Texto íntegro de la carta elaborada por la Diócesis de Tehuantepec
DIÁLOGO CON TRANSPARENCIA Y VERDAD
A toda la Comunidad Diocesana
El Obispo y los Sacerdotes de la Diócesis de Tehuantepec vemos y sentimos las dificultades que se han agravado en estos días, con el consiguiente el sufrimiento de las distintas comunidades de toda esta región, a raíz de los reclamos del Magisterio al Gobierno Federal. La actual tensión social no puede verse como un problema pasajero o aislado, pues tiene como caldo de cultivo los rencores alimentados por las carencias y las frustraciones sociales que han padecido estos pueblos. Eso hace que cualquier problema se convierta en un catalizador que agrupa a otros, haciendo más grandes los conflictos y más difíciles las soluciones.
Ante esta situación, en primer lugar, queremos decir que nuestra palabra sólo puede estar movida por el interés de reconstruir el tejido social dañado ya, desde hace bastante tiempo, por la violencia, la injusticia, la pobreza, la ignorancia, el crimen, la corrupción.
Todos estamos llamados a trabajar con urgencia para que en nuestra región y en todo el estado sea posible una convivencia social armónica que permita el desarrollo integral de los niños y los jóvenes, cuyo futuro no puede verse como moneda de cambio para los intereses de cualquier grupo. Nadie debe hipotecar el porvenir de las nuevas generaciones.
Todas las personas de buena voluntad y en particular los cristianos estamos llamados a participar en la búsqueda de soluciones, para que se superen los conflictos que nos impiden vivir en paz y trabajar en el mejoramiento personal, familiar y social. Para lograr eso es necesario tender puentes de diálogo, pues lo que se consigue con autoritarismo o violencia sólo puede alimentar respuestas de la misma naturaleza.
Autoritarismo y violencia son dos caras de la misma moneda. Además, todos sabemos y vemos que en los conflictos se cuelan y se cuelgan muchos intereses diversos para sacar “ganancia del río revuelto”. Sepan que sería criminal desear siquiera el derramamiento de sangre de alguna persona. Por eso nuestro llamado a poner la razón por encima de la pasión es a las dos partes: Autoridades y Maestros.
El Papa Francisco, en su reciente visita a México, dijo que esta realidad nos lleva inevitablemente a reflexionar sobre la propia responsabilidad a la hora de construir el México que queremos, el México que deseamos legar a las generaciones venideras (Discurso a la Autoridades). Ese es el desafío de la vida social que nos pide respuesta. El diálogo es la forma civilizada de escucharnos y juntos buscar respuestas y solución a los problemas que afectan ahora la vida social. Quien sólo se escucha a sí mismo nunca se abre al diálogo.
Reconocemos que la Iglesia no tiene soluciones para todas las cuestiones particulares. Pero con las diversas fuerzas sociales, acompaña las propuestas que mejor respondan a la dignidad de la persona humana y al bien común. Al hacerlo, siempre propone con claridad los valores fundamentales de la existencia humana, para trasmitir convicciones que luego puedan traducirse en acciones políticas. (EG. 241). Para eso, todos necesitamos
conocer con claridad y trasparencia las propuestas de ambas partes, a fin de que nadie sea engañado por el rumor o por la mentira. Jesús nos ha dicho que la verdad nos hace libres. (Cfr. Jn. 8,32). La mentira manipula y cualquier manipulación es ya una forma de sometimiento injusto que degrada la vida personal y social.
Diálogo en búsqueda de una justicia que ayude a superar tantos retrasos sociales en la vida de nuestros pueblos. Diálogo fundamentado en la verdad. Diálogo trasparente y honesto. Diálogo por encima de la violencia. Esa es nuestra petición y sin duda es el deseo mayoritario de quienes buscan verdaderamente el bien de nuestras comunidades.
Ponemos en las manos amorosas de la Virgen de Juquila la petición para que interceda por nosotros y estos problemas se superen para bien de todos. Por eso, no olvidemos promover en nuestras parroquias y capillas de la Diócesis la oración de la comunidad para pedir por todo nuestro Estado de Oaxaca y particularmente por esta región del Istmo, pues el diálogo para trabajar por la justicia, la verdad y el bien común, necesitan de la caridad, es decir del amor que procede de Dios para que se construya una sociedad justa y fraterna que permita a las nuevas generaciones un futuro mejor.
Que el Señor ilumine su mente y encienda su corazón para que como verdaderos discípulos suyos seamos testigos de su amor.
Santo Domingo Tehuantepec, 19 de Junio de 2016
Pbro. Ramón Rosado Ambrosio Pbro. Lucio Santiago Santiago
Vicario General Vicario Episcopal de Pastoral
Pbro. José Inés Mendoza Romero Pbro. Juan López Ruiz
Secretario-Canciller Consejo Presbiteral
Pbro. Erasmo Mendoza Jiménez Pbro. Víctor M. Martínez Sosa
Decanato Costa Decanato Montaña.
Pbro. Victorino López Nolasco Pbro. José Cristino Sánchez
Decanato Norte Decanato Oriente
Pbro. Herminio Guerrero Ferreira Pbro. David Jaramillo Rico
Decanato Petapa Decanato Zapoteca.
Pbro. Juan H. Cruz Barahona Pbro. Gildardo Aguilar Zárate
Decanato Zapoteca Ixtepec Decanato Tehuantepec
Pbro. Jesús Gutiérrez Gutiérrez Pbro. Leónides Oliva Martínez
Comisión Diocesana de Comunicación Comisión Diocesana de Pastoral Social
+ Oscar A. Campos Contreras
Obispo de Tehuantepec
No Comment