Por: Redacción/

La Academia Mexicana de la Lengua decidió otorgar el Premio Internacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña al doctor en Historia y emérito del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, Alfredo López Austin.

El galardón, que reconoce a escritores de Iberoamérica destacados en el género del ensayo, se le entregará el próximo 13 de noviembre, en el Palacio de Bellas Artes.

“Fue una sorpresa muy grande porque nunca me he considerado literato y mucho menos ensayista, nunca me lo he propuesto. Un día me habló Jaime Labastida (director de la Academia Mexicana de la Lengua) para preguntarme si aceptaría ser candidato y respondí que si el premio era para un ensayista, no podía competir, porque no soy ensayista. Entonces me dijo: ‘Sí, sí eres’. Yo contesté: ‘Si tú lo dices, tú sabes más de esto que yo’”, compartió sonriente el experto en la historia y el pensamiento mesoamericanos.

El también profesor de la Facultad de Filosofía y Letras comentó que su alegría por recibir este premio es múltiple, pues lleva el nombre de uno de los intelectuales fundadores del Ateneo de la Juventud -que marcó una ruptura en la cultura y el arte mexicano en la época porfirista-, y porque su candidatura fue presentada por la Coordinación de Humanidades de la UNAM, apoyada por el Consejo Técnico de Humanidades y respaldada por todos los institutos que lo conforman.

“Para mí es un gran honor. Siento mucho agradecimiento y cariño con la institución en la que me formé, desarrollé y pude contribuir a que otros se desarrollaran”, agregó el autor de libros como “Los mitos del tlacuache. Caminos de la mitología mesoamericana” y “El conejo en la cara de la Luna. Ensayos sobre mitología de la tradición mesoamericana”.

El jurado del premio afirmó que López Austin es creador de una cosmovisión singular, que su obra desencadena una incesante renovación de las formas literarias del ensayo al armonizar las diversas tradiciones que confluyen en la cultura moderna mexicana e hispanoamericana.

El también emérito del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) expuso que él sólo ha querido encontrar la forma en la que los hombres construyen su propia visión del mundo; cómo cada sociedad tiene visiones y valores, actos y técnicas dentro de una globalidad de carácter estructurado y lógico.

“Toda mi vida he tratado de penetrar en ese tipo de producción humana, cómo cada sociedad crea su percepción y su campo de acción en este mundo, a través de lo que son sus valores. No creo en valores universales, sino en la verdad que cada sociedad se forja a partir de su propia experiencia vital”.

Cada sociedad es una otredad, en un mar de otredades, remarcó. Pero en la actualidad, en el mundo globalizado se ha generado una extrema violencia a partir de forzar valores y tratar de imponer una sola idea como válida.

“Estamos en una época de extrema violencia por querer reducir toda cultura a una sola. Para que pudiera ser de todos, para que todos la entendieran, tendría que ser demasiado ligera, superficial, y con ello se olvida la gran profundidad que tiene cada una de las formas de comprender el mundo.

“Toda corriente que impone su verdad atenta contra la capacidad creadora del ser humano”, concluyó el experto, quien confía en que los jóvenes encontrarán la solución a la realidad tan dura que hoy viven.