Por: Redacción/
Unos 2300 niños que viajan con la caravana de migrantes que ahora se encuentra en el sur de México necesitan protección y servicios esenciales como atención médica, agua potable y saneamiento adecuado, informó este viernes el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) desde la sede de la ONU en Ginebra.
“Muchos de los niños y familias en la caravana están huyendo de las pandillas y la violencia de género, la extorsión, la pobreza y el acceso limitado a educación de calidad y servicios sociales en sus países de origen, El Salvador, Honduras y Guatemala”, dijo la portavoz Marixie Mercado.
Los niños han estado expuestos a las inclemencias del tiempo, incluidas temperaturas peligrosamente calientes y con poco acceso al refugio adecuado. Según el personal de UNICEF en el terreno, algunos de los niños ya se han enfermado y sufrido deshidratación.
“Mientras que los que viajan con la caravana esperan seguridad por ser un gran número de personas, los peligros de usar rutas migratorias irregulares siguen siendo importantes, especialmente para los niños”, dijo Mercado, “el viaje es largo, incierto y lleno de peligro, incluidos los riesgos de explotación, violencia y abuso”.
UNICEF reportó que las estimaciones actuales indican que la caravana cuenta con unas 9300 personas que cruzaron de Guatemala a México entre el 19 y el 22 de octubre.
La portavoz recordó además que “la separación de los niños de sus familias y la detención de inmigrantes son profundamente traumatizantes para los niños y con frecuencia conlleva un impacto a largo plazo en sus vidas. Seguimos instando a todos los gobiernos a buscar alternativas a la detención de inmigrantes y, obviamente, a mantener unidas a las familias”.
El derecho a pedir asilo
Si bien se dio a conocer que la administración de los Estados Unidos planea enviar al menos 800 soldados a la frontera sur, UNICEF instó a todos los gobiernos a “asegurarse de que estos niños tengan acceso a todas las protecciones que les brinda el derecho internacional”. Para Mercado, eso significa que “es esencial que todos los niños y las familias puedan solicitar asilo, y que se les pueda hacer frente a sus derechos de protección internacional antes de que se tome una decisión sobre devoluciones o deportaciones”.
La caravana de migrantes comenzó su viaje hacia el norte el 12 de octubre en la ciudad de San Pedro Sula, Honduras, donde un grupo de 160 personas se reunieron en una terminal de autobuses y se prepararon para partir en dirección a los Estados Unidos, a través de Guatemala y México. Honduras tiene una de las tasas más altas de muertes violentas en el mundo: el país está afectado por la violencia de pandillas, las guerras de drogas y la corrupción.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) la violencia de pandillas en Honduras, junto con El Salvador y Guatemala, está impulsando a cientos de miles de personas a huir de sus hogares cada año.
“Nuestra posición a nivel mundial es que las personas que huyen de la persecución y la violencia deben tener acceso al territorio y la protección, incluidos los procedimientos de determinación de la condición de refugiado”, dijo este viernes también en Ginebra el portavoz de ACNUR, Andrej Mahecic.
“Si la gente está huyendo de la persecución y la violencia en México, se les debe proporcionar acceso al sistema de asilo mexicano, y aquellos que ingresan a los Estados Unidos deben tener acceso al sistema de asilo estadounidense. Estamos trabajando con todos los países de la región para garantizar que las personas que necesitan protección la reciban”, dijo Mahecic, quien explicó que, según los datos del Ministerio del Interior de México, al 25 de octubre, se habían presentado 743 solicitudes de asilo en Tapachula.
Los migrantes han estado durmiendo en las calles o en campamentos improvisados con falta de agua potable y saneamiento. La comida también es escasa.
Si bien los centroamericanos han huido de sus países de origen a los Estados Unidos por varios años y algunas veces han unido fuerzas en el camino, la naturaleza organizada de estas caravanas es relativamente nueva.
La protección es un derecho humano
Haciendo eco a UNICEF y ACNUR, el Comité de Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y Miembros de sus Familias (CMM), junto con el Comité de los Derechos del Niño, ambos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, expresaron su grave preocupación por los migrantes centroamericanos que huyen de violaciones graves de los derechos humanos en sus países de origen, Honduras, El Salvador y Guatemala, que están plagados de pobreza y violencia.
“Los estados de tránsito y destino tienen la obligación de proteger los derechos humanos de los migrantes centroamericanos, independientemente de su estatus migratorio”, aseguraron los expertos.
Los Comités hicieron un llamado especial también a los estados de origen de los migrantes para que aborden las violaciones graves de los derechos humanos que están haciendo que estas personas migren y cumplan plenamente con sus obligaciones de protección.
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