Por: Redacción
México carece de reglamentación para el uso de nanopartículas en productos cosmetológicos y el marco legal respectivo está aún en discusión en la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), aun cuando representan una amenaza potencial para la salud humana.
En gran contraste, Estados Unidos y países de Europa han desplegado un esfuerzo regulador enorme, indicó Gerardo Victal G., directivo de la empresa Química Delta, dedicada al desarrollo de tecnología cosmetológica.
La inclusión de nanopartículas debiera ser controlada ya que es posible que produzcan un riesgo sanitario muy grave, pues las partículas más pequeñas podrían traspasar las paredes celulares, ser cancerígenas al inhalarlas y convertirse en contaminantes en aerosol causantes de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, detalló.
Partículas menores a cien nanómetros semejan humo que contiene elementos ultrafinos que entrañan riesgos distintos, de acuerdo con el material que posea; en el país deben conocerse a fondo las propiedades de cada producto al trabajarse en nanopartículas para establecer un programa preventivo.
El conferenciante en el Primer Seminario de tecnología cosmética –que reunió en la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) a investigadores, empresarios y científicos de la industria para dar a conocer las innovaciones desarrolladas en México y el mundo– comentó que los bloqueadores solares elaborados a partir de óxidos metálicos son los más vendidos del orbe.
“Esos componentes son cada vez más utilizados y, por ello, han sido objeto de múltiples discusiones en las que grupos ambientalistas sostienen que lastiman el océano y la piel humana por penetrar la pared celular, pero esas son declaraciones falsas”.
Si bien hay un uso intensivo de dichas cremas, los protectores solares modernos están hechos con dióxido de titanio, zinc o una mezcla de ambos. Son sumamente eficaces ya que se dispersan fácilmente por la piel y amplían el espectro de protección para evitar la introducción de rayos en las capas más profundas de la dermis y evitar su envejecimiento.
“Los rayos ultravioleta destruyen la pared celular con la generación de radicales libres. Además, las nanopartículas no dejan la piel blanquecina y a través del dióxido de zinc sirven para proteger contra bacterias y virus”.
Existe evidencia científica contundente de que el zinc y el titanio no penetran, más bien se quedan depositados en la superficie de la piel; tampoco se han encontrado esos compuestos en residuos metabólicos, por lo que no existe peligro alguno para la salud, sostuvo Victal G.
El maestro Rafael Díaz García, director de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud de esa sede universitaria, externó que se trata de un área de desarrollo fundamental para el ejercicio de la química. “La disciplina se ha orientado mayormente a la producción de medicamentos, pero el papel del químico farmacobiólogo es mucho más amplio”.
“Incursionar en la cosmetología no es sencillo y tiene un alto impacto e importancia en la sociedad al fabricar productos no sólo para la belleza, sino también para combatir el cáncer de piel, muy común debido al aumento de la contaminación y el daño que ocasionan los rayos ultravioleta”, manifestó.
En el acto inaugural estuvieron presentes también el licenciado Joaquín Jiménez Mercado, secretario de Unidad, así como la doctora Julia Pérez Ramos, jefa del Área de Investigación de Productos Biológicos de la Unidad Xochimilco.
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