Por: Redacción/
Las comunidades indígenas mexicanas consideran la violencia como algo inevitable y, por tanto, en sus prácticas socioculturales proponen la reducción de sus efectos negativos en el tejido social, en lugar de adoptar una posición evidentemente represiva y punitiva, declaró el doctor John Gledhill, investigador de la Universidad de Manchester, Reino Unido.
Al ofrecer la conferencia Antropología y etnología en contextos de inseguridad y violencias, en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), sostuvo que “podemos aprender mucho de estas comunidades, porque el concepto de violencia como patología es una construcción occidental, nacida en la grotesca virulencia de la Europa de los siglos XV y XVI”.
El investigador invitado por el Departamento de Antropología y el Doctorado en Ciencias Antropológicas de la UAM dijo que es imprescindible hablar de violencias en plural, reconociendo la diversidad de formas y contextos en que se manifiestan las relaciones en los pueblos, tanto en la construcción de vínculos cotidianos como de poder entre los grupos étnicos.
También debe reconocerse que las relaciones violentas suelen coexistir en el mismo contexto con otros tipos de sentimientos que sirven para promover la paz, sin embargo la importancia de hablar de este fenómeno en plural “nos permite identificar las conexiones entre sus distintas formas”.
Un ejemplo de lo anterior está en las violencias de género por ser elementos para la edificación de las relaciones de poder en distintos campos de la vida social, el mercado de trabajo, la vida pública y política y un factor subyacente que denota las formas en que una sociedad vive con estos problemas.
Esto se manifiesta en las reacciones oficiales relacionadas con los feminicidios, ya que el discurso de las autoridades no sólo echa la culpa a las víctimas acusándolas de que sus formas de vida no son de mujeres decentes, sino que incluso criminaliza a los activistas que pretenden cuestionar estas posturas.
El ex presidente de la Asociación de Antropólogos Sociales del Reino Unido y Commonwealth señaló que la aportación que puede hacer la antropología al estudio de la actual crisis de violencia radica en “abogar por la formulación de una nueva antropología crítica de la seguridad”.
Las formas de ese fenómeno y la inseguridad características de la época actual son resultado de las contradicciones sociales, culturales y económicas de un sistema capitalista neoliberal, aseguró el autor del texto La nueva guerra contra los pobres. La producción de inseguridad en Latinoamérica (2016).
Para entender la lógica política detrás de los discursos de seguridad, un grupo de especialistas en relaciones internacionales formularon un paradigma crítico denominado seguritización que refiere que cuando se define un asunto como de seguridad, deja de ser un asunto político normal y se transforma en una amenaza a la sobrevivencia del Estado.
Por lo tanto, esta conceptualización define una situación de emergencia desde la cual pueden justificarse medidas excepcionales para lidiar con la amenaza; sin embargo, en los contextos actuales, los grupos de derecha han logrado explotar los sentimientos de los ciudadanos para influir en las políticas de gobiernos más liberales, las cuales “afectan a pobres, grupos minoritarios, migrantes y refugiados, entre otros”.
El especialista en antropología política enfatizó la necesidad de pensar en cómo distintas lógicas sociales y políticas pueden entrelazarse junto con sentimientos y emociones que no dejan de ser reales y sociológicamente explicables, “aunque no las compartamos”.
Los antropólogos “debemos apoyarnos en nuestra metodología preferida, que es la etnografía, para explorar las diversas formas en que discursos globales son adoptados, manipulados y desplegados en interacciones de actos en la vida cotidiana.
“En otras palabras estamos hablando de la posibilidad de que los antropólogos adoptemos o alentemos una perspectiva desde abajo, frente a las miradas desde arriba que han dominado en los estudios de seguridad”, aseguró el miembro de las academias Británica y de Ciencias Sociales, en Reino Unido.
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