Por: Redacción/

Rocío Miranda Pérez, Presidenta de la Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina, exhortó al Gobierno Federal así como los gobierno estatales de Oaxaca, Chiapas, Puebla y Morelos, a garantizar la economía rural e indígena de estas entidades a fin de evitar una migración masiva de indígenas y campesinos ante la desesperanza de ver sus pérdidas materiales que les dejaron los sismos y la imposibilidad de generar recursos derivados del turismo o producción de alimentos.

En entrevista, reiteró que éstas son entidades consideradas en pobreza alimentaria y patrimonial que, ahora tras los recientes sismos, no pueden estar sujetas al paternalismo gubernamental y mucho menos ser “botín político-electoral”.

No puede olvidarse que la agricultura campesina e indígena produce alimentos, no mercancías como las de los agroindustriales que envenenan a los consumidores e incluso dijo “no sabes que terrible fue encontrar un Istmo sin maíz, sin Tlayudas o Totopos”.

Indicó que esos estados necesitan un Plan Integral de Reconstrucción con visión de Usos y Costumbres de las etnias afectadas por los movimientos telúricos ya que no solo perdieron a familiares, casas o herramientas artesanales o agrícolas “están en riesgo de perder cultura y organización de economía social”.

Rocío Miranda Pérez, dejó en claro que si bien las pérdidas siguen evaluándose y podrían ser equivalentes al 2.1% del Producto Interno Bruto; el impacto en los estados del centro del país no es el mismo que en los del sureste donde se acentuará pobreza de décadas y la región quedará en el olvido.

No hay que olvidar las falsas promesas de las zonas económicas especiales, las cuales se anunciaron como la solución para acabar con la pobreza en Guerrero, Oaxaca y Chiapas pero desde 2016 a la fecha y a pesar de existir un decreto de ley en la materia, dichas zonas sólo existen tres (Michoacán, Chiapas y Veracruz) pero ello no acabará con el rezago ancestral lo que obliga a mirar hacia ese sector poblacional que podría quedar invisible en los próximos días.

Por ello, Rocío Miranda Pérez, líder nacional de UFIC se pronunció por un esquema integral de atención en producción alimentaria, reactivación económica y de construcción de vivienda en las zonas rurales antes citadas respetando sus usos y costumbres.

No más vivienda de interés social para campesinos e indígenas, no a la entrega de alimentos procesados cuando las prioridades son techos para quienes se quedaron sin hogar; abastecerles de agua así como de alimento pero como resultado del trabajo de campesinos e indígenas ya que ellos sabes qué requerimientos pueden establecer en huertos familiares o bien cómo deben sus hogares.

Hoy la prioridad es impulsar la producción nacional vislumbrando la actualización técnica de la producción alimentaria ya sea por cambio climático o fenómenos sísmicos.

En otro orden de ideas, pero vinculativo, cuestionó el destino que han tenido los apoyos económicos de organismos internacionales hacia las poblaciones más necesitadas del país a consecuencia de los recientes sismos, pues consideró que ésta no se ve aplicada en campo.

Por lo pronto, “para las mujeres oaxaqueña, la vida sigue. Bordando con cariño su vida, sus costumbres y el tejido social”, concluyó.