Por: Redacción/
Los océanos desempeñan una función esencial en la vida cotidiana, ya que son los pulmones del planeta y los mayores productores de oxígeno. Ayudan a regular el clima mundial y constituyen la fuente principal del agua que sustenta toda la vida en el planeta, desde los arrecifes de coral hasta las montañas cubiertas de nieve, pasando por las pluviselvas tropicales y los ríos caudalosos, e incluso los desiertos.
Además, los océanos actúan como un importante sumidero de dióxido de carbono, lo que reduce considerablemente los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera y esto beneficia a toda la humanidad.
Sin embargo, una reciente encuesta realizada a los líderes mundiales encontró que el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 14, que se refiere a “vida submarina”, es el último en su lista de prioridades.
“Ahora bien, la situación de los océanos nunca ha sido tan peligrosa como ahora”, advierte el Secretario General, António Guterres, en su último informe sobre los océanos y el derecho al mar.
A pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional por proteger y preservar el medio marino y sus recursos marinos vivos, la salud de los océanos sigue viéndose afectada por grandes presiones que actúan de forma simultánea como:
La contaminación, incluida la basura marina, en especial los plásticos,
La degradación física,
El aumento de la pesca excesiva,
Las especies exóticas invasoras,
El ruido subacuático,
Los efectos del cambio climático,
La acidificación de los océanos.
Según datos publicados recientemente, la cantidad estimada de nitrógeno fijado emitido a la atmósfera procedente de la quema de combustibles fósiles y la agricultura es actualmente casi cuatro veces el nivel de las emisiones producidas en 1850.
El contenido de calor oceánico mundial se encuentra en un nivel sin precedentes, la extensión del hielo marino en el Ártico y el Antártico sigue estando muy por debajo de la media y el año 2017 fue uno de los tres años más cálidos desde que existen registros, con temperaturas extremas no alcanzadas hasta esa fecha.
“Ahora más que nunca, la comunidad internacional debe dar prioridad a abordar los problemas oceánicos de manera integrada, interdisciplinaria e intersectorial”, señala el informe.
Para Guterres el mundo se enfrenta a una “emergencia global sobre los océanos”.
El titular de la ONU advierte que las amenazas al medio ambiente deben “tomarse en serio”, dado que el futuro colectivo y la seguridad de la humanidad “están en juego”.
Si no se adoptan medidas concretas y urgentes, los Estados Miembros se enfrentarán a importantes dificultades en sus esfuerzos por alcanzar las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 14. En particular las que se convino en alcanzar de aquí a 2020:
Gestionar y proteger sosteniblemente los ecosistemas marinos y costeros (meta 14.2),
Poner fin a la pesca excesiva, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y las prácticas pesqueras destructivas (meta 14.4)
Conservar al menos el 10% de las zonas costeras y marinas (meta 14.5)
Prohibir y eliminar ciertas formas de subvenciones a la pesca (meta 14.6)
“Si queremos alcanzar las metas de la Agenda 2030, tenemos que apreciar lo que significan los océanos para el futuro de la humanidad”, resalta el titular de la ONU.
Avances a pesar de todo
Si bien aún no es suficiente, se han logrado algunos avances en la lucha por los océanos. El Secretario General destaca que entre el 1 de septiembre de 2017 y el 31 de agosto de 2018 ha habido una mejora en la seguridad marítima, la ciencia y la tecnología marinas, el transporte internacional y, en general, la cooperación y la coordinación entre Estados sobre estas cuestiones.
También destacó que durante el periodo que abarca el informe, el Fondo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha promovido el empoderamiento de las mujeres a través de un mejor acceso a mercados en el contexto de la aplicación de directrices voluntarias para asegurar pesquerías sostenibles.
Otro avance ha sido la adopción de la resolución 72/73 de la Asamblea General para prevenir, reducir y controlar la contaminación de los ecosistemas marinos, que ha resultado en diversas medidas a nivel mundial, muchas en relación con el plástico.
Pero falta más
A pesar del progreso, entre 2017 y 2018 la salud de los océanos siguió viéndose afectada negativamente por unas presiones acumulativas que aumentaron más que nunca.
“Esos efectos amenazan la seguridad de la vida humana, la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia y ponen de relieve la urgente necesidad de centrarse más en la dimensión humana de los océanos. Esto se refleja claramente en la constante migración a gran escala en el mar”, dice el informe.
Guterres asegura que es “evidente” que aún queda mucho por hacer para concienciar a la humanidad acerca de la importancia de los océanos, así como de los efectos de sus actividades en éste.
“A fin de seguir avanzando, los Estados deben comprender cada vez mejor los instrumentos disponibles en la actualidad para lograr el desarrollo sostenible, y decidirse a utilizarlos, comenzando por la aplicación efectiva de la Convención del Derecho al Mar de 1982, que establece el marco jurídico en el que deben llevarse a cabo todas las actividades en los océanos y los mares, complementado por una amplia gama de otros instrumentos jurídicos”, explica.
No Comment