A espaldas de los principios de honestidad de la cuatroté, el subsecretario de Infraestructura de la SCT, Cedric Escalante Sauri lleva dos años de movimientos turbios desde el cargo que ostenta. Incluso, por su oficina se hacen amarres políticos fuera de protocolo y se pactan encuentros a través del “amiguismo” con la facilidad de una llamada telefónica con el sello de Morena.
Hace un mes llegó Jorge Arganis Díaz Leal, a la titularidad de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y lo que encontró el sustituto de Javier Jiménez Espriú, es una dependencia pasmada entre proyectos que avanzan a marchas forzadas y funcionarios de la vieja escuela como Escalante Sauri.
Para celebrar el primer mes del secretario Jorge Arganis, al frente de la dependencia, esta columna tiene copia de un audio en el que el subsecretario Escalante Sauri y la diputada morenista Martha Olivia García Vidaña, hacen gala del tráfico de influencias para tener un encuentro con empresarios de Veracruz pertenecientes a una asociación de constructores “fatasma”. Ella opera y gestiona la reunión y adelanta que no le gustan los protocolos.
“Quiero que vea usted que le quieren decir los constructores, esto no es grillería, ellos quieren ver cómo se están llevando las cosas en Veracruz, Zacatecas y Monterrey quiero tratar con usted y si no con el secretario”.
Y es que en el sector industrial critican que Escalante Sauri sólo contesta las llamadas de la Confederación de Industriales y Constructores de Veracruz, la cual no es reconocida ni por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, ni por otros colegios de constructores, pues es identificada como el ‘brazo armado’ de Marcos Salas, un expanista disidente.
Además, Escalante Sauri conoce todas las mañas en la construcción de carreteras y está familiarizado con las contrataciones desde que obtuvo su primer trabajo en la SCT, en 1983, como director general de un Centro en Tabasco, donde licitaba y adjudicaba contratos. Desde entonces juega en dos pistas. Como empresario constructor y cuando alcanza lugar, como funcionario en la misma dependencia.
La llegada de la 4T significó en 2018 el regreso del campechano a la administración pública, esta vez como Subsecretario, un nombramiento que lo apremió a renunciar a su cargo como administrador único de su empresa de la cual sigue figurando como accionista, con un 50% de participación.
Ahora no es casualidad que las constructoras sigan sin ver con buenos ojos al subsecretario, desde su oficina despacha una red de testaferros y prestanombres otorgando contratos de obra pública a empresarios liderados por un íntimo: Marcos Salas, expulsado de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) hace unos años.
La denuncia pública más reciente de las tropelías de Cedric Escalante fue hecha desde la tribuna por el diputado federal, Ricardo Delsol Estrella, quien hizo eco de la corrupción que rodea la asignación de contratos en Veracruz de la mano de estos dos personajes: “Ellos dirigen toda la orquesta”, acusó.
Ante esto, el legislador busca que la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero y el recién llegado Jorge Arganis Díaz Leal conformen un frente interinstitucional para tratar el asunto del subsecretario que revienta el espíritu anticorrupción de la cuatroté.
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