Por: Redacción

El subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Paulo Carreño King, aseguró que la percepción de los estadounidenses sobre México “es muy mala, quizá la peor en los últimos años”; mencionó que el candidato republicano Donald Trump se aprovecha de este daño generado no ahora, sino a lo largo de los años, y desde luego lo capitaliza en su carrera a la Presidencia de EU.

En reunión con la Comisión de Relaciones Exteriores, el funcionario indicó que Trump no está exento de responsabilidad, pero no es el causante, ni el motor ni origen de la percepción negativa que tienen los norteamericanos, y tampoco culminará con el proceso electoral en ese país.

Tomará más tiempo, pero será útil poner de manifiesto la urgencia de llevar a cabo una estrategia donde participen los gobiernos federal y estatales, sector privado y sociedad civil, a fin de revertir estos efectos, planteó.

Resaltó que el gobierno federal cuenta con una estrategia defensiva y de contención en caso de que gane el candidato republicano. Sin embargo, “esta no puede ser tan detallada ni precisa, porque nadie sabe, ni siquiera Trump, sobre qué quiere hacer o qué es capaz de hacer si llega a la Presidencia”. Entonces, continuó, “volar en escenarios tan volátiles y tan asequibles hace que cualquier estrategia sea poco efectiva”.

Destacó que algunas de las razones de la mala percepción que tienen los estadounidenses hacia nuestro país se debe a las crisis económicas de 1995 y 1997, así como a la crisis mundial del 2008 conocida como “La Gran Recesión”, la cual generó los flujos migratorios que se tienen actualmente, pérdida de empleos y del ingreso anglosajón, aunada la narrativa sobre el narcotráfico y el crimen organizado, así como el cambio demográfico que sufre este país.

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, diputado Víctor Giorgana Jiménez, señaló: “estamos en una causa común para coadyuvar a la toma de conciencia de quienes tienen las decisiones de votar en Estados Unidos. Estoy seguro de que México tendrá la mejor de las respuestas en el proceso electoral americano”.

Comentó que la relación de México con Estados Unidos se forma a partir de un diagnóstico claro y preciso que va mucho más allá de cuestiones coyunturales; por el contrario, es integral, de mediano y largo plazo.

Mencionó que alienta que la política utilizada por el presidente de la República se mantenga, a pesar de los momentos de explosión electoral que se viven en Estados Unidos. “La Cámara de Diputados se suma (a las voces) en contra de los pronunciamientos del candidato republicano”, agregó.

El subsecretario Carreño King comentó que la relación entre las dos naciones está en su mejor momento, sobre todo en materia comercial y de seguridad, “es cercana y fluida”. No obstante, dijo, la percepción sobre México en Estados Unidos es muy mala respecto a otras naciones que se encuentran mucho más lejanas geográfica y culturalmente.

México es percibido de forma negativa en general, en ausencia de noticias o información positiva; la enorme mayoría de los estadounidenses piensa que México es un país pobre y subdesarrollado; tres de cada 4 piensan que nuestra nación depende y se beneficia de Estados Unidos.

En tanto, 40 por ciento de la población norteamericana reacciona favorablemente al conocer información positiva, sobre todo respecto al desarrollo económico. Les perece sorprendente, por ejemplo, que México produzca tres de cada 4 televisiones de plasma o que la industria aeronáutica del mundo esté aquí, así como las noticias relacionadas con la educación, como el hecho de que México gradúe a más ingenieros que Alemania o Brasil juntos.

Detalló que muestras realizadas por esta dependencia en 2013-2014, mostraron un grado de deterioro entre los encuestados estadounidenses con respecto a México; hubo una variación mínima en la segunda muestra que se realizó en diciembre de 2015.

“La percepción es mala, es negativa, es anquilosada, es decir, es parte de estereotipos que hemos dejado atrás y que no corresponden al país actual”, subrayó.

Señaló que existe desconocimiento sobre en qué cosiste la relación estratégica entre ambos países y respecto a las contribuciones de mexicanos en Estados Unidos. Eso es “frecuentemente explotado por políticos, como los que ahora participan en el proceso electoral”.

Comentó que, adicionalmente, las redes sociales, académicas, cívicas y empresariales que se construyeron particularmente en el proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio, se encuentran desarticuladas, ya que, por ejemplo, de 16 centros de estudio que había en las universidades de mayor prestigio en Estados Unidos sobre México, actualmente quedan sólo seis.

En tanto, las organizaciones comunitarias que se encuentran en EU actúan de forma aislada. “Son muchas y poderosas, pero tienen banderas distintas y no tienen un objetivo de unificación, consolidación y empoderamiento”.

Dijo que la pérdida de empleos se debe, en su mayoría, a la automatización o robotización de distintas industrias, sobre todo en la manufactura, y mucho menos al TLC. No obstante, este efecto ha sido fácilmente capitalizable por quienes creen que el modelo económico del aislacionismo funciona más que el de integración comercial.

En cuanto al cambio demográfico, afirmó que mientras decrece la población anglosajona y su poder adquisitivo, el de la hispana aumenta. “Piensan: quien solía cortarme el pasto, ahora es mi vecino y eso no es algo fácil de digerir para alguien que ha perdido su trabajo y su casa por efecto de la crisis económica, principalmente la del 2008”.

Precisó que debido a lo anterior, uno de los objetivos es instrumentar una estrategia integral con la participación del Gobierno y Congreso federal, gobiernos locales y sociedad civil, que atiendan la coyuntura actual y sean la base para la construcción de una nueva narrativa sobre México hacia el futuro, en la cual destaquen la importancia de la relación entre ambas naciones y neutralice posturas hostiles.

Asimismo, llevar a cabo una estrategia en tres etapas, es decir, en plazos inmediatos, de mediano y de largo plazo que contribuya a recuperar la interlocución que hemos perdido con distintos actores, generar un mejor clima político y social para nuestros connacionales, reposicionar la imagen y presencia de México y continuar el proceso de institucionalización en la agenda de competitividad, así como empoderar a los connacionales.

La población de méxico-americanos es sumamente importante, ya que actualmente representan cerca de 22 a 23 millones de ciudadanos en Estados Unidos, quienes “no han logrado ejercer sus derechos como norteamericanos a plenitud, por ejemplo, votar y ser votados”, agregó.

En la ronda de preguntas, la diputada Alicia Barrientos Pantoja (Morena) cuestionó cuál sería la proyección en las relaciones entre México y Estados Unidos, en caso de que Donald Trump ganara las elecciones.

Respecto al intercambio comercial entre ambas naciones, la priísta Jasmine Bugarín Rodríguez preguntó cuál es la estrategia del gobierno federal respecto al aumento del precio del dólar y qué tanto afecta a la inversión y la creación de nuevos empleos, y qué estrategia se tiene para un intercambio académico.

El diputado Agustín Basave Benítez (PRD), preguntó si se cuenta con una estrategia en caso de que el candidato Donald Trump gane la presidencia de Estados Unidos y, si es así, quién la coordina. Comentó que México tiene más de 70 tratados comerciales con Estados Unidos, muchos más importantes para este país que para México, por lo que habría que revisarlos, así como la migración y el narcotráfico.

La legisladora Claudia Corichi García (MC) solicitó saber sobre la relación con los demócratas, en particular con la candidata Hillary Clinton, luego de la visita de Trump a México. Respecto al tema de migración, México deportó en el último año más de 150 mil centroamericanos, 33 por ciento más que nuestro vecino del norte. Ante ello, preguntó, hacia dónde va la política exterior del país y si se está negociando el control migratorio con Estados Unidos.

La diputada Marisol Vargas Bárcena (PAN) cuestionó sobre qué presupuesto pretende gastar el gobierno federal para ejecutar la estrategia de cambiar la percepción de los estadounidenses, cómo van a medir los resultados y qué áreas o dependencias se sumarían a este proyecto.

El diputado del PRI, Alfredo Anaya Orozco comentó que sería importante fortalecer una campaña pro México fuera del país para cambiar las malas percepciones; preguntó si existe algo coordinado que se pueda hacer previo a las elecciones, y si se tiene alguna relación con los equipos de campaña de los candidatos para hacerles ver la importancia de la relación entre México y Estados Unidos.

De la misma bancada, Carlos Quinto Guillén, preguntó de qué manera influye la fuga de cerebros en este planteamiento y si existen acciones dentro de la estrategia comentada.

En respuesta, el subsecretario Carreño King, acotó: hay conciencia de los 74 tratados con Estados Unidos, la importancia que tiene México para Estados Unidos, y lo frágil que es este país sin México en materia de seguridad, comercial, y/o migración, pero “nos reconforta que también hay conciencia en Estados Unidos por parte de políticos porque Trump no es el Partido Republicano ni tampoco Estados Unidos”.

Respecto a la relación con la candidata demócrata Hillary Clinton, existen vínculos y contacto permanente con su equipo de campaña. “Este contacto no se ha perdido, por el contrario, es bueno y fluido”.

Sobre la política migratoria sustentó que corresponde a la Secretaría de Gobernación y al Instituto Nacional de Migración; sin embargo, “compartimos la preocupación en torno a la situación de los migrantes centroamericanos. Es un tema delicado, donde participan Segob y la SRE, en lo que toca, pero siempre en la mira de proteger sus derechos”, afirmó.

El presupuesto con el que cuenta la estrategia mencionada, comentó que no tiene recursos adicionales, pero “esto no se queda en la Secretaría de Relaciones Exteriores, sino debe ser una red donde se involucren más dependencias, no se trata sólo de promover las pirámides, la cultura, sino las enormes contribuciones económicas y políticas que tiene México”.

Medir sus resultados será elemental y una forma será justamente con las encuestas de opinión; no debe limitarse a eso, debemos empoderar a nuestros connacionales para que tengan mayor representación en los congresos locales, incluso en el gobierno federal, insistió.

En cuanto a la fuga de cerebros se trata el tema desde el ámbito de movilidad, “hemos visto que ya son más los que regresan porque concluyen sus estudios o su trabajo, por lo que pretendemos fomentar un modelo de movilidad social y académica con el objetivo de aprovechar que México, Canadá y Estados Unidos conforman una región competitiva y con proyección hacia el futuro; ejemplo de ello es el Foro Bilateral sobre Educación Superior, Innovación e Investigación (FOBESII)”.