Por: Redacción/
México es el primer consumidor per cápita en el mundo de agua embotellada, cuya producción se realiza en pequeñas purificadoras que muchas veces no cumplen con las normas sanitarias y que en 2016 cubrieron 52 por ciento del consumo nacional.
La doctora Delia Montero Contreras, profesora-investigadora del Departamento de Economía de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), realizó una investigación sobre esas empresas, que desinfectan, envasan y distribuyen el líquido en garrafones de 20 litros.
En el artículo Purificadoras de agua y consumo masivo: el agua de los pobres, la académica sostiene que el acceso al recurso es un derecho fundamental para el ser humano, los esfuerzos por mantenerlo con estándares altos de calidad para ser bebido directamente del grifo parecen en vano, por lo que la gente consume agua filtrada o purificada.
La doctora adscrita al área de investigación de Economía Institucional y Gestión Social describe cómo estos negocios, a pesar de no contar con las normas sanitarias establecidas y no haber creado redes de distribución han logrado expandirse y abastecer poco más de la mitad de los usuarios.
Estos comercios iniciaron operaciones a mediados de 1990, aprovechando la publicidad de las grandes transnacionales, que aseguraban ofrecer una opción sana en el país, aunque esa difusión estaba orientada al consumo masivo del fluido envasado y propició que los hogares de menores recursos buscaran una alternativa de bajo costo.
Desde entonces se presentó un incremento paulatino de empresas, a grado tal que en 2014 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registraba 10,049 negocios del tipo.
Sin embargo, el abastecimiento está basado en la red de suministro público o de pipas que llenan sus depósitos y operan con sistemas de saneamiento muy sencillos que tienen pocos o nulos controles de calidad por parte de las secretarías de Salud y de Hacienda y Crédito Público.
La doctora Montero Contreras también señala que la Ciudad de México cuenta con 922 purificadoras, de las cuales 37.3 por ciento se encuentra en la delegación Iztapalapa, 10.6 por ciento en la Gustavo A. Madero y 5.4 en Iztacalco.
En el Estado de México hay 2,051 purificadoras concentradas en Ecatepec de Morelos y Nezahualcóyotl, dos de los municipios más poblados y que aglutinan un número elevado de personas en situación de pobreza extrema.
Pese a todo ello, concluyó, las purificadoras de agua continúan siendo la opción más viable para los sectores más desfavorecidos de la sociedad y conforme la crisis nacional se agrava todo parece indicar que este tipo de establecimientos seguirá creciendo en número aunque no así en calidad.
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