos que representa la megalópolis, y si su existencia pone en discusión el futuro de la organización del Estado y sus relaciones políticas”, sostuvo.

Pidió enfocarse en temas como los espacios vacíos que el crecimiento desordenado genera, el uso desmedido de sus recursos naturales y la devastación de sus riquezas, lo que pone al centro de la discusión la sustentabilidad de la megalópolis, a mediano y largo plazo.

Felipe de Alba Murrieta, investigador del CESOP, apuntó que este coloquio pretende recuperar la preocupación por diseñar, construir y gobernar las megaciudades, las cuales fueron levantadas de manera rápida y hoy son urbes inciertas.

Al iniciar el coloquio, se exhibió el vídeo del CESOP “Las Paradojas de la Megalópolis III”, en donde se explicó que este gran espacio lo conforman 553 municipios y lo habitan 40 millones de personas, mientras que en 1990 eran 27 millones distribuidos en Hidalgo, Estado de México, Puebla, Ciudad de México, Querétaro, Tlaxcala y Morelos.

Sergio Miranda Pacheco, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, mencionó que el origen de las epidemias en el país se asoció al estancamiento de aguas residuales. Afirmó que las obras de desagüe del Valle de México fueron la solución que se dio al conflicto entre salud y riqueza, “un producto directo de una racionalidad política, económica y social secular”.

Por su parte, Claudia Pardo Hernández, académica del Instituto Mora, destacó que la Ciudad de México sufrió entre 1521 y 1821 más de 35 epidemias, debido a la mala distribución de aguas.

América Molina del Villar (CIESAS) aseguró que la crisis e inestabilidad política en México durante el gobierno de Victoriano Huerta, originó en la capital desabasto de agua y alimentos y el deterioro en el mantenimiento de obras de drenaje, causa de la epidemia de tifo.

Alejandro Canales, académico de la Universidad de Guadalajara, expuso que actualmente Chile tiene un nivel de pobreza similar al de Estados Unidos; sin embargo, su nivel de desigualdad es superior al de México.

Destacó que una de las principales características de la desigualdad social en Chile es el acceso a Internet y los smartphones, ya que el 75 por ciento de la población no tiene acceso a la Red de forma continua.

Pablo Wong González, representante del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C. (CIAD-Hermosillo), subrayó la importancia de la complementariedad económica entre los estados fronterizos de México y Estados Unidos, como Sonora y Arizona, a fin de que las regiones transfronterizas se conviertan en palanca de desarrollo para consolidar y potenciar el intercambio comercial sin barreras, además de impulsar la manufactura automotriz, maquiladora y agroindustria que integren la innovación tecnológica.

Socorro Arzaluz Sola, socióloga del Colegio de la Frontera Norte (Colef) Monterrey, indicó que se necesita un diagnóstico global sobre el trabajo de los centros de atención a migrantes en la frontera, para evaluarlo, ya que el crimen organizado ha infiltrado el fenómeno migratorio, alentando la violencia e inseguridad, por lo que se requieren políticas públicas locales de prevención para frenarlas.

María Josefina Pérez Espino, de la Red Internacional de Investigación sobre Fronteras Comparadas, expuso que hoy en día no han sido suficientes los ofrecimientos de estatus de refugiado y las ofertas de trabajo en los lugares de origen, para inhibir el tránsito de migrantes, tanto internos como externos.

“Los cruces transfronterizos y las rutas comerciales se ven agravadas por una política unilateral de retirar visas a ciudadanos que usan las fronteras como un cruce. No hay canal de denuncia institucional, ni las instancias para hacer visible la situación de violencia de la política migratoria proveniente de Estados Unidos”, expuso.

Ute Lehrer, académica de la Universidad de York, Canadá, explicó que la gente busca quedarse en los suburbios o áreas alrededor de las ciudades, dónde las casas son más baratas y están más conectados a lo rural.

Dijo que el valor de lo urbano y lo rural tiene que ver con qué tan rentable es el lugar o qué tan fértil es la tierra, más la conectividad, el transporte y el precio de la tierra, lo que es aprovechado por algunas personas para “comprar barato y vender caro”.