Por: Redacción/
En México y el mundo, la producción y publicación de documentos en plataformas digitales se ha incrementado aceleradamente, dificultando su cuantificación, descripción, clasificación y preservación. Este problema impide su adecuada recuperación, accesibilidad y uso, que se traduce en la pérdida de parte de la memoria depositada en los repositorios nacionales y en otras instituciones.
La situación representa un hecho dramático, con alto impacto para la cultura e historia del país, que es urgente atender, afirmó Pablo Mora Pérez-Tejada, director del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la UNAM.
Instituciones responsables de resguardar esa producción carecen de sistemas que apoyen sistemáticamente la preservación y vigencia de los documentos, por lo que “es imprescindible e impostergable contar con grupos de investigación que estudien y promuevan estrategias de preservación digital”, dijo al inaugurar el Primer Encuentro de Preservación Digital, organizado en la UNAM.
En el marco del Día Mundial de la Preservación Digital, iniciativa de la Coalición de la Preservación Digital, organización sin fines de lucro registrada en Inglaterra y Gales, que determinó en 2017 que esa celebración sea el último jueves de noviembre de cada año, Mora Pérez-Tejada recordó que el acervo que resguarda la Biblioteca Nacional de México (BNM), a cargo de la Universidad, representa buena parte de la memoria de la nación.
Es una producción documental decisiva, que sumada al patrimonio antiguo que se conserva y digitaliza para su difusión, requiere de las medidas adecuadas para su preservación. “Se necesita el desarrollo de tecnologías e instalaciones para almacenarla, de modo que se garantice su acceso y uso”.
En la BNM ya existe el Grupo de Preservación Digital constituido por investigadores y técnicos que, de manera multidisciplinaria e interinstitucional, buscan promover la investigación, experimentación y formación de recursos en torno a esta problemática.
Se originó en 2016 y hoy cuenta con 53 integrantes de instancias como la Facultad de Filosofía y Letras y la Dirección General de Bibliotecas, además de otras externas como el Archivo General de la Nación, la Fundación ICA, Wikimedia México, la Secretaria de Cultura y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
En el auditorio José María Vigil, Alberto Castro Thompson, coordinador de Innovación y Estrategia Digital del IIB, resaltó la presencia en el encuentro de representantes de más de 20 instituciones como el Banco de México, el Museo Nacional de Antropología, la Universidad Autónoma de Zacatecas, los institutos nacionales de Bellas Artes y de Antropología e Historia, y la Cineteca Nacional.
“No es un llamado a conmemorar las tecnologías, metodologías o estrategias que usualmente conjuntamos para diseñar planes de preservación, sino un llamado para quienes aún viven en un contexto en donde el valor de preservar lo digital es completamente desconocido. Es momento de preguntarnos qué va a pasar con la gran cantidad de información, documentos, audios, videos, que hoy se generan”.
Ana Yuri Ramírez Molina, jefa del Departamento de Informática y Telecomunicaciones del IIB, opinó que parte del reto de la preservación digital es la transformación de los procesos técnicos que se dan en las instituciones dedicadas al resguardo de documentos. “Es necesario que la gente aprenda a guardar esta información y eso es complicado”, además de costoso en términos de recursos humanos y tecnológicos.
Respecto a la reciente creación de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultural de México, la experta consideró que además de digitalizar documentos, hay que pensar en el resguardo de las propias digitalizaciones. “Que lo que se invierta sea para el largo plazo”.
También será relevante que instituciones nacionales como la Fonoteca, el Archivo General de la Nación o la propia Biblioteca, instituciones enormes y que conservan la memoria de México, estén vinculadas con la Coordinación y se trabajen proyectos en conjunto, concluyó.
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