- El proyecto transexenal de Margarita Gómez del Campo no es compatible con la actualidad política. Ella renunció a él.
Por: Israel Mendoza/
Twitter @imendozape
El enojo en Felipe Calderón es difícil de ocultar. Se le nota en cada línea de expresión de su rostro. El proyecto de sentencia de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) elaborado por el magistrado José Luis Vargas Valdez en el que niega el registro como partido a México Libre, provoca el disgusto del exdirigente panista irascible y sin diplomacia en las negociaciones políticas. Molesta a la expareja presidencial; pero es justicia para la democracia.
Felipe Calderón, el candidato del partido blanquiazul que ganó la presidencia en 2006 bajo la frase coloquial “haiga sido como haiga sido”, no puede regresar a la escena política. Ni disfrazado bajo las siglas de un nuevo partido ni bajo las faldas del poder femenino.
Simplemente su tiempo político ya se agotó. Después de ser la pareja presidencial durante un sexenio no es honesto revivir aspiraciones añejas y buscar acomodo de nueva cuenta. El darle un partido político al matrimonio Calderón-Zavala es permitir la extensión de un mandato y eso abre el espacio para que cualquier expresidente retome su vida política a través de un partido y sea, como es en este caso su cónyuge, quien busque el poder que ella misma declinó.
El proyecto transexenal de Margarita Gómez del Campo no es compatible con la actualidad política. Ella renunció a él. Su paso como excandidata independiente a la presidencia fue suficiente prueba demostrar que no saben vivir fuera del presupuesto. Ella acusó inequidad y polarización en la contienda, pero en la práctica los recursos eran diminutos en comparación con sus enormes ambiciones de poder.
El 18 de mayo de 2018 ella expresó: “retiro la candidatura de la contienda por un principio de congruencia, por un principio de honestidad política, pero también para dejar en libertad a los que generosamente me han apoyado y tomen su decisión como se debe tomar en esta difícil contienda para México”.
Y es que el actuar opaco de Zavala Gómez del Campo es el mismo. Es de esos políticos que repiten esquemas. En 2018, la excandidata independiente fue sancionada por la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), con 24 mil 209 pesos. Esa sanción se debió a las irregularidades detectadas en la obtención de apoyos para lograr el registro en las elecciones presidenciales en las que participó. Cualquier semejanza es que no supo hacer una estrategia de captación transparente de recursos.
Ahora, en el documento que dio a conocer en sus redes sociales, el magistrado Vargas Valdez señala que en materia de fiscalización, Libertad y Responsabilidad Democrática no acreditó el origen de las aportaciones en dinero que recibió de supuestos simpatizantes. En su proyecto planteó que el interés público prevalezca para garantizar que quien accede al financiamiento público de los partidos políticos cumple cabalmente con los principios constitucionales de certeza, transparencia, rendición de cuentas y máxima publicidad.
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