Autor: Moctezuma Reco

Analista

Antes de que se me ofendan, permítanme contarles que la serie de libros “for dummies”, tienen su origen en guías de referencia y manuales de instrucción de la editorial estadounidenses John Wiley & Sons, Incorporated, quienes publicaban libros educativos y técnicos; éstas series se caracterizan por su estilo accesible y amigable, diseñado para personas que desean aprender sobre diferentes temas de manera sencilla y directa.

El término “for dummies” literalmente se traduce como para tontos o principiantes, sin embargo, en este contexto, dumies no se refiere a personal realmente tontas, sino más bien a quienes desean aprender desde cero de una manera práctica y fácil de entender.

La política estadounidense, cuenta con una serie de bases o principios fundamentales que moldean la estructura y le funcionamiento del sistema político de EE. UU.:

El constitucionalismo, desde 1787, es la piedra angular de su política, establece un marco de gobierno limitado y la separación de poderes, con controles y equilibrios par evitar concentración excesiva de poder (ahí te hablan México).

Estados Unidos es una república federal, eso quiere decir que el poder está dividido entre un gobierno nacional central y los estados individuales (ahí los gobernadores no mandan cartitas firmadas de admiración al presi, hacen otras cosas), esto permite autonomía legislativa y administrativa a los estados dentro de los límites de la constitución.

La democracia representativa es la manera en que los ciudadanos eligen a sus representantes tanto a nivel estatal como federal y el Estado de Derecho y Derechos Individuales son el fundamento del sistema legal gringo.

Por último tenemos el principio de libertad que es crucial en la política del vecino del norte e incluye libertad de expresión, religiosa, de prensa y otras libertades protegidas por la constitución, así como el Capitalismo y Economía de Mercado, donde el sector privado juega un papel central en la economía, aunque regulado por el gobierno para promover competencia y proteger a los consumidores.

Pero ¿a dónde vamos con todo esto?, a comprender un poquito de la ideología política y discernir correctamente que fue lo que pasó con Donald Trump, aún no faltan dos puntitos más para entrar en materia, los partidos políticos, que a diferencia de nuestro país, solo son dos y más o menos se describen así:

Partido Demócrata: Con posiciones más liberales o progresistas en cuestiones sociales y económicas, apoya políticas de bienestar social como la salud o la educación pública, promoción de derechos civiles y derechos LGBT, suelen abogar por el medio ambiente y políticas progresivas de impuestos. Su base son minorías étnicas, jóvenes, mujeres, trabajadores sindicalizados y urbanitas.

Partido Republicano: Generalmente se asocia con posiciones conservadoras en temas sociales y económicos, apoyo a menores impuestos y regulaciones económicas, defiende la libre empresa y la reducción del gobierno. No están a favor de matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto, a menudo promueven políticas más restrictivas en inmigración y seguridad nacional. Atrae a votantes blancos, empresarios, propietarios de armas, conservadores religiosos y residentes de áreas rurales y suburbanas (favor de googlear el término “redneck”, porque si lo pongo mi editor me regaña).

Ahora bien, espero que a estas alturas tengamos una claridad suficiente para identificar a los guindas de los azules o a los liberales de los conservadores, y es momento de unos datos interesantes al respecto para poder comprender con facilidad lo que pasó la tarde del día 13 de julio en Pensilvania.

El 14 de abril de 1865 Abraham Lincoln caía asesinado mientras asistía a una función teatral en Washington, D.C., las razones detrás del asesinato fueron principalmente políticas y relacionadas con la guerra civil estadounidense, así como ideales políticos y raciales relacionados con la supremacía blanca.

El 2 de julio de 1881, el presidente James A. Garfield resultaría con heridas que posteriormente le ocasionarían la muerte, a manos de Charles Guiteau, un hombre con “problemas mentales”, las presuntas razones fueron venganza personal por no obtener un cargo público y deseo de notoriedad, así como temas personales.

Es turno de William Mckinley, quien el 6 de septiembre de 1901, fenece su aliento a manos de León Czolgosz, tentativamente por el movimiento anarquista que deseaba desmoronar al gobierno, como un acto de protesta y nuevamente por influencia racial.

Durante un acto de campaña (benditas coincidencias), el 14 de octubre de 1912, Theodore Roosevelt, candidato presidencial sufrió un atentado en Milwakee, Wisconsin, donde recibió un disparo a quema ropa en el pecho, y un manuscrito que llevaba en el interior de su abrigo detuvo la trayectoria mortal para solo representar unas heridas menores; los aparentes motivos del hecho fue una ideología política que representaba al candidato como una amenaza a la democracia.

Aunque parece una película un tanto sosa esta columna, es turno del actor, Ronald Reagan, quien el 30 de marzo de 1981, después de dar una conferencia en el hotel Hilton en Washington, D.C., sufrió varias heridas graves a manos de otra presunta persona trastornada mentalmente quien creía que ganaría el afecto de Jodie Foster si realizaba el atentado, a raíz de este evento surge un fuerte debate sobre el control de armas en EE. UU., que a casi 43 años parece no haber concluido (a pesar de quienes creen que los gringos todo lo hacen bien y lo tienen todo bien regulado y bonito).

Y es ahora cuando nuestro protagonista se hace presente, con las palabras “Me dispararon con una bala que atravesó la parte superior de mi oreja derecha. Supe de inmediato que algo iba mal”, discúlpeme señor candidato, la proxémica a mi me ha enseñado a observar mi entorno y percatarme de cuando las cosas van mal sin necesidad que me estén disparando. Y es así como al más puro estilo del “Rey Dios” Xerxes de la película 300, es que el “Leonidas” identificado como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, el día 13 de julio intentó asesinar a Donald Trump. 

El Buró Federal de Investigación aún no ha determinado el motivo del atentado, y lo que si sabemos es que un asistente al evento murió, otros dos resultaron gravemente heridos, así como que el perpetrador fue abatido por agentes del Servicio Secreto. El ataque ocurrió a cinco minutos de haber iniciado el evento, el hombre estaba armado con un rifle a las afueras del mitín, entre 150 y 200 metros del escenario.

Antes de ser evacuado, siendo escoltado por sus agentes, el candidato levantó su puño hacia la audiencia en señal inequívoca de triunfo. La imagen ha dado la vuelta al mundo y se perfila con la señal de triunfo del próximo presidente de los Estados Unidos de América.

“Fue solo Dios quien evitó que sucediera lo impensable. NO TEMEREMOS, sino que nos mantendremos firmes en nuestra fé y desafiantes frente a la maldad” cierra con determinación en su red Truth Social, el expresidente y candidato.

En un mundo lleno de información, simbolismos y magia, hoy obtenemos un dato interesante que deliberadamente no he mencionado, todos los citados cronológicamente en la columna de hoy son miembros del Partido Republicano y el único ausente a esta lista es John F. Kennedy, del Partido Democrático, de igual manera, omití un eje fundamental de la política norteamericana, para dejarlo al final, el Excepcionalismo Americano, concepto que refleja la creencia en la singularidad de los Estados Unidos como nación y la idea de que tiene una misión especial en el mundo, basada en principios democráticos y libertades individuales (ahora vuelva a leer lo que publicó el candidato del Partido Republicano en Truth Social por favor en el párrafo anterior). Ahí se los dejo de tarea.