Por: Redacción
El Senado de la República turnó a la Comisión de Protección Civil la propuesta del senador Jesús Priego Calva, del Grupo Parlamentario del PRI, para que se realice una investigación acerca de la peligrosidad de los volcanes en México y los riesgos que representan para la integridad y seguridad de los ciudadanos.
Para ello, plantea que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) realicen dicho reporte, pues son instituciones que por naturaleza propia tienen la investigación aplicada a la generación de programas preventivos y de auxilio a la población.
El objetivo es la preservación de la vida de la población, así como la implementación de acciones oportunas para generar los menores daños posibles, por lo que es indispensable fortalecer las campañas informativas y de concientización, para que los ciudadanos tengan en cuenta las medidas preventivas establecidas por las autoridades.
En su propuesta, el senador Priego Calva destaca que en México se han llegado a contabilizar más de dos mil volcanes, entre los que destacan el de Colima, en la frontera de Jalisco y Colima; el Paricutín en Michoacán; el Popocatépetl en los estados de México y Puebla; y el Pico de Orizaba, ubicado en los límites de Puebla y Veracruz.
Asimismo, subraya la existencia de 31 volcanes potencialmente activos y de 12 campos volcánicos monogenéticos, donde se tiene alta probabilidad de que nazca un volcán nuevo, como el Paricutín en 1943.
El caso más reciente con alto impacto social data de 1982: la erupción del volcán Chichonal, ubicado en Chiapas y que dejó aproximadamente dos mil víctimas; así como las recientes explosiones del Popocatépetl y en el Volcán de Colima.
Reporta que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha realizado investigaciones en donde señala que nuestro país “al ser una zona cuya orografía cuenta con gran presencia volcánica, abundan los volcanes monogenéticos, susceptibles de registrar una gran erupción.”
El volcán monogenético, explica el legislador, es aquel que “hace una erupción una sola vez en un lugar donde no hay un volcán” previamente, y “forma un edificio volcánico, un cono, un domo con un importante flujo de lava”; cuando se apaga nunca más vuelve a entrar en erupción y “después de algunos años ya no hay evidencia de actividad”, razón por la cual, aunque se han registrado tres millares, solo se sabe con cierta precisión cuándo se formaron 30 de ellos.
Ante este panorama, el senador Jesús Priego Calva precisa que en el caso de los volcanes “hablar de probables tiempos de erupción es diferente a pronosticarlo con otros fenómenos naturales más frecuentes y predecibles”.
“La actividad volcánica es algo que no es previsible, en general; todavía no sabemos suficiente y es posible que en algunos casos sea totalmente aleatorio”, argumenta.
No obstante, informa que de acuerdo con el equipo de investigadores: “no hay duda de que va a ocurrir una erupción”, un fenómeno que “está relacionado con procesos profundos y sigue la zona de subducción (el hundimiento de una placa tectónica debajo de otra)”, el cual se detectaría previamente como resultado de la actividad sísmica de la zona.
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