Por: Redacción/
Muy poco tiene que celebrar la infancia mexicana este Día del Niño pues de acuerdo a las cifras recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), casi 21 millones de niñas, niños y adolescentes viven algún tipo de pobreza, afirmó el diputado federal del PRD, Rafael Hernández Soriano.
Estas cifras, añadió el secretario de la Comisión de Derechos de la Niñez, ponen en evidencia que pobreza, violencia y corrupción son rubros en los que el Estado ha fallado a la infancia.
“Millones de niñas y niños duermen con una sola comida en el estómago al día y el gobierno federal continúa destinando todavía menos del 5 por ciento en gasto público de seguridad social para la primera infancia”, abundó.
A México le urge una política eficiente y comprometida con la niñez ante el estrepitoso fracaso que se refleja en que casi 21 millones de niñas, niños y adolescentes viven en condiciones de pobreza.
De este universo de menores en pobreza, según Coneval, el 52.3 por ciento de niñas y niños de 0 y 11 años de edad se encuentran en condiciones de pobreza y de los cuales el 9.7 por ciento en pobreza extrema.
De igual forma, el 48.8 por ciento de los adolescentes de entre 12 y 17 años viven en condiciones de pobreza, de ellos, el 41.1 por ciento en pobreza extrema.
Este 30 de abril las cifras del Coneval “exigen un golpe de timón para replantear la estrategia del gobierno en pro de la niñez, los esfuerzos para combatir la pobreza y garantizar sus plenos derechos no han rendido frutos y expone al futuro del país a un mediocre desarrollo con el abandono de nuestras niñas, niños y adolescentes”, afirmó.
Celebrar a la niñez tiene que ser un compromiso elemental del gobierno y poner en el centro de sus estrategias de desarrollo el bienestar de niñas, niños y adolescentes, agregó.
En la presente legislatura he exigido a las autoridades no escatimar los recursos públicos para los programas dirigidos a la niñez, atender el fenómeno migratorio y en particular a los menores que se desplazan solos, erradicar todo tipo de violencia hacia este sector de la población, y recientemente he denunciado los cambios administrativos que vulneran la defensa de los derechos de nuestra infancia.
“Como país debemos avergonzarnos de tener cifras lacerantes, pero deben fincarse responsabilidades a quienes fracasaron en su misión de velar por los derechos de niñas, niños y adolescentes, máxime por haber ignorado los llamados que se hicieron desde la Cámara de Diputados”,
“México requiere con urgencia un gobierno sensible y comprometido con todos los sectores, y que no dilapide el bono de la infancia y la juventud, como ha ocurrido hasta ahora”, concluyó.
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