Por: Redacción/
México requiere el diseño de protocolos que garanticen coberturas periodísticas de casos de desastre alejadas de intereses comerciales y sustentadas en una labor ética, responsable y profesional para la emisión de información adecuada de los sucesos a la población, señaló el maestro Gabriel Sosa Plata.
El académico del Departamento de Educación y Comunicación de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y analista de medios de comunicación aseveró que esos documentos descartarían la difusión de circunstancias inexistentes, como la de Frida Sofía, presentada como supuesta sobreviviente del derrumbe del Colegio Enrique Rébsamen por el sismo de septiembre pasado.
“Los protocolos deben ser adoptados como mecanismos de autorregulación consensuada” para evitar “la espectacularización de las noticias”, como la creada por Televisa y todos los medios que participaron en el presunto rescate.
El Defensor de las Audiencias del Canal 44, Señal Informativa y Radio UdeG, de la Universidad de Guadalajara, dijo que la radio desarrolló un trabajo “más eficiente, de calidad, amplio y oportuno que la televisión”, además de menos centralizado.
La encuesta de consulta Mitofsky reveló que los mexicanos se informaron sobre los acontecimientos del 19 de septiembre de 2017 por televisión en 68.8 por ciento; por radio en 10.8 por ciento, y por medios impresos en 2.5 por ciento, datos que colocan a los medios tradicionales con un poco más de 82 por ciento del porcentaje de noticias, respecto del 18 por ciento registrado por los digitales, entre los que Facebook destaca, con nueve por ciento.
Un sondeo del Grupo GEA realizado en las entidades afectadas arrojó que los espacios digitales superaron a la radio, la televisión y la prensa escrita, en tanto que en la Cuidad de México las redes sociales ocuparon 40 por ciento, la televisión 32 por ciento y la radio 26 por ciento.
En Puebla, la televisión registró 43 por ciento; las redes sociales 34 por ciento y la radio 24 por ciento; en Morelos los resultaron fueron 40 por ciento, 30 por ciento y 30 por ciento, en cada caso, evidenciando que las redes ocupan una posición más relevante como proveedoras de información.
Sosa Plata subrayó que la radio tiene muchas virtudes, al constituirse como uno de los recursos más relevantes en cuanto a utilidad social y sobresale en las coberturas de siniestros por su movilidad, ya que permite una comunicación constante.
Ese medio tiene un amplio alcance, sobre todo en las frecuencias de amplitud modulada que se escuchan en gran parte del país –en particular la XEB y XEW, que emplean un canal libre internacional– aunado a su alta potencia de transmisión, fácil acceso y a que no se satura como sucede con el celular, cuyas líneas se colapsan, y existe mayor conciencia en el manejo informativo en los casos de desastre natural, sostuvo el también presidente de la Organización Interamericana de Defensoras y Defensores de las Audiencias.
En el conversatorio Hablemos de prevención. La función de la radio ante situaciones de desastre, realizado en el Auditorio Vicente Guerrero de la Unidad Xochimilco, el doctor Jerónimo Repoll expuso la necesidad de reflexionar y tomar acciones correctivas respecto de los retos que significa vivir en una nación de riesgo propensa a siniestros y el papel de los medios de comunicación.
El académico del Departamento de Educación y Comunicación y coordinador de la Maestría en Comunicación y Política de esa sede universitaria dijo que las generaciones jóvenes han dejado de tener una relación con los terremotos a través del relato y los rituales de los simulacros porque ya vivieron la experiencia sísmica.
Por ello es oportuno trabajar en el país la “comunicación de crisis” en escenarios de riesgo mediante la conformación de protocolos, usando a los medios, la radio en particular, por su amplia experiencia de servicio social y comunitario para abrir espacios de diálogo con la sociedad.
“La ciudadanía aprendió del cataclismo del 19 de septiembre que no depende del gobierno ni de los medios para comunicarse y organizarse, sólo de sí misma”, e incluso “hay otros interlocutores que no están dispuestos a ser sólo audiencia, pues los flujos de información rebasan lo que proponen y pueden controlar los medios masivos y las instituciones”.
Los canales tradicionales perdieron la batalla de la actualidad y la calidad, por eso centralizaron la atención en el Colegio Enrique Rébsamen aun cuando había otros escenarios afectados, a diferencia de la redes sociales, que demostraron “una condición nueva: el ejercicio de la ciudanía, no sólo en el marco de los derechos políticos, sino de la participación en el espacio público”.
Las redes sociales “no disputan a los medios tradiciones el papel de quién debe informar, ya que no es que sean mejores los datos que proveen, en todo caso, exigen un reconocimiento de que hay nuevos actores y de que la complementariedad es necesaria”.
La maestra Nashelli Arellano Barrera, jefa del Departamento de Medios y Redes del Centro Nacional de Prevención de Desastres, (CENAPRED), dijo que la radionovela Rio negro, realizada en Tilapa, Guerrero, promueve la protección ante los riesgos meteorológicos y sísmicos.
Por sus características ha sido utilizada como tema de formación didáctica y sensibilización pública para reducir amenazas en comunidades de alta marginación y vulnerabilidad.
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