Por: Redacción/
Durante el foro “La Reforma Fiscal que México necesita”, senadores, exfuncionarios y especialistas coincidieron en la necesidad de impulsar una reforma hacendaria profunda que mejore y fortalezca el mercado interno, acelere el crecimiento económico y pueda resarcir las carencias y necesidades de la población.
Al respecto, el presidente del Instituto Belisario Domínguez, Miguel Ángel Osorio Chong, consideró que en México se necesita una reforma fiscal integral. Señaló que normalmente, sobre todo en las campañas políticas, se rechazan estos cambios porque no hay “un mejor discurso que decir que no se subirán impuestos, pero vemos un país con carencias y necesidades que no se pueden solucionar sólo con discursos y buenas instancias”.
Sin embargo, acotó, cuando se es gobierno “viene la cruda realidad” y no hay varitas mágicas ni atajos para el desarrollo. Lo que se requiere, es un análisis completo y un diagnóstico integral para presentar las soluciones a dichas necesidades.
Por su parte, el coordinador del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, consideró que hay un problema en la conducción hacendaria del actual gobierno, que ocasiona que la política social sea asistencialista. El Presidente de la República, explicó, “trata de innovar, con base al contacto diario y programas sociales, más que tener un claro programa de gobierno definido” en esta materia.
Lo anterior, abundó, “trae como consecuencia que, primero, se haya dado una renuncia como la que presentó el anterior Director del Instituto Mexicano del Seguro Social en 17 cuartillas, o la única, que presentó hoy el secretario de Hacienda”.
A su vez, Carlos Hurtado López, ex subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, se pronunció por un acuerdo nacional en el que se defina la carga fiscal que se aplicará en el país, a cambio que se provea la mayor cantidad de servicios a la población, tal como se hace en economías más avanzadas.
Dijo que la recaudación creció sustancialmente a lo largo de los años, pero hay una práctica en México -que se dio más en los últimos años- de subestimar los ingresos públicos en el presupuesto, a fin que el Gobierno federal tenga discrecionalidad para usarlos de acuerdo con sus propios objetivos, sin que tengan que pasar por el Congreso.
Aníbal Gutiérrez Lara, catedrático de la UNAM, dijo que es necesario fortalecer la acción y presencia pública como promotora del desarrollo. La inversión pública de los tres órdenes de gobierno, explicó, debe ser el instrumento para mejorar las capacidades locales y reducir las diferencias regionales.
En este sentido, señaló que la carga centralista de la administración hacendaria debe ser sustituida por una organización más eficaz, que descanse en la autonomía financiera de los gobiernos estatales y municipales, lo cual favorecería el fortalecimiento de fuentes de ingreso y un ejercicio más eficiente del gasto.
Fausto Hernández Trillo, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas, y ex asesor externo en la Secretaría de Hacienda, precisó que la reforma fiscal que México necesita es la que va a financiar el proyecto de nación. Señaló que el ingreso tributario está por debajo del gasto de operación recurrente del Gobierno, “lo que quiere decir que si no tuviéramos petróleo, no podríamos operar al país”.
El profesor de la UNAM, Carlos Tello Macías, quien fuera titular de la extinta Secretaría de Programación y Presupuesto, aseguró que es necesario llevar a cabo una profunda reforma en materia de finanzas públicas, coordinada con la política monetaria y la de tipo de cambio. Sólo así se podrá atender a la población para que tenga una vida digna.
Indicó que se debe actuar en dos frentes: el recaudatorio y el distributivo. Con mayor gasto social y en infraestructura, con un amplio sistema de impuestos progresivos, algo de mayor deuda y transferencias a los sectores de la población en desventaja, subrayó, se mejoraría el nivel de vida de la población, fortalecería el mercado interno y se aceleraría el crecimiento económico.
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