Por: Redacción/
Por ser uno de los historiadores más importantes del siglo XX y dedicar su vida de erudito a dar voz “a los sin voz”, a los indígenas, el emérito del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, Miguel León-Portilla, recibió el doctorado honoris causa por la Universidad de Sevilla (US), en “su casa de toda la vida”: la UNAM.
En un acto insólito, cruzaron el Atlántico, el Rector Magnífico de la US, Miguel Ángel Castro Arroyo; la secretaria general, Concepción Horgué Baena; el vicerrector de investigación, Julián Martínez Fernández; el decano de la Facultad de Geografía e Historia, Javier Navarro Luna, entre otros académicos de esa casa de estudios, para entregarle al académico más galardonado las insignias del doctorado número 30 que recibe a largo de sus 90 años de vida, ahora en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón de la UNAM.
“Quiero expresarle en nombre propio y de mi universidad nuestro mayor agradecimiento al admirable profesor, al brillante historiador, al historiador de las voces sin voz, al escritor sensible, al filólogo erudito y al admirable antropólogo que con generosidad y cariño ha aceptado la invitación para formar parte del nuestro claustro de doctores”, afirmó Castro Arroyo durante la sesión solemne.
“Nuestro recorrido de cerca de nueve mil kilómetros de distancia fue para sumarlo con orgullo a usted, doctor León-Portilla, a nuestro claustro, pero también para que nuestra universidad se una en lo académico, histórico y universal a la UNAM.
“Hoy celebramos más que la investidura del admirable filólogo y antropólogo mexicano: la alianza de dos grandes universidades alrededor de su gran figura. Hoy nos aliamos para trabajar por un mundo más sabio, justo y respetuoso. Un espacio en el que todas las lenguas y sensibilidades tengan su sitio”, aseveró.
Tras recibir el Libro de la Ciencia, la medalla, el birrete laureado, el anillo y los guantes propios de la investidura como honoris causa, León-Portilla expresó su gratitud a la US y el que hayan acudido hasta su casa, la Universidad Nacional, a entregarle el grado.
Luego, reflexionó sobre las conexiones entre México y Sevilla a partir de las obras que realizaron Nicolás Monardes desde la farmacología; Bartolomé de las Casas, con la defensa de los indígenas; y Antonio de Lebrija, con sus estudios de la gramática de la lengua castellana. Sevilla, agregó, es la puerta hacia el nuevo mundo y repositorio de las relaciones de España con Iberoamérica.
Sevilla, dijo el historiador y antropólogo mexicano, también cambió su vida, pues en 1964, durante un congreso internacional de americanistas, conoció a su compañera de vida: Ascensión.
Previamente, Ramón María Serreras, padrino del doctorando, destacó que el autor de “La Filosofía náhuatl” y “Visión de los vencidos” es de los intelectuales de mayor prestigio de México y uno de los más grandes historiadores del siglo XX.
“Don Miguel ya hace tiempo que es historia viva de México porque nos puso en contacto directo con la voz del indígena, con la voz de los vencidos. Nos ha remitido al estudio de otra cultura, de una sociedad distinta a la europea; ha sido una voz sonora en la defensa de los pueblos indígenas durante más de 60 años”, expuso.
Su producción académica abarca cerca de medio centenar de libros, 31 de ellos traducidos a idiomas distintos al español. Cuenta también con más de 500 artículos de investigación y más de 30 doctorados de universidades como las de Tel Aviv, Complutense de Madrid, Alcalá de Henares, Universidad de Carolina, de Praga, de Guadalajara, Boliviana de Venezuela, de La Habana, Autónoma Metropolitana y Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, entre otras.
Durante la ceremonia solemne, el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, definió a León-Portilla como una leyenda y toda una institución. Como historiador y filólogo dio voz a los vencidos y creó, a través de sus estudios de la poesía, las lenguas y la historia indígenas, una nueva forma de literatura.
“Una literatura que no sólo narra, sino que reconstruyó la historia de México abriendo nuevas perspectivas a nuestro pasado y dándole orgullo y estampa a nuestro presente”, subrayó.
León-Portilla, acotó, ha sido causa de honor de la UNAM y de otras instituciones de educación superior de distintas latitudes.
Graue Wiechers agradeció a su homólogo Miguel Ángel Castro Arroyo acudir a México para presidir la ceremonia, y aseveró que para la Universidad Nacional es un honor recibir a los representantes de la US para celebrar la generosa sabiduría de uno de los intelectuales más prestigiados de México.
Al acto solemne asistieron familiares del principal experto en estudios sobre el pensamiento y la literatura náhuatl; los exrectores de la Universidad Nacional, Juan Ramón de la Fuente, José Sarukhán, Guillermo Soberón, Octavio Rivero y Pablo González Casanova; integrantes de la Junta de Gobierno; funcionarios de la embajada de España en México, así como autoridades de diversas instituciones de educación y antropología e historia del país.
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