Por. Redacción/
Otto Granados Roldán, secretario de Educación Pública, consideró que no hay una relación automática entre la escolaridad y la participación político-electoral y democracia
En la presentación del libro Educación, políticas públicas y cultura, del autor Pedro Flores Crespo, Granados Roldan explicó que el Latinobarómetro 2016 reporto que el apoyo a la democracia no mejora en la región, llegando apenas a un discreto 54 por ciento en 2016, un porcentaje más bajo que hace 21 años cuando empezaron, de 63 por ciento en 1997.
En las instalaciones del Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina, expresó que aún en países con promedio de escolaridad alto también hay declive, y a la inversa en algunos casos.
Explicó que en Venezuela con 6.2 años promedio/escolaridad, registra un 77 por ciento de apoyo a la democracia; Brasil 7.2 y 32 por ciento; Perú, Chile y México con entre 9.2 y 10 alcanzan 53, 54 y 48 por ciento, respectivamente.
El secretario de Educación Pública dijo que como ejemplo, según el estudio sobre calidad de ciudadanía (IFE-COLMEX) en México, después del 2000, la abstención electoral ha oscilado entre 40 y 50 por ciento, y en ocasiones hasta 60 por ciento, dependiendo el tipo de elección, pero desde las presidenciales de 1994, que anduvo sobre 76 por ciento, no se ha regresado a esos niveles, pese a que sí ha habido aumentos en el promedio de escolaridad.
Recordó que en alguna época, como estudiante universitario, se ganó la vida haciendo reseñas bibliográficas para la revista Proceso, durante unos cuatro años.
Al hacerlo, explicó, como todo reseñista, se acostumbra uno a ser ácido, mordaz, criticón, y francamente era muy divertido serlo. Pero cuando se encontraba con un buen libro que le gustaba, le frustraba un poco porque no podía dar rienda suelta a “mis bajos instintos’.
Explicó que algo de esto le ocurrió al terminar de leer el libro presentado hoy porque le gustó mucho, y aunque es una compilación de artículos, y por ende heterogéneo en temas, en la coyuntura en que fueron escritos, es un libro fresco, bien balanceado entre lo académico y lo periodístico, a ratos divertido y ágil; es un libro muy coherente con la personalidad de su autor, al menos por lo que le conoce.
Dijo que cree que fue Juan García Ponce quién dijo alguna vez que los libros debieran publicarse sin el nombre de su autor, no sólo porque deben importar por su contenido sino porque a veces el lector se decepciona cuando conoce al autor.
Éste no es el caso, precisó.
El secretario de Educación Pública estuvo acompañado por el director general del Fondo de Cultura Económica, José Carreño Carlón.
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