Por: Redacción/
El informe, que recoge el trabajo de los últimos tres años de 37 expertos internacionales en nutrición, agricultura, ciencias ambientales y políticas públicas, propone un cambio en la estructura de la dieta planetaria : la mitad de ella basada en verduras y frutas, seguido de entre un 20% y 25% de consumo de granos enteros; una recomendación de proteínas preferentemente de origen vegetal a través de leguminosas y oleaginosas, cantidades muy pequeñas de tubérculos altos en almidones y grasas, y una restricción en el consumo de azúcar.
En este sentido el Titular de Salud sostuvo que se debe adquirir el compromiso de abordar los problemas de alimentación y nutrición. Ello, precisó, es un compromiso con las nuevas generaciones de mexicanos, pero sobre todo poner especial atención en las comunidades indígenas, y las personas en situación de vulnerabilidad que no se les ha dado la oportunidad. “De la pobreza al bienestar, ese es nuestro camino”, añadió.
En su participación el director general del Instituto Nacional de Salud Pública INSP y coautor del reporte, Juan Ángel Rivera Dommarco, explicó que se debe modificar el sistema alimentario, pues a pesar de haber reducido la mortalidad infantil y aumentado la esperanza la vida, no se ha disminuido el hambre en el mundo, ya que hay 155 millones de menores con desnutrición, dos mil millones de adultos con sobrepeso y el 88 por ciento de los países del planeta presentan malas formas de alimentación por exceso o deficiencia de nutrientes.
Para combatir esto, la Comisión EAT-Lancet desarrolló objetivos científicos mundiales para ofrecer dietas saludables y una producción sostenible de alimentos, por ejemplo, una dieta rica en vegetales y reduciendo los de origen animal, lo que confiere beneficios para la salud como para el medio ambiente.
A su vez, el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López Gatell indicó que no basta con poner a disposición de la población las distintas acciones de prevención, sino actuar también sobre las limitaciones que hacen que los derechos no sean garantizados.
Detalló que se debe establecer una sinergia en las políticas públicas que nos permita tener un sistema agroalimentario justo, saludable y sostenible, como base de una alimentación enriquecida para prevenir enfermedades crónicas metabólicas. “Sin una buena alimentación, no hay salud y sin salud no puede haber paz y desarrollo sostenible”, afirmó.
En su intervención, el Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula señaló que, esta administración tiene el firme compromiso de impulsar una nueva cultura en salud nutricional, que privilegie la disposición de alimentos en todo el país, a través de un sistema productivo, competitivo, incluyente y sostenible.
En su participación, afirmó que los programas de apoyo del Gobierno de México, implementados a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), tienen el objetivo de fortalecer los sistemas alimentarios sostenibles, con la cooperación internacional, para asegurar la inversión en la infraestructura y la tecnología necesaria que permita mejorar la productividad agrícola.
Aseguró que las cinco estrategias propuestas en esta iniciativa global de transformación alimentaria son altamente compatibles con las líneas del Gobierno de México, las cuales van a reactivar el campo e impulsar la seguridad alimentaria del país, siempre acompañando a los pequeños agricultores, brindándoles acceso igualitario a la tierra, la tecnología y a los mercados.
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