- Expertas participaron en el Foro Siete días de activismo en la UAM contra la violencia por razones de género.
Por: Redacción/
Es necesario construir espacios de enseñanza democráticos, equitativos, multiculturales y libres de racismo, discriminación, sexismo y exclusión, coincidieron en señalar universitarias participantes en el Foro Siete días de activismo en la UAM contra la violencia por razones de género. Feminismos en la educación media y la educación superior.
En el encuentro convocado por la Defensoría de los Derechos Universitarios de la Universidad Autónoma Metropolitana y la Escuela Nacional de Estudios Superiores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Unidad Morelia, la licenciada Tania Roque Medel, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, apuntó que la reflexión al respecto es importante porque el racismo “destruye vidas, nos deja marcadas, invade nuestra corporalidad y deshumaniza a las víctimas”.
Durante la mesa Adolescentes y mujeres indígenas y afroamericanas en el sistema educativo, explicó que la racialización se entiende como la producción de lo racial, el racialismo como una adopción acrítica y el racismo como “su politización perversa”.
El racialismo se define como el resultado de procesos complejos de identificación, distinción y diferenciación de las personas de acuerdo con criterios fenotípicos, culturales, regionales y ancestrales, entre otros.
“Esto se puede entender con claridad en la formación de los estados nación, donde surge el concepto ‘nosotros frente a los otros’ y se van obteniendo características como la cultura, el linaje, la religión y el territorio, que producen esa interpretación de cómo dividir a los grupos humanos”.
También es la creencia irrestricta de que es real y comprobable la existencia de las razas humanas, “lo que no es cierto”. De este modo se va prefigurando la noción de que existen razas superiores e inferiores y, por tanto, “justifica el acceso desigual al poder”, así como un proyecto de subordinación de un grupo de población sobre otro”.
La investigadora aseveró que estas lógicas han permeado la enseñanza en México, pues “hemos tenido la construcción desde el Estado, de una perspectiva donde se van creando espacios educativos que son monoculturales”, como el proyecto asimilacionista y su ideología del mestizaje que negaba toda diferencia y exigía a culturas indígenas y afromexicanas blanquearse”.
En ese proceso la población afromexicana fue invisibilizada, borrada de la historia y “fuimos reconocidos apenas constitucionalmente en el año 2019”.
Roque Medel afirmó que “hoy tenemos un proyecto en el ámbito formativo en el que se tiene esta idea mestizante, asimilacionista y monocultural” y donde no es reconocida la posibilidad de que quienes pertenecen a estas comunidades puedan contribuir a “esa construcción epistemológica de los planes de estudio, pues se considera que no somos sujetos portadores de conocimiento”.
Además “tenemos también la construcción de universidades eurocentristas donde este racialismo justifica que desde el Estado se tenga una propuesta pedagógica diferenciada”, lo que ha contribuido, por ejemplo, “a que las normales rurales tengan un limitado acceso a presupuesto y a que sean estereotipadas como espacios conflictivos”.
Lo anterior da cuenta de un sistema universitario basado en un desequilibrio constante de acceso al poder, porque “tener educación permite estar en mejores condiciones de acceso a decidir sobre nuestras vidas y comunidades”.
Las afromexicanas “hemos estado en lucha por el reconocimiento y hemos tenido que sufrir el entrecruce de distintas lógicas que nos agreden y discriminan, donde están la racialización, el racionalismo y el racismo entrelazados con el patriarcado; se trata de sistemas de poder que buscan subordinar a un grupo sobre otro y, por tanto, la condición de género y de clase no pueden separarse cuando somos agredidas”.
La maestra Marianela Baltazar Téllez, integrante de la Red de Abogadas Indígenas de Michoacán, afirmó que los espacios de las investigadoras que vienen de comunidades originarias “ha significado una lucha constante para romper barreras que impone la discriminación, el racismo y el clasismo que ha existido a su alrededor”.
Al suscribir “nuestras vivencias señalamos las violencias que viven las indígenas en los ámbitos académico, universitario y científico” y “se tiene que conversar sobre estos temas para que ya no ocurran, pues no se puede ser cómplice de éstas y de la invisibilización de los saberes oriundos”.
Por lo tanto, no se puede hablar de eliminar barreras “entre los expertos y no expertos y seguir perpetuando conductas violentas, dominantes y coloniales hacia las indígenas que ingresan a la universidad”.
Entre otras sugerencias propuso que en las universidades se creen instancias para la formación e investigación con perspectiva de género e intercultural, así como promover la producción de conocimiento en la materia e incentivar la publicación de los hallazgos realizados por mujeres indígenas en los procesos de indagación.
Baltazar Téllez consideró que es preciso contar con una academia que ejerza el cuidado hacia sus integrantes, que sea interdisciplinaria, desburocratizada y que permita la libertad de ser, de decidir y de construir.
Al exponer el tema de “La visibilidad de las mujeres lesbianas en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo” la maestra Elena Alejandra Ibarra Rojas, docente de la Facultad de Derecho de dicha universidad, y Damariz Joceline Martínez Villa, tesista de la Licenciatura en Psicología de la misma institución, presentaron los resultados de un sondeo en el que participaron 29 mujeres lesbianas, de las cuales 83.9 por ciento dijo no conocer a otras lesbianas; 45.2 por ciento, haber sido violentada, agredida o señalada; 32.5 por ciento no estar segura de haber sufrido esta situación, y 22.8 por ciento no haber pasado por tal circunstancia.
En la mesa también participaron Aída Naxhielly Espíndola Villanueva, miembro del Colectivo Juvenil Intercultural “Nuestras voces”, y la maestra Perla López Bautista, académica del Centro de Educación, de la Facultad de Psicología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
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