Por. Redacción/
La vicepresidenta de la Mesa Directiva, Martha Sofía Tamayo Morales (PRI), sostuvo que la nueva generación de feministas tiene como retos garantizar la igualdad, que los derechos civiles sean respetados, buscar inclusión y participación en la toma de decisiones, y que exista rendición de cuentas en la materia, a fin de optimizar lo obtenido. “Conseguirlo requiere acceder a más información, ya que esto es el poder”.
Al clausurar el Seminario “Debates parlamentarios sobre la igualdad sustantiva y el acceso a la Justicia para legislar con perspectiva de Género”, cuyo fin fue impulsar el diálogo, la reflexión y el debate sobre la agenda pendiente para lograr igualdad, la diputada refirió como preocupante que existan mujeres violadas, maltratadas y asesinadas y que el tratamiento de estos asuntos se vean como cosa menor.
Asimismo, continuó, “es alarmante que sigan las mujeres muriendo de enfermedades previsibles, que persista el hostigamiento sexual para acceder, conservar o mejorar en el trabajo”.
“Nos duele que los hogares encabezados por mujeres representen el 30 por ciento y nos indigna que esta sociedad hedonista persista en el culto de los estereotipos y explotación de la sexualidad femenina”, expresó la diputada Tamayo Morales.
Recordó que el sometimiento de las féminas se debe, de acuerdo con “La Biblia de las Mujeres”, de Elizabeth Cady Stanton, a la interpretación que se le ha dado a los documentos bíblicos; en el Génesis, se considera a este sector como las causantes del pecado original.
La presidenta de la Comisión de Igualdad de Género, Laura Nereida Plascencia Pacheco (PRI), mencionó que la lucha feminista ha logrado salvar a muchas niñas de un sistema patriarcal, donde eran cosificadas; no obstante, apuntó, aún existen compromisos pendientes con las menores de las zonas rurales a quienes no les permiten estudiar, y con las mujeres violadas, pues en el país cada minuto hay una víctima de esta agresión.
Expresó que también hay deuda en el acceso a la justicia y para garantizar el derecho humano a una vida libre de violencia; por ende, el reto es que la agenda de género esté por encima de las individualidades y partidos políticos.
Recordó que las integrantes de la Comisión entregaron a la Conferencia Nacional de Legisladoras (Conaleg) un paquete de reformas a los 32 congresos locales, los códigos penales y civiles que coadyuven a evitar que sea más penado robar ganado que violar una niña, así como erradicar el matrimonio infantil, entre otros temas.
Ante este panorama, la legisladora propuso realizar un encuentro nacional con la sociedad civil a efecto de hacer entrega de las reformas para que se incida con las siguientes legislaturas en todos los congresos locales.
La presidenta de la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos, Hortensia Aragón Castillo (PRD), subrayó que cada avance de las mujeres ha sido arrancado de la cultura patriarcal con muchos esfuerzos.
La también integrante de la Comisión de Igualdad de Género, indicó que el reto es identificar al patriarcado como la forma de vida que tiene que desaparecer en este mundo, pues ello permitiría crear una sociedad incluyente, igualitaria y justa. Aclaró que no es una lucha contra los hombres, sino a un modelo que los posiciona al centro.
La diputada María Candelaria Ochoa Avalos (MC) mencionó que la perspectiva de género debe legitimarse para precisar que no es una amenaza, sino una acción de esperanza de una mejor vida entre mujeres y mujeres.
Añadió que la perspectiva de género permite reconocer un mejor trato, ante un patriarcado necrófilo, donde todos los días siete mujeres son víctimas de feminicidio; por ello, es fundamental que este problema se vea como exclusivo de las mujeres y que los hombres coadyuven a construir un nuevo marco de esperanza.
Abril Aguayo Buentello, directora general de Recursos Humanos de la Cámara de Diputados, enfatizó que en el país aún existen casos en los cuales las mujeres no son reconocidas y aceptadas como personas que deben ser tratadas con dignidad y respeto.
Agregó que el Congreso tiene la enmienda de hacer que sus empleados comprendan el concepto de la dignidad humana como núcleo de todos los derechos humanos, con el objetivo principal de generar leyes eficientes que promuevan un cambio radical en bienestar de las mujeres, sin diferencias de género.
Previamente, en su conferencia magistral: “Legislar con perspectiva de género para alcanzar la igualdad”, Alda Facio Montejo, consejera de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sostuvo que para lograr la paridad es necesario que se transversalice en toda actividad humana la perspectiva de género, es decir, reformar el paradigma patriarcal para que esté centrado en el amor y la vida, más que en la producción de cosas.
Enfatizó que para lograr esto se requiere de voluntad política y la asignación de los recursos adecuados; asimismo, los legisladores tendrán que vigilar que las reformas estén orientadas al bien de la sociedad, y que sean justas, pero para ello debe existir perspectiva de género.
Destacó la necesidad de capacitar y sensibilizar a los legisladores en valores, principios y teorías para que las leyes plasmen las demandas de su gente, no sólo de los hombres, así como y reconocer que las mujeres tienen distintas necesidades, las cuales son tan dignas de ser atendidas como los del sector masculino.
Explicó que para lograr promulgar leyes y otras reglas objetivas o neutrales se deberá empezar por eliminar el sesgo masculino y ampliar la visión androgénica de las necesidades de la ciudadanía; para ello, se deben analizar desde la perspectiva de género.
“Es necesario reorganizar el Poder Legislativo para que responda también a las necesidades de las mujeres y sensibilizar a todo el personal que la igualdad de género tiene que marcar todo su quehacer”.
Detalló que para lograr que los países integren la perspectiva de género fue elaborado un diccionario de términos para la igualdad, debido a que existen sociedades donde el sector femenino no posee los mismos privilegios que los varones; por el contrario, son sus subordinadas. Han sido invisibilizadas en el lenguaje, la historia y permanentemente víctimas del abuso y acoso sexual, lo que les recuerda que “ser mujer es no ser persona”.
Apuntó que algunos estados y sociedades han atribuido características y roles dicotómicos entre los sexos, lo cual es un problema de discriminación para las mujeres al generar que gocen de menor o ningún valor jurídico.
Añadió que el problema es mayor dado que los comportamientos y roles de cada sociedad se atribuyen a los hombres, es decir, lo masculino se convierte en el modelo de lo humano.
“Esto dificulta aún más eliminar la discriminación contra las mujeres porque ya no sólo se trata de eliminar estereotipos, sino que es necesario reconceptualizar el término del ser humano y por ende todo el saber”.
Consideró que el problema de la paridad nunca fue el término en sí, sino como ha sido aplicado e interpretado. “Para cambiar todo este paradigma se requiere un esfuerzo adicional porque todos hemos sido socializados en que escuchando a los hombres se atiende a la sociedad y lo cierto es que sólo se discrimina a las mujeres”.
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