Por: Redacción/
Mariana Gómez del Campo, secretaria de Asuntos Internacionales del CEN del PAN, afirmó que es muy importante que se respete lo dispuesto en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas referente a la inviolabilidad de la sede de la misión diplomática de México en Bolivia, de los vehículos, correspondencia y agentes diplomáticos, por lo que confiamos en que las autoridades bolivianas no violarán esa inmunidad como lo ha expresado su Ministerio de Relaciones Exteriores.
“No cabe duda que una política exterior inconsistente y reactiva, que responde más a las posturas ideológicas del gobierno mexicano que a los principios constitucionales, nos ha llevado a este punto de la descomposición de la relación con Bolivia.
Es por ello que consideramos fundamental que se establezca un canal de diálogo entre los Cancilleres de ambos países para regresar a un vínculo amistoso basado en la cooperación, como ha sido en los más de 180 años de relaciones diplomáticas” señaló Gómez del Campo.
La panista comentó que “si en algo se ha caracterizado esta administración es por tener un doble discurso que por un lado ha utilizado la bandera de la no intervención y ha omitido posicionarse en temas clave como la política xenófoba de Trump y la profunda crisis que vive Venezuela, pero, por otro lado, toma una postura hasta proactiva en la crisis postelectoral de Bolivia.
Para millones de mexicanos es lamentable y vergonzoso que el gobierno federal tenga como aliados a los dictadores latinoamericanos perdiendo liderazgo en la región”.
La Vicepresidenta de la Organización Demócrata Cristiana de América señaló que “es difícil ignorar que muchos de los actos del gobierno mexicano pueden ser interpretados como injerencistas en la política interna boliviana, que vive un periodo de transición con un gobierno interino que se ha comprometido a convocar elecciones a la brevedad, para restaurar el orden constitucional roto por el fraude electoral de Evo Morales.
En ese sentido, la administración de López Obrador debe asumir su responsabilidad porque permitió que el expresidente boliviano siguiera atizando la violencia en su país desde territorio mexicano”.
Gómez del Campo puntualizó “no caigamos en la trampa de las descalificaciones, que cabe señalar ha sido el sello de la administración de López Obrador, ya que se trata de un tema que debe ser abordado con altura de miras y en el que se debe elevar el debate”.
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