Por: Redacción/

Integrada por más de 250 piezas de cerámica, textiles, herrería y talabartería, entre otros materiales, así como máscaras y 70 fotografías de arquitectura virreinal contemporánea, la muestra La huella Hispanomorisca en México ofrece en el Museo de Arte Popular (MAP) un panorama acerca de la herencia cultural árabe que los españoles trajeron al país, tras la conquista de América.

“La exposición hace justicia a una cultura que nos ha influenciado de manera muy especial a través del mestizaje, que ha dado grandes aportaciones en la vida cotidiana y la ciencia. Es necesario agradecer al mundo Al-Ándalus todo lo que nos legó”, expresó Walther Boelsterly, director del MAP, al inaugurar la muestra el sábado 31 de agosto.

Ana Paulina Gámez, curadora de la exhibición, destacó que “una de nuestras raíces más olvidadas es la árabe”, por lo que invitó a descubrir esa riqueza y a que “aceptemos esta raíz que nos llegó de España y que está en lo más profundo de nuestra cultura y lenguaje, pues conservamos cientos de palabras de origen árabe”.

En la inauguración del montaje también estuvieron presentes Inti Muñoz, coordinador ejecutivo de Asuntos Especiales y Asesoría Cultural de la Secretaría de Cultura capitalina, así como los Embajadores en México de la República Árabe de Egipto, Yasser Morad Osman, y del Reino de Marruecos, Abdelfattah Lebbar, además de Eva Bañuelos, subdirectora de Promoción Cultural del Centro Cultural de España en México, entre otros.

De acuerdo con la cédula de la exposición, en 1492 ─29 años antes de la Conquista de México-Tenochtitlan─ cayó a manos de las tropas de los Reyes Católicos, en lo que hoy es el sur de España, la ciudad de Granada, capital del reino Nazarí y último reducto islámico de la Península Ibérica. Esto puso fin a 781 años de luchas entre cristianos y musulmanes por el control de aquellas tierras.

Noventa años después de la caída de México-Tenochtitlan, en 1611, la población morisca fue expulsada definitivamente de España. Así, concluyeron 900 años de un mestizaje que incluía desde el idioma y las costumbres hasta la agricultura, las ciencias y artes, lo que marcó la cultura tanto de los que permanecieron en tierras ibéricas como de quienes las abandonaron.

Las huellas de ese mestizaje llegaron a México en el siglo XVI con los conquistadores, los misioneros, artesanos, monjas, virreyes y uno que otro morisco, como elementos de su propia forma de ser, que se sumaron a otro mestizaje, el que también conformó la cultura mexicana.

La influencia morisca en México puede verse aún hoy en los viejos edificios virreinales, pero también en la lengua, que incluye miles de palabras de origen árabe; en las artesanías que hoy se consideran tan mexicanas como el rebozo, descendiente del almaizar morisco, y en la música, cuyos ritmos derivan del cante jondo y del flamenco.

La exposición permanecerá del 31 de agosto al 17 de noviembre en el Museo de Arte Popular, ubicado en Revillagigedo 11, Centro Histórico, en la alcaldía Cuauhtémoc. Los domingos es entrada libre.