Por: Redacción 

El Centro de Adopción de Plantas Mexicanas en Peligro de Extinción, ubicado en el Jardín Botánico (JB) del Instituto de Biología (IB) de la UNAM, pone a disposición un número importante de especímenes que se encuentran en alguna categoría de riesgo: amenazadas, en peligro de extinción o bajo protección especial.

Se trata de más de 60 cactáceas y crasuláceas propagadas en el JB por métodos convencionales (semillas o hijuelos), con cuotas de recuperación accesibles. Quienes las reciban serán padres o madres adoptivos y se convertirán en actores de la conservación, apuntó Linda Balcázar Sol, coordinadora de dicho centro.

La bióloga consideró que obsequiar un motivo ornamental vivo y cambiante, como una planta natural, significa dar alegría, belleza y eternidad, algo que con dificultad podría experimentarse con otros regalos.

Se trata de especies nobles y fáciles de mantener, con capacidad de adaptación y resistencia al clima de la Ciudad de México; no requieren grandes cantidades de agua para sobrevivir, lo que las hace idóneas para esta metrópoli.

Las plantas propagadas en el Jardín Botánico son pequeñas y pueden vivir en cualquier espacio soleado, dentro o fuera de las habitaciones de una casa. Además, “requieren de pocos cuidados; en época de humedad casi no se riegan y en primavera, cuando florecen, sus colores son llamativos, características que las hacen un presente especial”, reiteró.

Conchitas, Turbinicarpus (pequeños cactus de formas extrañas y floraciones atractivas), Echeverias, Viejitos y Mammillarias, entre otras, podrán ser adquiridas; se entrega un certificado que acredita a las personas que las adquieren como padres adoptivos y les da la certeza de haberlas comprado de manera legal. Con los datos de registro se conforma una base para dar seguimiento de las variedades que se tienen en resguardo.

Con ello se estará en la posibilidad de resolver dudas sobre el mantenimiento de esos especímenes. Además, las que están en alguna categoría de riesgo podrían dejar de estarlo si son cuidadas y, en algún momento, reintroducidas a su hábitat natural.

Linda Balcázar indicó que el JB cuenta con una especie de “clínica para plantas”, en caso de que presenten algún deterioro. “Ahí les cambiamos sustrato y brindamos mantenimiento hasta que mejoran. También, si los padres adoptivos deben ausentarse y no pueden cuidarlas, nosotros lo hacemos, y resolvemos dudas por correo electrónico o vía telefónica. Además, cada mes se ofrece un taller de acompañamiento para que se sientan convencidos de este compromiso”.

Hasta el 16 de diciembre el Centro de Adopción de Plantas Mexicanas en Peligro de Extinción, ubicado en la tienda Tigridia del Jardín Botánico, “ofrecerá sus servicios para que los interesados elijan sus regalos, que no sólo significarán una muestra de afecto y amor a la vida, sino un trozo de esperanza para contribuir a la tarea de conservación”, concluyó.