Por: Redacción/
No habrá democracia real mientras sea censurado o eliminado físicamente un periodista por defender el derecho a la información, declaró hoy la periodista Carmen Aristegui en entrevista con UAM Radio 94.1 FM, a propósito del regreso de su programa de noticias a la radio abierta.
Durante la charla –en la que estuvo presente el doctor Eduardo Peñalosa Castro, rector general de la UAM y que fue conducida por el doctor Vicente Castellanos Cerda, profesor de la Unidad Cuajimalpa de la UAM y la maestra Sandra Fernández Alaniz, responsable del Programa Universitario de Producción Radiofónica UAM Radio 94.1 FM– señaló que “no puede haber nada más brutal” que el asesinato de un comunicador, en referencia a la lista de más de 100 profesionales del periodismo que han perdido la vida en los últimos años en México, “de la mano de la impunidad”.
El país afronta un desafío inmenso con el cambio de gobierno a partir del próximo primero de diciembre, pues la nueva ecuación político-electoral que se dio el primero de julio lleva a preguntarse qué van a hacer Andrés Manuel López Obrador, el Congreso, la sociedad e incluso los medios de comunicación ante la transformación que se avecina.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró este jueves inconstitucional la Ley de Seguridad Interior, que fue impugnada en México y a nivel internacional porque implicaba dar condiciones de legalidad a la militarización del país que ha ocurrido de facto por lo menos durante los últimos 12 años, sin embargo, casi en paralelo, ayer se anunció la configuración de la estrategia de López Obrador para la pacificación y la seguridad nacional.
Esta propuesta comprende ocho ejes fundamentales, entre los cuales, la creación de una guardia nacional que dirigiría el secretario de la Defensa Nacional y estaría compuesta por miembros del Ejército, la Naval, la Policía federal y 50 mil efectivos que reúnan el perfil.
Esto “nos obliga a revisar y discutir cuál es el camino que México debiera tomar, porque “se vuelve a decir que no tenemos policías capacitados y el cuerpo civil está rebasado y corrompido”, así que cabe preguntar cuál es la ruta a seguir después de un debate tan fuerte en torno a la Ley de Seguridad Interior y el anuncio de que se va a modificar la Constitución para dar cabida a una guardia nacional con tales características, lo cual “no está, por supuesto, nada fácil”.
Aristegui aseguró que no mantiene relación alguna con la administración de Enrique Peña Nieto, “pero esto es lo menos grave que nos ha pasado”, comparado con “el golpe de censura a raíz de haber publicado el reportaje sobre la Casa Blanca”.
Lo sucedido en los últimos años del sexenio saliente contra el grupo de periodistas encabezado por Aristegui ha sido una “persecución judicial lamentable”, pero la parte más grave es la agresión física y los asesinatos contra periodistas, y no se compara una cosa con la otra, pero forma parte de una misma circunstancia de condiciones hostiles contra quienes pueden brindar información que resulte incómoda para el gobierno en turno o los más poderosos del país.
En tales circunstancias, el regreso a un medio abierto como la radio “es un signo inequívoco de que se acabó el sexenio” y a pesar de que ella y su equipo estuvieron fuera del aire más de tres años, “ganamos una batalla”, porque “la guerra nunca se gana”.
En materia de libertades, en particular de expresión, se trata de una lucha que tiene que darse todos los días contra un conjunto de factores que busca que los periodistas “no hablen o no hablen tanto, o no hablen así” y esto ocurre en cualquier lugar del mundo en mayor o menor manera, como en Estados Unidos, así que “la guerra no se gana, se dan batallas y batallas”.
Como sociedad la prensa debe enfrentar la censura y defender lo esencial, que es “no hacer cosas que vayan contra nuestra conciencia, el rigor periodístico ni el compromiso con la sociedad. Los códigos de ética, los compromisos deontológicos que un periodista o un medio deben asumir con su público y audiencia son muy importantes, y hay que estar preparados para que en cualquier circunstancia surja un intento de censura”.
La Cuarta Transformación que propone López Obrador constituye una meta muy alta y corresponde a la sociedad exigir que la cumpla y que realice “la tarea política y de administración de los recursos”, pero será esencial que en ese contexto los informadores forjen espacios en sintonía con lo que la colectividad necesite y quiera, reportando cabalmente los procesos que se están prometiendo.
“A los periodistas nos toca ir revisando paso por paso” y ofrecer al público entrevistas, documentos, contrastes con experiencias internacionales y examinar la historia “para que la gente tenga más y mejor entendimiento del momento que vivimos”.
El doctor Peñalosa Castro agradeció la presencia de Aristegui y a pregunta expresa de la comunicadora dijo que las universidades –las que existimos y las nuevas– son un aliado muy importante del gobierno entrante, por lo que tiene que haber mejores presupuestos para el sector. Como institución “tenemos algo en las manos que es el conocimiento que puede mejorar las condiciones de nuestro país”.
Con el aumento de potencia, UAM Radio podrá llegar a toda la zona metropolitana, lo que resulta de gran importancia para la institución “porque tenemos gran interés” en difundir las actividades de esta casa de estudios, incluidas entrevistas como ésta.
Aristegui comentó que la existencia de radios públicas y universitarias son espacios fundamentales distintos a los que se manejan con una lógica comercial, por lo que tienen otra posibilidad de conectar con la sociedad.
Las casas de estudio como la UAM tienen una riqueza enorme, “porque aquí se genera conocimiento, ciencia y discusión que debe ser pública”, una masa crítica y un ejercicio permanente que debe trascender las aulas para ayudar a entender los muchos asuntos relevantes, por lo que “las emisoras universitarias deben poner imaginación” para que esa riqueza sea compartida con la colectividad, que busca maneras de acercarse a la ciencia, el saber y el debate académico.
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