Por: Redacción
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) es un instrumento poco efectivo para medir la evolución de la inflación ante la “enorme desigualdad social y económica de México”, ya que no refleja el costo de la vida de la mayoría de la población, afirmó el maestro Fernando Chávez Gutiérrez, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Durante la presentación de su libro La medición y el seguimiento de la inflación en México –en la Sala de Consejo Académico de la Unidad Azcapotzalco de la UAM– consideró necesario abrir la discusión sobre qué índices de precios permitirían evaluar la evolución del costo real de la vida de la mayoría de las personas en el país, “lo cual resulta fundamental”.
También se refirió a la posibilidad de que durante 2017 “se presente una combinación fatal, lamentable, de presiones inflacionarias descontroladas y un crecimiento negativo; es decir, una recesión económica mezclada con inflación, que se resume en estanflación”.
Si bien la situación económica “se presenta complicada en el país”, será hasta mediados de marzo cuando podrá contarse con indicadores inflacionarios claros, expuso el economista.
El académico adscrito al Departamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco de la UAM recordó que de una población aproximada de 120 millones de habitantes en el país, 55 millones son considerados pobres y dentro de ese sector un grupo muy elevado está en los niveles de pobreza extrema.
“No es que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía realice mal su trabajo, pues no existe intención de ocultar la magnitud de la inflación, el problema reside en que los patrones internacionales de medición de la inflación son asumidos sin tomar en consideración las condiciones de desigualdad social nacional”.
Si el Índice de la Canasta Básica (ICB) y el INPC no ofrecen mayor equidad y exactitud sobre el nivel real de la inflación, la alternativa sería tomar en consideración los índices de las Canastas Alimentaria y No Alimentaria que se derivan del INPC.
“Desde el punto de vista institucional hay forma para dar seguimiento a la evolución del costo de la vida de las mayorías”, debido a que la política de salario y de subsidios tiene que ver con el costo de la vida de las mayorías sociales. El esfuerzo científico y técnico debe encaminarse a una política social que permita darle seguimiento a las condiciones de vida de la población.
Al compartir los planteamientos del Banco Central y los banqueros ortodoxos respecto de que si la inflación es baja está asegurado el bienestar, aseveró que “si bien es una condición necesaria, resulta insuficiente para mejorar el nivel de bienestar”.
De hecho “los datos lo demuestran, en los últimos años se ha presentado en el país un proceso de deflación importante; sin embargo, la pobreza no ha disminuido, sus indicadores continúan siendo alarmantes”.
La medición de la inflación puede llevar a mediciones erróneas, “si se plantea como la condición necesaria y suficiente para el crecimiento, si las condiciones son favorables y se da bonanza económica y estabilidad monetaria es el paraíso económico, pero la mayoría de las veces no es así y las condiciones de bajo nivel de crecimiento y presiones inflacionarias son muy fuertes, eso es lo que podría pasar durante este año”.
Las señales presentes sobre inflación, crecimiento y el mercado laboral son malas, “hasta hace una semana se hablaba de una desaceleración económica en el país, pero hay varios articulistas experimentados, incluso algunos organismos internacionales y agencias calificadoras, que exponen que existen focos rojos”.
El maestro Chávez Gutiérrez expuso que en el panorama de la economía nacional está un tipo de cambio depreciado cuya repercusión incidirá directamente en el nivel de vida de la clase asalariada, incluidas los del nivel medio y de altos ingresos.
“No hay ninguna certidumbre acerca lo que pueda suceder respecto del comportamiento del tipo de cambio que seguirá depreciándose de continuar el acoso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, porque el mercado de divisas es muy sensible a ese tipo de situaciones”, aseguró.
Por lo tanto, “al subir el dólar el impacto en el alza de los precios y de la inflación interna será cada vez más fuerte por la vía del tipo de cambio nominal”. También la política energética traducida en el incremento a las gasolinas, electricidad y gas, “indiscutiblemente repercutirá severamente en la tasa de inflación interna”.
A la presentación del libro La medición y el seguimiento de la inflación en México, asistieron los doctores Verónica Villarespe Reyes, directora del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México; Josefina León León, profesora del Departamento de Economía; Abelardo Mariña Flores, jefe del Departamento de Economía, y Óscar Lozano Carillo, director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Unidad Azcapotzalco.
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