Por: Redacción/

Con el objetivo de estudiar el paleoclima, o clima del pasado, en la Cuenca de Guaymas, cuyas condiciones son semejantes a las de la Tierra primigenia, Ligia Pérez Cruz, investigadora del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, participó en la expedición 385 del Programa Internacional de Descubrimientos en los Océanos (IODP, por sus siglas en inglés).

La universitaria formó parte del grupo de 32 científicos de nueve países que estuvieron 62 días a bordo del buque JOIDES Resolution del IODP, con el proyecto “Cuenca de Guaymas, Tectónica y Biósfera”, a fin de analizar este sitio único en el mundo por ser tectónicamente activo y tener ventilas hidrotermales con altas temperaturas y biodiversidad de microorganismos marinos.

En ese lugar, considerado un laboratorio ecológico y geológico vivo, la universitaria tuvo acceso a perforaciones del suelo marino, donde se pueden analizar sedimentos para estudiar el paleoclima.

Los expertos cuentan con más de 3.5 kilómetros de longitud de sedimento para analizar y tener una visión caleidoscópica de un sistema complejo: el terrestre. “Esperamos obtener información de los últimos 500 mil años, es un material inédito”, subrayó.

Procesos similares a los que originaron la vida en la Tierra

En el Golfo de California, la Cuenca de Guaymas es una de las más productivas a nivel mundial. Allí, toda la biomasa que vive en la superficie del agua, llamada fitoplancton, se deposita en el fondo marino cuando muere y crea sedimentos ricos en materia orgánica.

Además de ser tectónicamente activa, registra emanación de magma y se forman umbrales que dan lugar a estructuras ígneas y a la emisión de ciertos minerales y compuestos, que al atravesar los sedimentos ricos en materia orgánica depositados en el piso oceánico, se transforman y liberan compuestos de carbono, que son reciclados por la biósfera del fondo marino y contribuyen al ciclo del carbono en el planeta, explicó Pérez Cruz.

“Guaymas está en la parte central de la Cuenca, ahí se desarrollan diferentes procesos tectónicos porque está la apertura del piso marino en unas estructuras escalonadas llamadas “graben”. El hecho de poder perforar cerca de esas estructuras permite conocer cómo son los procesos de dispersión del piso oceánico”, detalló.

Algunos científicos equiparan esos procesos con los que originaron la vida en la Tierra, o los que prevalecían en la etapa primigenia del planeta, cuando el vulcanismo estaba muy activo y había gran emanación de minerales de sistemas hidrotermales.

“La experiencia de colaborar en la expedición es única; participar en la perforación te acerca al lugar de estudio. En este caso se perforaron 26 sitios”, remarcó.

La plataforma es un instituto de investigación flotante con varios laboratorios sofisticados, donde se pueden preservar los materiales para luego hacer estudios de secuenciación, de hongos, y analizar los gases que emiten las rocas, finalizó.