Por: Redacción

La senadora independiente Martha Tagle Martínez, especialistas y funcionarias del gobierno de la Ciudad de México coincidieron en la importancia de que México ratifique a la brevedad el Convenio 189, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a fin de que sean reconocidos los derechos de las y los trabajadores del hogar.

En el marco del foro “Trabajo doméstico y economía del cuidado: un tarea pendiente para la política pública”, la senadora Tagle Martínez resaltó que México no ha ratificado el convenio de la OIT, y recordó que el Senado presentó un punto de acuerdo en el que se exige al Ejecutivo federal envíe dicho convenio al Senado para su ratificación.

Subrayó que en el país existen 2.3 millones de trabajadoras y trabajadores domésticos, por lo que este es uno de los grandes pendientes del Legislativo: Precisó que “el atorón” está en que México se ha negado a ratificar el convenio, con la implicación en seguridad social para quienes se dedican al trabajo del hogar.

Expuso que nuestro país, en el contexto de América Latina, se sitúa a la cola de los países que no garantizan la seguridad social de las personas que realizan trabajo doméstico, ya que apenas el 0.1 por ciento de los trabajadores cuenta con esa cobertura asociada a la actividad laboral.

Debido a ello, se ubica en un nivel muy alejado de países como Uruguay, Chile o Ecuador, que tienen tasas de acceso superiores al 40 por ciento, de acuerdo a la información de la propia OIT, en su reciente informe de política de formalización del trabajo remunerado en América Latina y El Caribe.

Remarcó que, de sus actividades cotidianas, las mujeres dedican 32.2 por ciento al trabajo pagado, y 65 por ciento al trabajo no remunerado; mientras que los hombres sólo dedican 22.8 por ciento al trabajo no remunerado y 73.9 por ciento al trabajo remunerado.

La titular de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo del Gobierno de la Ciudad de México, Amalia García Medina, enfatizó que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el trabajo que realizan las mujeres en el hogar equivale alrededor del 24 por ciento del Producto del Interno Bruto (PIB).

Agregó que las trabajadoras asalariadas del hogar realizan una tarea fundamental, que no se reconoce; por lo que es indispensable la ratificación del convenio 189 de la OIT, ya que México ocupa el último lugar en el reconocimiento a las y los trabajadores del hogar.

Quienes tienen el compromiso son el Presidente de la República y el titular de la Secretaría de Gobernación, ya que son ellos, dijo, los que deben turnar al Senado el convenio para su aprobación; a fin de que los trabajadores domésticos gocen de derecho a vacaciones, aguinaldo y a contar con seguridad social.

Destacó que reconocer la economía del cuidado tiene dos objetivos: visibilizar el rol sistemático de cuidado en la dinámica económica, es decir, hacer visible esa importancia económica; y dar cuenta de las implicaciones de la manera en que se organiza el cuidado para la vida económica de las mujeres.

Subrayó que el trabajo no remunerado que se realiza en los hogares está “invisibilizado” y ello reproduce un vector de profundización de la desigualdad, por lo que es indispensable, dijo, que el tema se incorpore a la agenda de políticas públicas.

En lo anterior coincidió la representante de ONU Mujeres en México, Paulina Grobet Vallarta, al destacar que estudios especializados revelan que tardarán 80 años en lograrse la igualdad entre hombres y mujeres en el mundo; y en cuanto a las remuneraciones, se prevé que será dentro de 75 años cuando se logren pagos igualitarios entre los hombres y mujeres que realizan una misma labor.

La inequidad se revela también en que las mujeres contribuyen con 60 por ciento del trabajo –remunerado y no remunerado– en el hogar, en tanto que en el mercado de labores la participación de los varones se duplica frente a las féminas. Esto implica, además, una sobrecarga a las mujeres, pues deben acudir a su empleo y cumplir con los quehaceres domésticos y de cuidados en el hogar.

Otro aspecto que destacó la experta es el de la violencia –un reto no superado en las políticas públicas– pues tres de cada cuatro mujeres reconoce que ha sido objeto de violencia dentro de sus casas y, por otra parte, principalmente las jóvenes han hecho visible el acoso y hostigamiento sexual en los espacios públicos, algo que antes era apreciado como “normal” porque se consideraba que las mujeres salieron a invadir espacios que no les pertenecían, y ahora se hace patente que es parte de sus derechos.

La representante de la ONU reconoció el liderazgo de México en América Latina para la medición de la desigualdad y el impulso de acciones para avanzar a la igualdad de género; sin embargo, acotó, “necesitamos ir más rápido”.

La directora general del Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México, Teresa Incháustegui Romero, por su parte, propuso replantear el pacto de género para que en este participen, además de las autoridades de Estado y los empleadores, las propias familias.

Tanto hombres como mujeres deben promover la coparticipación en el desarrollo laboral y en el reparto de las labores domésticas, y de esta forma deben educar a sus hijos, indicó.