Por: Redacción
Por primera vez en la historia de Campus Party se hospedó un hackatón, organizado por el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) y Campus Party, en alianza con la comunidad Hackers & Founders. Con la participación de 267 proyectos encaminados a resolver la pobreza en México, este hackatón logró ser certificado por la Guinness World Records como el más grande del mundo.
Para ello, la adjudicadora oficial de Guinness World Records, Sarah Casson, confirmó que se admitieron 267 propuestas viables “dirigidas a lograr un cambio social positivo”, 17 más que las necesarias para batir el récord, convirtiendo el primer hackatón de Campus Party en la mayor competencia de desarrollo social del mundo.
Este fue el primer hackatón sostenido en Campus Party en sus 19 años de existencia en los 14 países en los que tiene presencia este evento, según señaló Raúl Martín Porcel, director de Campus Party México.
“Son proyectos validados listos para implementar. Estamos cansados de actividades que premian cosas y luego no pasa nada. Hay que dar el paso, todo esto no sirve si al final no le cambias la vida a una familia de la retaguardia; si lo consigues, todo esto valió la pena. Queremos que esto cambie la vida de las personas”.
Asimismo, anunció la creación de un software que permita que cualquier persona pueda organizar un hackatón, con la menor inversión posible. Para esta primera edición, los miembros del jurado utilizaron una aplicación (app) adjunta a esta plataforma para votar los proyectos electrónicamente.
“Esta plataforma se utilizará en el resto de los hackatones de menor escala que Campus Party estará impulsando en todos los estados del país durante el resto del año, a fin de servir como un primer filtro para que los mejores proyectos lleguen becados al evento anual de 2017”, acotó el directivo.
“Queremos ver tecnología que solucione la pobreza”, añadió Mak Gutiérrez, director de Hackers & Founders, quien añadió que la tecnología que presentaron los equipos fue realizada durante el hackatón y los proyectos, avalados tanto por jueces técnicos como por especialistas en el tema.
¿Cómo funcionó el hackatón?
Desde el miércoles 29 de junio, los “campuseros” empezaron a registrar a sus equipos bajo una de las seis líneas verticales que se destinaron para atacar la pobreza en México: vivienda, salud, inclusión financiera, inclusión laboral, educación y alimentación.
A partir de entonces, los participantes estuvieron día y noche desarrollando sus proyectos, haciendo caso omiso del sueño, cansancio y hambre. En esta etapa fueron ayudados por más de 600 mentores expertos en negocios, tecnologías y desarrollo, provenientes de distintos países del mundo.
Un primer filtro fue seleccionar los mejores 60 proyectos, 10 por cada línea de acción. Estos debían ser considerados de gran impacto, viabilidad y ejecución y fueron elegidos por un panel variado de jueces, comentó Eduardo Hernández Fuentes, director de Operaciones del hackatón de Campus Party.
A la noche del viernes, los semifinalistas expusieron sus proyectos cerca de la media noche, donde nuevamente se redujo el grupo para llegar a dos propuestas por área, haciendo un total de 12 proyectos.
El día sábado, los finalistas presentaron sus ideas en el escenario principal ante toda la comunidad “campusera” y el panel de jueces, conformado por 40 profesionistas provenientes de empresas privadas, sector gobierno y organizaciones no gubernamentales.
Cada vertical fue asesorada por organizaciones o empresas relativas al tema que se trabajaba. En ese sentido, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) lideró el segmento de proyectos de alimentación, mientras que Cemex encabezó el área de vivienda. La empresa de recursos humanos Adecco hizo lo propio en la línea de inclusión laboral y la organización 1 kilo de ayuda, en la vertical de salud, dejando los proyectos de educación bajo la batuta de UST Global y de inclusión financiera a la empresa Gentera.
Brainiacs, equipo ganador
Cinco jóvenes provenientes de Guanajuato crearon Nodi, dispositivo inteligente basado en texto para poder habilitar aplicaciones que ayuden a combatir la pobreza moderada en comunidades rurales.
El maestro Francisco Javier Dávila García, líder del equipo, comentó que Nodi es un dispositivo de hardware y software similar a un teléfono celular. Relató que el equipo aprovechó su conocimiento para hacer sensores y resolvieron hacer un medio de comunicación que resultara fácil y barato, al estilo del beeper.
“Se puede programar para nuestra plataforma, así como ahora se hace para iOS o Android, también se puede hacer para Nodi. Personas que quieren cambiar el mundo de personas con bajos recursos pueden también programar y hacer aplicaciones de lo que se les ocurra”. Además, esta tecnología no tendría costos por derecho de banda, contrario a la telefonía celular.
“Tienes comunicación, puedes educar a la gente, preguntarle cómo se siente. Ese contacto humano es el que vamos a lograr con estas comunidades”, señaló, a la vez que aseguró el aparato puede ser utilizado en una variedad de aristas, como salud, educación y seguridad.
A decir del inventor, este dispositivo es compatible con los teléfonos inteligentes a través de una app. En tanto, la gente en comunidades tendría una interfaz muy similar en el Nodi, incluso con lenguas nativas. Es idéntico a un celular, pero en lugar de transmitir video e imágenes solo se manda texto. “La experiencia del usuario puede ser muy enriquecedora a pesar de que solo se manden pequeños comandos de texto”, comentó.
Estos dispositivos se aplicarían en el mercado de las remesas, con una estimada derrama anual aproximada de 13 mil 700 millones de pesos utilizando redes de Nodi en las comunidades, aprovechando la infraestructura de puntos de acceso a Internet del programa México Conectado. Cabe señalar que por cada punto de acceso, se pueden conectar 60 mil unidades de Nodi en un rango de hasta 25 kilómetros a la redonda.
El producto podría venderse entre 25 y 35 dólares, precio que incluiría cinco años de conectividad. “Es una reducción de 95 por ciento de los costos. Calculamos aproximadamente un dólar al año por conectividad, para mantener infraestructura”, comentó el emprendedor.
Acreedores a un millón de pesos, este dinero servirá para sentar las bases del proyecto. Sin embargo, Dávila García aceptó que “en la industria del hardware es poco dinero porque se requiere mucho para producir, porque son componentes caros”.
Aunque algunos de los componentes utilizados son extranjeros, la programación fue hecha completamente por el equipo. Para ello, se utilizaron diversos lenguajes de programación, entre los cuales C, C++, PHP y SQL, además de una aplicación nativa para la plataforma Android.
Uno de los principales retos para el equipo fue no desmoralizarse a lo largo de los tres días que duró el reto. “No dormir tres días seguidos, no comíamos, no desmoralizarnos, porque pensábamos que todavía faltaba acabar el prototipo, ‘codear’ y verificar que funcione y si no encontrar el error. Fue un esfuerzo de todo el equipo”.
El equipo ganador se conforma además por la licenciada en creación y desarrollo de empresas Jennifer Reyna Portugal, el ingeniero en sistemas Erick Leonel Rico Preciado y los ingenieros electrónicos Mario Saúl de la Cruz Reyes y Jairo Moisés Reynoso Alba. Sus mentores para este reto fueron el ingeniero Johnatan Moreno Santos, el licenciado Rodrigo Aguilar Triana, el maestro Salvador Mora Ramírez y el ingeniero Rodrigo Méndez Fuentes.
El maestro Dávila García afirmó que seguirán desarrollando tecnologías y buscarán acercamiento con inversionistas. “Esta idea que tenemos puede ser aplicada para dos mil millones de personas. Inviertan en talentos como nosotros”, comentó el joven de 34 años.
Jaime Reyes Robles, titular de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (Sicyt) del estado de Jalisco, ofreció a los triunfadores del hackatón acompañamiento y asesorías para su empresa.
“Nosotros en la Sicyt de la mano con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y con la Secretaría de Economía (SE) podemos apoyarlos en su etapa temprana. Ya cuando despeguen, les podemos ayudar con fondos de capital e inversionistas semillas”, dijo.
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