Autor: María Manuela de la Rosa Aguilar
Analista
En el mundo actual prevalece la idea de la democracia como la mejor forma de gobierno. Y si bien en la práctica no ha resultado tener las bondades que se le atribuyen, incluso en el medio académico, no se diga en la manera laudatoria que los políticos señalan como el bien supremo de la decisión popular, de su voluntad soberana, de la sabia determinación que significan las mayorías.
Repúblicas presidencialistas, parlamentarias, en las monarquías, e incluso en los sistemas autoritarios o dictatoriales, la democracia aparece como la panacea legitimadora de cualquier sistema de gobierno, por increíble que parezca.
Y hay muchas maneras de disfrazar una democracia: primero, manteniendo al pueblo ignorante con pan y circo; ignorante, con pequeñas dádivas que lo mantengan con lo básico, sin necesidad de trabajar; promoviendo el conformismo; pero también bajo la amenaza a la integridad personal, en países donde gobiernan dictadores, las elecciones son mero trámite; pero en países donde la corrupción impera, el fraude es la norma; o con líderes populistas, el culto a la personalidad y la manipulación de la opinión pública y el control de los medios. Muchos aspectos influyen en cada proceso electoral. No se diga en países subdesarrollados como en África, donde la prioridad de la población es resolver sus necesidades primarias, en un ambiente hostil y de gran violencia, ejercer el voto no tiene una gran relevancia.
En Rusia, Vladimir Putin volvió a reelegirse y va por su quinto mandato, con un récord de votaciones, el 87%, superior al de los anteriores comicios, que fue de 76.7%; parecería inaudito que un dictador plenamente evidenciado haya ganado con una mayoría abrumadora. Pero un gobernante como él y algunos otros como Maduro en Venezuela suelen perpetuarse. En el caso del mandatario ruso, sigue en el poder porque fue el único candidato, ya que sus opositores fueron eliminados, ya sea desaparecidos misteriosamente o encarcelados, pero, además, el hecho de que, a pesar de la guerra en Ucrania, la economía se haya mantenido a flote, sea como fuere, es un logro de su gobierno, pero lo más importante, que él tiene el control absoluto de Rusia, así nadie puede contra él, en una lucha desigual y a riesgo de muerte, imposible.
Pero fuera de países poco desarrollados o dictaduras, hemos de reconocer que la democracia tiene la virtud de que las mayorías, si bien pueden equivocarse al elegir, también tienen la posibilidad de rectificar, de castigar a sus gobernantes por medio del sufragio y generar con esto un cambio, que muchas veces inicia con una gran esperanza por el bienestar general. Así ha sucedido en países republicanos, como el mismo Estados Unidos, en Europa, incluso en países monárquicos, o en México, donde ha habido alternancia, aunque no siempre para bien.
Así, después de experimentar alternancias que no cumplieron con las expectativas de los ciudadanos, en Europa se está viendo que los partidos no han logrado convencer, porque hasta en los países más desarrollados ha calado la corrupción y los malos gobiernos, incluso la ineptitud con experimentos de nuevas opciones políticas. Así tenemos que se está dando un nuevo fenómeno con las coaliciones y veremos los resultados en poco tiempo, en donde tal vez la democracia no ha logrado mantenerse como el paradigma de la cultura política.
Veamos los colores con que se pinta el mundo:
Línea política de partidos ganadores en Europa
Así quedan establecidos los gobiernos en el mundo este año, en Europa con una mayoría de partidos de derecha, con coaliciones y una cierta polarización con partidos de la izquierda socialdemócrata. En Europa del Este con una mayoría hacia la derecha. Asia muy similar, con algunos matices liberales y de izquierda, pero sin mucho peso. En América prevalece el populismo, de derecha o izquierda y en África la tendencia es hacia la izquierda, con gran influencia de los regímenes militares, que también convocan a elecciones.
Pero este 2024 todavía faltan algunas elecciones: En Irán programadas para el 28 de junio; Jordania en septiembre. En África habrá elecciones en Botsuana en octubre; en Mauritania el 29 de junio; en Ruanda el 15 de julio y en Sudán el 22 de noviembre.
En América, en Venezuela el 28 de julio, donde seguramente se repetirá la historia rusa; Chile tendrá elecciones en octubre; Uruguay el 27 de octubre; Estados Unidos el 5 de noviembre y tal vez se haga historia, con un presidente juzgado y sentenciado.
Reino Unido tendrá elecciones el 4 de julio. Y en Asia están previstas elecciones en Sri-Lanka entre septiembre y octubre.
Y el mapa político se sigue coloreando.
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