Texto íntegro del discurso del Presidente Enrique Peña Nieto, durante la 28 Reunión con Embajadores y Cónsules de México.
Nuevamente, quiero saludar de manera muy particular a las y los Embajadores y a los Cónsules, y miembros del Servicio Exterior Mexicano, en este encuentro, que ya se ha convertido en una tradición de cada año, al inicio, precisamente, de cada año.
Y quiero saludar la presencia de muy distinguidos representantes, tanto del ámbito público como privado, que hoy nos acompañan, en este encuentro, particularmente, al presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, y a quienes han sido cancilleres de nuestro país, y que hoy aquí, gentilmente nos acompañan.
Al Presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
A los señores Gobernadores que están entre nosotros; al Presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores.
Y a Embajadores eminentes que hoy están aquí, entre nosotros.
Saludo a legisladores que también hoy nos acompañan.
A miembros y representantes de asociaciones privadas, del sector privado, del sector empresarial, que están entre nosotros.
A los integrantes del Gabinete, que estarán departiendo con nuestros Embajadores y Cónsules en las distintas mesas.
Particularmente, agradezco al señor General Secretario de la Defensa y Almirante Secretario de Marina, que se incorporan a este encuentro de acercamiento y de diálogo, con quienes son la voz y representantes de México en el mundo.
Quiero agradecer la presencia de los señores representantes de los medios de comunicación.
Señores y señores:
Es un especial gusto para mí reunirme con los titulares de las representaciones de México en el exterior y con miembros del Servicio Exterior Mexicano al inicio de este año 2017, en lo que ya es el quinto año de Gobierno de esta Administración.
El año que recién culminó fue de contraste y asombro a nivel global.
Hubo momentos extraordinarios y emotivos, como la contención del Programa Nuclear en Irán, el júbilo deportivo en las Olimpiadas de Río de Janeiro, y la entrada en vigor del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.
Pero 2016, con muchos de ustedes como testigos presenciales, fue también escenario de destacados acontecimientos, como el Brexit, las elecciones en Estados Unidos o la emergencia desatada por el virus del zika; la partida de dos líderes emblemáticos: Shimon Peres y Fidel Castro; y el final del prolongado conflicto armado en Colombia, nos recordaron que el Siglo XX fue uno de resplandeciente luz, pero, también, de momentos muy sombríos para la historia de la humanidad.
2016 tampoco estuvo exento de confrontaciones y pérdida de vidas humanas, entre varios otros, la ola de condenables ataques terroristas en Europa: Bruselas, Estambul, Niza y Berlín; la guerra en Siria y diversas crisis de migrantes, implicaron grandes desafíos para alcanzar el mundo de paz que todos anhelamos.
En estos y en otros sucesos de trascendencia, el mundo fue testigo de cómo los distintos países aprovecharon las oportunidades y encararon los retos que la historia les impuso.
Así, también, el mundo voltea hacia México para ver cómo enfrentamos nuestros desafíos, y la manera en que aprovechamos nuestras ventajas.
Esto es lo que define cómo nos ven en el exterior.
El mundo voltea a ver a México y a los mexicanos, y por eso es que debemos aprovechar nuestro legado histórico y cultural, nuestra posición geográfica y recursos naturales; el espíritu y las capacidades de nuestra gente para promover desarrollo, lograr una convivencia de respeto a las libertades y a los derechos, lo mismo que para actuar con responsabilidad global.
Así, y hay que decirlo abiertamente, el mundo reconoció a nuestro país por el conjunto de reformas estructurales que, entre todos, logramos concretar, y que hoy están implementándose.
Hoy, el mundo reconoce a México por esa capacidad, por esa capacidad de cambio; por su determinación para transformarse y evolucionar.
Ahora, en el momento actual, el mundo también está pendiente de cómo reaccionamos ante dos nuevos desafíos: el de dejar atrás un viejo esquema para determinar el precio de las gasolinas y el de iniciar una nueva etapa en nuestra relación con los Estados Unidos.
En cuanto al precio de la gasolina, el mundo está observando cómo abordamos una decisión difícil e impopular; pero, al mismo tiempo, impostergable.
Se trata, además, de un proceso por el que muchos países ya han transitado, por lo que hay especial comprensión de la magnitud del reto.
En unidad, nosotros, y sólo nosotros, respetando la pluralidad y la diversidad de opiniones que nos caracterizan, debemos ser capaces de superar diferencias para proteger lo mucho que hemos construido en años de trabajo y en décadas de esfuerzos.
El segundo reto, de mucho mayor trascendencia y complejidad que el aumento del precio a la gasolina, es el inicio de una nueva etapa de relaciones bilaterales con Estados Unidos de América.
Ahí, el mundo verá en México a un país que, con audacia y pragmatismo, privilegia el diálogo y el entendimiento para lograr beneficios concretos para los mexicanos.
Impulsaremos una negociación abierta y completa. Todos los temas que definen nuestra relación bilateral están sobre la mesa, incluyendo seguridad, migración y comercio.
En ningún momento aceptaremos nada en contra de nuestra dignidad como país, ni de nuestra dignidad como mexicanos.
No son negociables principios básicos, como nuestra soberanía, el interés nacional y la protección de nuestros connacionales.
Es evidente que tenemos algunas diferencias con el próximo gobierno de Estados Unidos, como el tema de un muro, que México, por supuesto, no pagará.
Lo que sí puedo asegurarles es que vamos a trabajar para tener una buena relación con los Estados Unidos y con su Presidente. Una relación que sea buena para México y buena para los mexicanos.
Para México, cualquier negociación con Estados Unidos debe incluir los siguientes objetivos, y así lo preciso, estos son los objetivos que deberemos alcanzar en el próximo acuerdo con el Gobierno o el próximo Gobierno de los Estados Unidos:
En primer lugar. Estados Unidos debe asumir un compromiso de trabajar de forma corresponsable para detener el tráfico ilegal de armas de Estados Unidos a México, así como para frenar el dinero de procedencia ilícita que reciben las organizaciones criminales en nuestro país.
Debemos lograr que cualquier repatriación de personas indocumentadas continúe de manera ordenada y coordinada, garantizando un trato humano y el respeto a los derechos de los migrantes mexicanos.
Ambos países tenemos una responsabilidad compartida sobre el creciente flujo de indocumentados extranjeros que cruzan el territorio mexicano, en su afán de llegar a Estados Unidos.
Esto genera presiones migratorias para nuestro vecino del Norte y retos para México, como la actual estancia en el país del orden de cuatro mil 500 haitianos en esa condición.
México buscará incrementar la inversión en infraestructura y tecnología para que nuestras fronteras sean más seguras, modernas y eficientes.
Ello facilitará aún más el comercio bilateral y reducirá los tiempos de espera en los cruces fronterizos.
Y algo muy importante: mantener el libre flujo de remesas de nuestros connacionales en Estados Unidos, que sumaron ya más de 24 mil millones de dólares a noviembre del año pasado.
De estos recursos depende el sustento de millones de familias mexicanas, principalmente de bajos recursos.
Con respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, buscaremos acuerdos que den certidumbre a la inversión y al comercio entre México, Canadá y Estados Unidos, y que esta certidumbre se extienda a las empresas que han elegido a nuestro país como destino de inversión y plataforma productiva y de exportación.
Vamos a defender las inversiones nacionales y extranjeras en México.
Vamos a asegurarnos de que México siga siendo un destino confiable y atractivo para invertir.
Concretamente en esta materia, deben existir reglas claras, para que continúe el flujo de capitales en la región.
Rechazamos cualquier intento de influir en las decisiones de inversión de las empresas, con base en el miedo o en amenazas.
También debemos lograr acuerdos para proteger los empleos actuales y crear nuevas fuentes de trabajo y mejorar los salarios.
La complementariedad de los procesos productivos entre los tres países que integramos la región del TLCAN, es una de nuestras mayores fortalezas.
Por ello, trabajaremos para que continúe el esquema de libre comercio y la integración productiva entre los tres países de la región del TLC; así como para fortalecer la competitividad de América del Norte, con pleno respeto a las reglas de comercio internacional.
Adicionalmente, debemos modernizar nuestro marco comercial para incluir nuevos sectores, como telecomunicaciones, energía y comercio electrónico.
Lo reitero. Negociaremos con seguridad en nuestras fortalezas y con sentido práctico, promoviendo siempre los intereses de México y de los mexicanos.
En Norteamérica, como en el resto del mundo, México cuenta con la voz fuerte, clara y experimentada de nuestros Embajadores, Cónsules e integrantes de nuestro Servicio Exterior.
Además de norteamericanos, somos una Nación orgullosa y estrechamente vinculada a América Latina y el Caribe.
En la región, especialmente en Centroamérica, fortaleceremos nuestra presencia como un actor propositivo en temas de interés común, como desarrollo, integración económica, migración y seguridad.
México profundizará su vinculación con países, con los que no habíamos sostenido acercamientos óptimos, para lo que ahora se presentan oportunidades, como Argentina y Brasil; al tiempo que continuaremos construyendo logros concretos con las naciones que integramos la Alianza del Pacífico.
Brindaremos especial atención a Europa, continente donde se nos valora como un socio confiable y aliado en una amplia agenda de temas, y daremos prioridad a la actualización del Acuerdo Global México-Unión Europea.
En un entorno internacional que cuestiona la efectividad de la globalización, para generar bienestar a nuestras sociedades, para la Unión Europea y México es prioritario concluir con celeridad estas negociaciones y tengamos como meta concretarlo en los próximos 12 meses.
Asia-Pacífico es la región económica más dinámica del mundo y un punto medular en nuestra estrategia de diversificación económica y política.
Ahí se encuentran seis países del Grupo de los 20, y cinco de nuestros 10 principales socios comerciales: China, Japón, Corea, Malasia y Taiwán.
No podemos quedarnos fuera de los beneficios que ofrece el dinamismo de la región. En consecuencia, trabajaremos para diversificarnos aún más y fortalecer nuestra integración con esa parte del mundo.
En Medio Oriente capitalizaremos la histórica Visita de Estado, que realicé en 2016 a la Península Arábiga, que para el caso de Qatar y los Emiratos Árabes Unidos fue la primera de un Jefe de Estado mexicano.
Aprovecharemos los acuerdos de cooperación y contratos comerciales alcanzados, para captar inversiones, a partir de los fondos soberanos de esos países, y para que empresas mexicanas accedan a los mercados de la región.
Con África no tenemos aún el nivel de acercamiento que corresponde al potencial de nuestras relaciones, y que es fundamental para proyectarnos como actor con responsabilidad global.
Dentro de las restricciones que implica el Programa de Austeridad Económica debemos encontrar mecanismos innovadores para incrementar nuestra presencia y las oportunidades de comercio, inversión y cooperación.
En el ámbito multilateral, México aprovechará las oportunidades para fortalecer la gobernanza global.
Este año, México será sede de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos.
En este foro promoveremos condiciones para que el organismo promueva la construcción de un hemisferio seguro y en paz.
En materia migratoria deberán sentarse las bases del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular.
Y en materia de derechos humanos seguiremos alentando una política de apertura a la observación internacional, que lejos de debilitarnos nos fortalece y prestigia.
Señoras y señores Embajadores, Cónsules y miembros del Servicio Exterior Mexicano:
Celebro este emotivo encuentro con ustedes, además, la primera oportunidad que he tenido hace un momento de tener un diálogo abierto, mucho más casual, si bien cerrado, pero sí de gran apertura, y de poder responder algunas interrogantes que había entre varios de ustedes.
La oportunidad de conocerlos un poco mejor y de interiorizarles aún más sobre las políticas que viene impulsando el Gobierno de la República.
Quiero aprovechar esta oportunidad para reiterar la bienvenida al nuevo Canciller, al Secretario Videgaray, quien ha dejado constancia de su vocación de servicio a México, y que cuenta con todo mi respaldo para cumplir la elevada encomienda que ahora tiene.
Y quiero hacer aquí también, en este espacio, refrendar, como lo hiciera hace unos días, mi reconocimiento y agradecimiento a quien fuera Canciller, a Claudia Ruiz Massieu, quien con especial entrega aportó su talento y profesionalismo al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Déjenme volver a decirles lo que hace un momento en privado les compartí, y que lo siento en lo profundo de mi corazón y de mi ser.
De verdad que estoy profundamente agradecido con cada uno de ustedes, reconocido de su esfuerzo diario, de su esfuerzo permanente por ser la voz y la representación de México en la geografía mundial, en los países en donde México se hace presente, a través de ustedes, donde se promueve y se da a conocer nuestro país, a partir, justamente, del trabajo y el compromiso de cada uno de ustedes.
Los países, como las personas, se definen por sus acciones, por la forma en que enfrentan las adversidades; los desafíos y las coyunturas que, a personas y a países, nos toca vivir.
Tengo plena confianza en que, inspirados en la unidad de los mexicanos, ustedes seguirán haciendo la parte que les corresponde para enaltecer la imagen, el prestigio y la grandeza de nuestro país en el mundo.
Por eso es que hoy reitero con ustedes mi gratitud, mi reconocimiento y que sepan que, desde aquí, siendo ustedes parte de este Gobierno, les estamos acompañando en ese trabajo que tienen confiado de representar con toda dignidad a nuestro país y, sobre todo, también de proteger a nuestros connacionales en diferentes partes del mundo.
Dicho lo anterior, y si me lo permiten, quisiera invitarles a hacer un brindis, espero que tengan ustedes, quiero invitarles para que hagamos un brindis, en este encuentro que para mí será siempre memorable.
Y hago un brindis para que 2017 sea un año de éxito, tanto en lo personal, en lo profesional y, muy especialmente, en la tarea que tienen ustedes confiada.
Para que aportemos toda nuestra energía y nuestra capacidad en favor de la causa que nos convoca a todos: México.
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