Por: Patricia Ramírez

Un homicidio no resuelto, la búsqueda de un familiar desaparecido, un homosexual discriminado o la defensa de un indígena, representan los problemas y temores de miles de mexicanos; pero también representan la lucha de mujeres, que sin importar su edad, ubicación geográfica y situación económica o social, están dedicando su vida a buscar o a impartir la justicia que en México es opacada por la impunidad.

Tita Radilla, Graciela Zavaleta, Blanca Velázquez, Imelda Marrufo y Pamela Sandoval, son mujeres defensoras de los derechos humanos y buscan la protección de sectores vulnerables del país. Pocas personas las conocen, pero a ellas no les importa el reconocimiento si los hechos que demandan continúan sin una respuesta justa.

Desaparecidos

En el sur de Guerrero, Tita Radilla Martínez ha pasado 43 años buscando a su padre, Rosendo Radilla, quién fue desaparecido por un retén militar en Atoyac durante la Guerra Sucia acontecida en el estado. Hasta el día de hoy no tiene respuesta de que ocurrió con Rosendo aquel 25 de agosto de 1974.

Sin embargo, Tita es la vicepresidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (AFADEM), y apoya más de 120 casos de personas desaparecidas por detención forzada.

Tita sabe que ya no puede hacer mucho por su padre, pero eso no ha impedido que permanezca interesada de ayudar a mexicanos que viven una situación similar y buscan a sus familiares o amigos.

“Creo que esto debe escribirse para que quede en la memoria histórica y para que, así como se conoce a los héroes, se conozca a quienes han hecho daño a la nación, al pueblo”, expresa Radilla sobre la actitud de las autoridades frente a los desaparecidos en Guerrero.

Comunidades indígenas

Desde los años ochenta, en las comunidades indígenas donde la mayoría de los delitos quedan impunes, las denuncias no son investigadas y la presencia de autoridades no representa ayuda. Graciela Zavaleta Sánchez es la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos Mahatma Gandhi.

“La cárcel era algo terrible y espantoso, había gente que por el robo de un guajolote o de una bicicleta había pasado dos o tres años en prisión. Muchos de ellos eran indígenas, y estaban presos porque no había un traductor para explicarles cómo habían sucedido los hechos. Entre las primeras personas que liberé había un matrimonio que la propia hija los había acusado y despojado de su terreno. Cuando los vi fuera y vi su alegría, me di cuenta de que debíamos seguir luchando”, narra Zavaleta sobre la causa que defiende.

Graciela asegura que sólo aquellos con el poder económico necesario pueden salir de la cárcel y pide un cambio del sistema de justicia, donde se trabaje por atender casos de indígenas que son acusados por delitos menores antes de continuar aumentando el número de presos que convive en la cárcel con verdaderos criminales.

Derechos laborales

Blanca Velázquez Díaz, directora del Centro de Apoyo al Trabajador (CAT), es defensora de los derechos del trabajador, ya que desde 1994 con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) las condiciones laborales presentan un deterioro.

La lucha por reducir las jornadas, otorgar salarios más justos, impedir casos de acoso sexual o violencia psicológica en el ámbito laboral, trajo para Blanca señalamientos y amenazas, incluso en 2011 tuvo que dejar el país para mantenerse segura.

Sin embargo, para Velázquez no existen impedimentos, “es un trabajo satisfactorio, pero las defensoras y los defensores tenemos que medir nuestros impactos y riesgos. Tenemos que medir nuestro grado de responsabilidad, no creernos héroes porque los héroes no sirven. Y saber en qué momento das uno o dos pasos atrás y en qué momento regresas, si es que decides regresar”, afirma.

LGBTTTI

México es un país con problemas de equidad de género, como consecuencia, la comunidad LGBTTTI (Lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, travesti e intersexual) es un sector vulnerable que constantemente padece ataques violentos y actos de discriminación.

Pamela Sandoval Gómez vivió diez años en Estados Unidos contactando organizaciones defensoras de los derechos de la comunidad gay, actualmente reside en Guerrero y es promotora de la diversidad sexual en el Centro de Estudios y Proyectos para el Desarrollo Humano Integral, A.C. (Ceprodehi).

Ella considera que la discriminación a esta comunidad no es sólo falta de información, en un problema ideológico que tiene un antecedente histórico, “es el mismo machismo arraigado que llevamos por años, que tenemos desde tiempos ancestrales y que no hemos desligado totalmente de nuestra vida cotidiana”, afirma.

Tita, Graciela, Blanca y Pamela, saben que su labor no resolverá todos los problemas que existen en el país, pero esto no impide que continúen contribuyendo para  mejorar la situación de los sectores vulnerables en México, aunque esto involucre poner en peligro su integridad.

Mujeres como Bety Cariño, Josefina Reyes, María Magdalena Reyes, Luisa Ornelas, María Elvira Hernández Galeana, Susana Chávez y Rocío González fueron asesinadas por ser defensoras de los derechos humanos, sin embargo, sus muertes no asustan a quienes se involucran en esta defensa, al contrario, han motivado a más mujeres para continuar la lucha por un México sin injusticias.