Por: Redacción/
El cerebro necesita de las emociones para aprender y a partir de los impulsos externos que reciba será su capacidad para asimilar los conocimientos que adquiera a través de la lectura, afirmó la licenciada Norma Berenice López Mariscal.
En su participación en la Novena Semana de la Cultura Digital, realizada en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la especialista dijo que el gran potencial de aprendizaje de ese órgano exige la aplicación de lo aprendido mediante habilidades relacionadas con lo emotivo.
“Cuando una persona está en clase o viendo la televisión su cerebro está relajado al grado de que puede llegar al aburrimiento, pero cuando está estudiando o jugando es estimulado y se pone en alerta para dejar entrar nueva información”.
En este sentido la neurociencia es el soporte para que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) desarrollen estrategias que ayuden y fortalezcan el gusto por la lectura entre niños y jóvenes, advirtió la licenciada en Comunicación Social de esta casa de estudios.
Para que la mente se involucre en el proceso de aprendizaje se debe estimular la producción de neurotransmisores o sustancias que el cerebro produce en circunstancias diversas, la noradrenalina se activa frente a situaciones novedosas, siempre y cuando tengan un marco de referencia, pues de no ser así la acción se desconecta y pasa desapercibida.
La dopamina, explicó, está asociada al deseo y la motivación, en la mayoría de los casos reacciona con la recompensa; la acetilcolina, encargada de mediar la capacidad de aprehensión, relaciona los conocimientos y los contextualiza; la endorfina se vincula con los estados de ánimo positivos, se genera con acciones gratas para la persona, y la serotonina es la que mantiene el equilibrio de las emociones.
La también narradora de cuentos aseguró que otro aspecto que se debe tomar en cuenta para visualizar la manera en que se pueden crear estrategias para motivar a las personas a la lectura es que ese órgano está conformado por tres estructuras, de acuerdo con el neurocientífico estadounidense Paul MacLean: el reptiliano, el límbico y el cortical, que aunque actúan de forma integral cada uno procesa de manera particular la información recibida.
El primero está relacionado con la supervivencia, razona para dar propuestas de solución a posibles amenazas; el segundo interactúa con las emociones, las siente y las proyecta, mientras el tercero es el que va a tomar las decisiones, por lo que es el reflexivo y racional.
Todas las acciones del ser humano están encaminadas a su sobrevivencia: biológica, social, económica y cultural, y en este sentido el cerebro reptiliano se enfoca en las actividades que le van a crear gusto a la persona. La lectura es el medio perfecto para conectarse a los diferentes espacios emocionales de la mente, aseguró López Mariscal.
La comunicóloga precisó que las TIC como medio para fomentar la lectura y su vínculo con la neurociencia, se da en tal dimensión que se puede concretar en diferentes formatos e incluso gustos.
Los videos y las películas crean interés y el deseo por seguir indagando sobre diversos temas; los videojuegos con personajes e historias que vienen en textos completos, como es el caso de Resident Evil y Harry Potter, captan la emoción del jugador para que en una segunda etapa busque el texto completo; el fanfic o fan-fiction trata historias creadas por fans, a partir de personajes e historias de obras originales.
Por último, explicó que el uso de las TIC representa una variación social y un cambio en la educación, por lo que la construcción de nuevas tácticas para acercar a los niños y jóvenes a la lectura es responsabilidad de todos: familias, instituciones educativas y gobierno.
La Novena Semana de la Cultura Digital es organizada por la Coordinación de Educación Continua y a Distancia, a través del Proyecto Laboratorio Aula Multimedia de la Unidad Xochimilco de la UAM
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